1
Barker estaba apoyado sobre un armarito cuando Hawks entro por la manana en el laboratorio y se le acerco.
—?Como se siente? —le pregunto Hawks, mirandole con intensidad—. ?Bien?
Barker esbozo una sonrisa fugaz.
—?Que quiere que haga? ?Que choquemos los guantes antes del ultimo asalto?
—Le hice una pregunta.
—Me encuentro bien. Lleno de energias. Muy bien, Hawks, ?que quiere que le diga? ?Que estoy henchido de orgullo? ?Que este es un paso tremendo para la ciencia, en el que me siento honrado de participar en este dia tan favorable? Ya me han dado el Corazon Purpura, Doc…, solo paseme unas aspirinas.
Hawks comento con vehemencia:
—Barker, ?esta seguro de que sera capaz de salir por el otro lado de la formacion?
—?Como puedo estarlo? Quiza parte de su logica sea que uno no puede ganar. Quiza me mate por simple indiferencia. No lo puedo garantizar. Lo unico que puedo prometerle es que me encuentro a un paso del extremo del unico sendero seguro posible. Si mi siguiente movimiento no me lleva fuera, entonces no existe esa salida.
Hawks hizo un gesto afirmativo con la cabeza.
—Eso es todo lo que puedo pedirle. Gracias. —Miro a su alrededor—. ?Se encuentra Gersten en el transmisor?
Barker asintio.
—Me anuncio que podriamos iniciar la emision en una media hora.
—De acuerdo. Perfecto. Casi es mejor que empiece a ponerse la ropa interior. Aunque habra una ligera demora. Primero hemos de efectuar una exploracion preliminar de mi mismo. Ire con usted.
Barker aplasto el cigarrillo bajo el tacon del zapato. Alzo los ojos.
—Supongo que deberia decir algo al respecto. Algun comentario sarcastico sobre como se adentra intrepidamente en una playa hostil una vez que las tropas ya han tomado la isla. Sin embargo, ni siquiera esperaba que lo hiciera.
Hawks no repuso nada; cruzo el laboratorio en direccion al transmisor.
—Usted sabia que disponiamos de trajes adicionales —le dijo a Gersten mientras permanecia tendido en el interior de la armadura abierta.
Los hombres de la Marina trabajaban a su alrededor ajustando los tornillos de las placas de presion. El alferez observaba con ojos atentos y una expresion de incertidumbre en el rostro.
—Si, pero solo para el caso de que perdieramos uno en una exploracion defectuosa —replico Gersten con mirada terca.
—Siempre hemos tenido un buen stock de equipo, en todos los tamanos.
—Hawks, ser capaz de hacer algo, y hacerlo, son dos cosas diferentes. Yo…
—Mire, usted ya conoce la situacion. Sabe lo que estamos haciendo aqui tan bien como yo. Una vez hayamos abierto un camino seguro es cuando comienza de verdad la exploracion y el analisis. Tendremos que desmontar esa cosa como si fuera una bomba; yo estoy a cargo del proyecto. Hasta hoy, si yo desaparecia de el, habria sido un gasto muy caro. Sin embargo, en este momento, el riesgo es aceptable. Quiero ver como es esa cosa. Quiero ser capaz de dar directrices inteligentes. ?Es tan dificil de comprender?
—Hawks, hoy todavia pueden salir mal unas cuantas cosas ahi arriba.
—Suponga que no es asi. Suponga que Barker lo consigue. Entonces, ?que? El estara alli arriba y yo aqui abajo. ?Es que cree que no planeaba esto desde el comienzo?
—?Incluso desde antes de conocer a Barker?
—Desearia no haber conocido nunca a Barker. Apartese y deje que cierren la armadura.
Introdujo con cuidado la mano izquierda en el guante que habia en el interior del grupo de herramientas.
Lo metieron en la camara. Los imanes se apoderaron del traje y retiraron la mesa. La puerta se cerro hermeticamente. Floto en mitad del aire, con las piernas y los brazos extendidos, rodeado por los cientos de miles de ojos resplandecientes de las caras del escaner. Se quedo mirando a traves del circulo de cristal del visor del casco, con el rostro inexpresivo.
—Cuando quiera, Ted —indico con voz sonolienta al microfono, y las luces de la camara se apagaron.
Las luces se encendieron en el receptor. Abrio los ojos y parpadeo con suavidad. La puerta del receptor se abrio y metieron la mesa debajo de el. Los imanes laterales perdieron fuerza a medida que apagaban los reostatos y, una vez mas, establecio contacto con la superficie de plastico.
—Me siento normal —dijo—. ?Logro obtener una buena cinta de archivo?
—Hasta donde sabemos —le contesto Gersten por el microfono—. Los ordenadores no detectaron ninguna ruptura en la transmision.
—Bien, eso es lo mejor que podemos hacer —comento Hawks—. De acuerdo…, llevenme de nuevo al transmisor y mantenganme alli. Introduzcan a Barker en su traje, sujetenle las piernas a la mesa y deslicenlo debajo de mi. Hoy —prosiguio— se establece un nuevo precedente en los anales de la exploracion. Hoy vamos a enviar un sandwich a la Luna.
Fidanzatto, que arrastraba la mesa por el suelo del laboratorio, se rio con nerviosismo. Con un movimiento brusco, Gersten giro la cabeza a un lado y le miro.
2
Hawks y Barker se pusieron lentamente de pie en el receptor de la Luna. Los especialistas de la marina que aguardaban en el exterior abrieron la puerta y se hicieron a un lado para dejarles salir. La estacion lunar era gris y austera, con vigas maestras geodesicas triangulares y de plastico que recorrian la lamina semiflexible del techo del domo. A intervalos regulares pendian luces, parecidas a estalactitas, y el suelo era un tamiz de estera apisonada sobre una lamina de tierra. Hawks miro a su alrededor con curiosidad, con el casco de su armadura girando con un leve sonido rechinante que, de inmediato, fue amplificado por el material del domo, de modo que cada movimiento que hacian los hombres era seguido por un eco mas prolongado. El interior del edificio no estaba quieto en ningun momento. Constantemente crujia y gemia, haciendo que las luces oscilaran en sus soportes; el grupo de hombres —el equipo de la Marina con su ropa interior y Hawks y Barker con su armadura —se veian banados por reflejos cambiantes, como si se hallaran en el fondo de un mar sacudido arriba por una fuerte tormenta. En la esclusa de aire, los marinos se metieron en sus propios trajes de caucho y luego, uno a uno, todos salieron a la superficie abierta de la Luna.
Las estrellas brillaron sobre ellos con una intensidad fria y opaca, mucho mas fuerte que nada que pudiera llegar a un cielo sin luna en una noche de la Tierra, marcadas con agudas manchas de sombra en cada elevacion del terreno. Desde el nivel del suelo resultaba posible distinguir las formas vagas de la instalacion naval de trabajo, con cada domo cubierto con su red superior de camuflaje, extendiendose como el naufragio de un zepelin a la derecha de Hawks, de un ligero color gris verdoso y sin vestigio de ninguna luz.
Hawks inspiro profundamente.
—De acuerdo, gracias —les dijo a los hombres de la Marina, con voz distante, mecanica y profesional por el circuito de radiotelefonia—. ?Estan preparados los equipos de observacion?
Un marino, con las insignias de teniente pintadas sobre el casco, asintio y le hizo un gesto hacia la izquierda. Hawks volvio despacio la cabeza, con expresion vacilante, y miro hacia donde estaban los monticulos del bunker de observacion, agrupados como si se encontraran bajo el saliente de un precipicio, al pie de la enorme