falta le hacia a un proyecto que ambicionara tener algun exito eran dos personas intentando manejar la pluma al final.

—Estaba pensando en echar un vistazo al resto del sistema solar. Ya sabes, en mi epoca habiamos visto imagenes de todos los planetas, pero solo un punado de personas habian logrado llegar a la Luna.

—?Lo que ya es mucho mas lejos de lo que yo haya llegado jamas…, o haya querido llegar! —Las pobladas cejas de Leon se enarcaron—. ?Por que quieres ir tan lejos? No eres astronomo, ni terraformador, ni astronauta. En el espacio no hay absolutamente nada para los musicos.

—Creo que podria ayudarme a componer. Las nuevas experiencias visuales siempre estimulan mi imaginacion musical.

—?Quieres decir que podriamos escuchar obras nuevas escritas por ti? ?Entonces a que esperas? Ve y pasalo bien. Visita Venus, date una vuelta por Titan, pasea por Marte. Produce algo que se equipare a esto. —Par Leon empezo a dar golpecitos en su mesa al ritmo de «Marte, el portador de la guerra», seccion de Los planetas de Gustav Holst. Con el proyecto tan proximo a su fin, se sentia de un humor excelente.

—Me encantaria ir. —Drake debia medir con cuidado lo que dijera a continuacion—. El caso es que no se si podre permitirmelo.

La sonrisa de Leon fue sustituida por un ceno fruncido de perplejidad.

—?Permitirtelo?

—El precio de los billetes. Marte esta muy lejos.

Par Leon arrugo todavia mas el entrecejo, como si no comprendiera la pertinencia de esa observacion.

—?El precio? ?Con quien piensas ir?

—Con nadie. Solo yo.

—Entonces no hay que tener el precio en cuenta. La nave volara sola.

—Pero, ?quien paga esa nave?

—Eso no tiene importancia. Hay naves disponibles, todas las que quieras. Pero se manufacturan de forma automatica. Las maquinas las producen y las pilotan. El empleo de las maquinas es gratuito. Fabricar y tripular una nave no requiere coste humano alguno. El precio importa unicamente si exiges que se dedique tiempo humano a algo. Como ahora. —Par Leon se rio, restaurado su buen humor—. Podria cobrarte este consejo, ?sabes? Pero no lo hare. Adelante, Drake, tomate esas vacaciones. Te las has ganado, desde luego.

—Lo hare. Dentro de unos dias.

—?Pero aunque tu estes tan loco como para querer ir al espacio, no me pidas que te acompane!

Tambien Drake se rio. No volvio a sacar el tema delante de Par Leon, pero en el transcurso de la semana siguiente asistio discretamente a cursillos acelerados de astronautica, astronomia y sistemas espaciales, temas que nunca antes le habian interesado en absoluto. Sus hallazgos lo asombraron. Par Leon habia subestimado la situacion. Abundaban las naves disponibles, con motores que podian impulsarlas a velocidades cercanas a la de la luz. Eso hizo que Drake reevaluara todos sus planes. Antes pensaba que tendria que volver al estado de congelacion. Ahora tenia otras opciones.

Ni siquiera intento comprender la tecnica de depreciacion de la inercia que permitia evitar lo que deberia haber sido una letal aceleracion de 4000g cuando la nave entraba y salia de la zona cercana a la velocidad de la luz. Esa comprension requeria un dominio practico del lenguaje cientifico que escapaba a sus posibilidades. En lugar de ello penso en como habia cambiado el mundo. Si esta tecnica hubiera estado disponible a finales del siglo XX, la habrian aprovechado millones de personas. Ahora, a poca gente parecia importarle. Aunque las estrellas estaban al alcance de la mano, la humanidad no extendia sus brazos hacia ellas. La civilizacion parecia estable, estatica, satisfecha dentro de los comodos limites del sistema solar. ?Era eso el progreso, o un retroceso?

Drake estuvo preparado en nueve dias. Habia hecho todo cuanto podia. La noche previa a su partida invito a Par Leon a una cena de cortesia. Por ese entonces ya estaba asumido que podian comer y beber sin incomodidad en presencia del otro. Leon habia sugerido en un par de ocasiones que no le importaria intimar mas aun, pero no se dio por ofendido ante la negativa de Drake.

Fueron al restaurante preferido de Leon, pidieron sus platos favoritos y bebieron sus vinos predilectos. Como incentivo anadido, por casualidad, una de las nuevas composiciones de Drake estaba sonando de fondo.

—Ahi lo tienes. —Par Leon movio la cabeza hacia un altavoz invisible—. Esta es una fama autentica y merecida. Musica de calidad para comer.

—Pero no para escuchar. —Drake acepto el cumplido con un encogimiento de hombros—. La musica de mesa es como el vino de mesa, generalmente nada especial. Telemann la componia tan deprisa como sabia escribir.

—Cierto. Pero no te subestimes, amigo. Muchos divertimenti de Mozart son artisticos y memorables.

La conversacion giraba en torno a temas gratificantes y familiares. Drake sentia la calidez que conlleva la compania agradable y compatible. Iba a echarlo de menos.

La tentacion de contar toda la verdad se hizo irresistible. Si le confiaba a Par Leon su compromiso y la profundidad de sus sentimientos, su companero se convertiria en un complice voluntario, ?no?

—Leon.

—?Si?

—Ah, nada. Estaba pensando en mi viaje.

Descarto la idea antes de que pudiera seguir desarrollandose. Sus nuevos planes estaban cobrando forma y no implicaban nada tan sencillo como la congelacion controlada y el regreso a las criomatrices. Podian tener consecuencias peligrosas y destructivas. No queria cargar a Par Leon con el peso de la complicidad.

Tampoco queria —no podia, no se atrevia— hacer absolutamente nada que pudiera poner en peligro sus posibilidades de exito.

9

Huida a ninguna parte

Drake habia decidido proceder con suma cautela. Al menos durante la primera etapa de su viaje, debia parecer un genuino turista. Su resurreccion ayudaba. Podia decirle a cualquier persona que se encontrara que lo habian descongelado recientemente —sin abundar en cuan recientemente—. Diria que seguia intentando acostumbrarse a esta nueva epoca. Se quedaria boquiabierto ante todo lo que viera, como un autentico paleto. Seria libre de hacer un millon de preguntas inocentes.

Habia estudiado la geometria del sistema solar mucho antes de abandonar la Tierra. Al principio se sintio preocupado. Debido a un error de calculo, Pluton se encontraba exactamente en su afelio, lo mas alejado del Sol que le permitia su orbita. Pero luego observo el funcionamiento de las naves. Podian acelerar con tanto impetu, y alcanzar velocidades enormes tan deprisa, que ningun lugar del sistema solar estaba a mas de unos cuantos dias de viaje. Los horarios eran irrelevantes.

Asi que primero a Marte, como le habia dicho a Par Leon antes de emprender su viaje. Drake podia imaginarse a su amigo y mentor comprobando la primera etapa de su trayecto, pero dejaria de interesarse cuando estuviera seguro de que Drake habia llegado sano y salvo.

En las bases de datos de la Tierra se describia el proceso de terraformacion que estaba experimentando Marte; nada, decian las fuentes, comparado con el esfuerzo mas serio que estaba llevandose a cabo en Venus. El proyecto de Marte estaba disenado tan solo para aumentar la cantidad de agua disponible en la superficie, y no interferia con la vida en el interior marciano.

La nave de Drake aterrizo en Marte tras dia y medio de vuelo. Descendio; y encontro el infierno.

El planeta sufria un bombardeo incesante. Cada veinte minutos se estrellaba contra la superficie un fragmento cometario de un par de cientos de metros de diametro. Salia disparado del Cinturon de Kuiper, a nueve mil millones de kilometros de distancia del Sol, y golpeaba Marte tangencialmente, exactamente al alba del proceso de dia y noche. Cada impacto se producia en un radio de veinte grados de distancia con respecto al

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