despues de que este le hubiera echado un vistazo, con «fines medicinales», y le conto sus planes.
Cuando acabo, Tom se acerco a Drake, le tanteo los musculos de los hombros y la nuca, le tiro del parpado inferior y escudrino la piel expuesta, y por ultimo se sento a su lado.
—Llevas unos cuantos meses sometido a una tension espantosa —dijo en voz baja.
—Cierto. Asi es. —Drake mantuvo la voz igual de tranquila.
—Y seria sin duda extraordinario que tu conducta o tus sentimientos fueran completamente normales. De hecho, si ahora tienes un aspecto normal, es tan solo porque has contenido tus emociones por completo. Esta claro que no comprendes las implicaciones de lo que me estas proponiendo.
Drake nego con la cabeza.
—Esto no es algo nuevo. Solo lo es para ti. Yo llevo dandole vueltas desde el dia en que renuncie a todas las otras opciones.
—Entonces ese fue el dia en que pusiste el candado a tus sentimientos. —Tom Lambert se inclino hacia delante—. Mira, Drake, Ana era una mujer estupenda, unica. No estoy diciendo que sepa por lo que has pasado, porque obviamente no es asi. Me hago una idea de la perdida que sientes. Pero tienes que preguntarte que querria Ana que hicieras ahora. No puedes dejar que el pasado te obsesione. Ella te diria que todavia tienes tu vida. Aunque sea sin ella, tienes que vivirla. Ella querria que la vivieras, porque te queria. —Hizo una pausa—. Permite que te de un consejo…
Mientras Tom seguia hablando, a Drake le costaba cada vez mas trabajo escuchar. La habitacion parecia oscura y mal aireada, y encontraba dificultades para respirar. Las palabras de Tom Lambert le llegaban desde muy lejos. No parecian decir nada. Se obligo a concentrarse, a escuchar con mas atencion.
—…de tu trabajo. Todavia eres joven. Tienes de cuarenta a cincuenta anos buenos por delante. Y ya te has labrado una reputacion. Eres uno de los compositores mas prometedores del pais, y tus mejores obras estan aun por venir. Ana podria haber representado tu trabajo mejor que nadie, pero habra mas. Aprenderan. Con el talento que tienes, nos debes a los demas el no truncar tu carrera antes de alcanzar la cima.
—No tengo intencion de hacerlo. Seguire componiendo. Despues.
—?Te refieres a despues de eso? —Tom tenia el ceno fruncido y meneaba la cabeza—. ?Y si no hubiera un despues? Drake, acepta mi consejo de medico y amigo. Te hace falta salir de casa desesperadamente, y te hacen falta unas vacaciones. Haz un crucero por algun sitio, da la vuelta al mundo. Exponte a nuevas influencias. Se como debes de sentirte en estos momentos, pero deberias darte un ano y esperar a ver como te sientes entonces. Te lo garantizo, todo te parecera distinto. Querras vivir de nuevo. Te olvidaras de esta idea descabellada.
La sensacion de ahogo estaba remitiendo. Drake habia recuperado el control de si mismo. Aguardo pacientemente a que Tom hubiera terminado, antes de mostrar su conformidad asintiendo con la cabeza.
—Te hare caso. Me ire fuera una temporada. Pero si resulta que te equivocas… si vuelvo a verte dentro de, digamos, ocho o diez anos, y te lo pido de nuevo, ?lo haras? ?Me ayudaras? Quiero que me respondas con sinceridad, y quiero que me des tu palabra.
La tension abandono visiblemente a Tom Lambert. Resoplo aliviado.
—?Diez anos a partir de ahora? Drake, si vuelves a verme dentro de ocho o diez anos y me lo pides de nuevo, admitire que estaba equivocado. Y prometo ayudarte en tu plan.
—?Me lo prometes de verdad? No quiero que un buen dia me digas que has cambiado de parecer, o que no hablabas en serio.
—Te lo prometo de verdad. Claro, esto te lo concedo. —Tom se rio—. Pero no me preocupa tener que cumplir mi palabra. Te apuesto todo lo que tengo a que dentro de un par de anos no volveras a mencionar esta promesa. Por mucho que hoy te cueste creerlo, estaras viviendo una nueva vida, y la estaras disfrutando. —Se acerco al aparador y se sirvio una copa—. Me gustaria proponer un brindis, Drake. Tres brindis, de hecho. Por nosotros. Por tu futuro. Y por tu proxima, y mas sublime, composicion.
Drake levanto su vaso.
—Por nosotros, y por el futuro. Brindo por eso. Pero no puedo brindar por mi proxima obra, porque no se cuando voy a crearla. Tengo muchas otras cosas que hacer…, para empezar, me has dicho que salga de la ciudad. Pienso hacer eso mismo, de inmediato. Pero no te preocupes, Tom. Me pondre en contacto contigo cuando llegue la hora.
4
En el abismo
Habia dos problemas. El primero era facil de detectar pero dificil de resolver: el dinero.
Al principio, Drake y Ana habian sido muy pobres. De resultas hablaban de dinero con frecuencia. Ella echaba un vistazo a la libreta de su cuenta conjunta, con su saldo de cero, y se lamentaba. El se reia, mas preocupado que divertido, y en cierta ocasion cito una frase de Somerset Maugham que acababa de leer: «El dinero es el sexto sentido que nos permite disfrutar de los otros cinco». Anadio: «Supongo que eso nos deja con seis sentidos de menos».
Por desgracia, ni los lamentos ni las citas producian beneficios. El dinero, o la falta de, parecia importante, mas importante que cualquier otra cosa con la excepcion de la musica y la pareja.
El exito profesional trajo consigo un cambio de actitud. Ana tenia sus clases y sus conciertos, Drake tenia alumnos y encargos ocasionales. Sus necesidades eran modestas. Compraron una casa, un edificio grande y anticuado de ladrillo y estilo colonial, con cuatro dormitorios y dos mil metros cuadrados de patio vallado, con la esperanza de que algun dia les haria falta todo ese sitio para una familia numerosa. Ninguno de los dos queria viajar ni ser millonario. Las citas de Wordsworth eran mas frecuentes que las de Maugham: «Acumulando y dilapidando, asi malgastamos nuestra energia».
Ahora todo eso era cosa del pasado. A Drake le hacia falta dinero, mucho dinero. Tenia que asegurarse de que Ana pudiera estar a salvo en su matriz helada en un futuro indeterminado, hasta que pudiera ser descongelada con seguridad y pudiera curarse su enfermedad. Entonces su vida podria empezar de nuevo. Habia unas cuantas cosas sobre las que no tenia control alguno, como la posibilidad de que el mundo sucumbiera totalmente a la barbarie, o el rechazo de todas las formas de moneda y comodidad del presente. Esos eran riesgos que Ana y el tendrian que asumir.
El otro problema era mas sutil. Segun Tom, podria pasar mucho tiempo hasta que se descubriera una cura para la rara y sumamente maligna enfermedad de Ana. Como el mismo habia senalado, una cosa que mata tan solo a un punado de personas al ano no llama tanto la atencion como los canceres y las afecciones cardiacas comunes, que acaban con cientos de millones de vidas.
Supongamos que se tardara un siglo en descubrir la cura, tal vez incluso dos siglos. ?Que conocimientos de la sociedad actual interesarian a la gente en el ano 2200? ?Que tendria que saber un hombre o ser una mujer, para que los habitantes de esa Tierra futura consideraran que merecia la pena revivirlos? Drake estaba convencido de que aun cuando se descubriera una forma infalible de resucitar a los revivibles, la mayoria de los cuerpos almacenados en las criomatrices se quedarian exactamente donde estaban. Los contratos con Segunda Oportunidad garantizaban unicamente el mantenimiento en condiciones criogenicas. No ofrecian, ni podian ofrecer, garantia alguna de que un individuo en concreto fuera a ser descongelado.
?Para que descongelar a nadie en realidad? ?Por que anadir otra persona a un mundo atestado, a menos que tuviera algo especial que ofrecer?
Drake se imagino emplazado en el siglo XIX. ?Que podria haber guardado en su cerebro, en esa epoca, que se considerara valioso hoy en dia, doscientos anos despues? Ni politica, ni arte. El conocimiento de ambos preceptos era bastante adecuado. Sin duda, nada de ciencia ni de tecnologia; en los dos ultimos siglos se habia producido un avance fenomenal en ambas disciplinas.
?Que querria saber la gente del futuro acerca del pasado?
Decidio que tenia tiempo de sobra para reflexionar sobre su propia pregunta; tiempo, lo que le habia sido negado a Ana. Seria una temeridad apresurarse, cuando podia planificar y calcular a placer. Se dio un plazo de diez anos. Asi le quedarian todavia cuarenta de los cincuenta anos que habia previsto y anhelado. Aunque estaba bastante dispuesto a prolongar el plazo hasta los quince anos si era preciso.
Si necesitaba mas tiempo, no seria porque se permitiera el lujo de que lo distrajeran otras actividades. Su