incluso, merecer la pena capital-; Rohm, Frick, Bruckner, Pernet y Wagner lo fueron a quince meses de carcel, lo que les puso inmediatamente en libertad, pues ya habian cumplido seis y se comprometieron a no reincidir; Ludendorff fue absuelto.

Hitler retorno a la prision de Landsberg el dia 1 de abril de 1924, en la tarde del mismo dia en que se pronuncio la sentencia. Fue recibido en la carcel como una autentica celebridad. El director se mostro obsequioso y los funcionarios, entre respetuosos y serviles. Su habitacion, la celda num. 7, era amplia y estaba bien ventilada por dos ventanas que daban al Lech. Constituian su parco mobiliario una cama de hierro, con colchon y mantas, una mesa, dos sillas, una lampara y un armario; pero el austero equipamiento quedaba compensado por las flores y regalos llegados de toda Alemania e, incluso, de Austria y Checoslovaquia, hasta el punto de que nadie hubiera podido decir que aquella era una habitacion carcelaria de no haber sido por las ventanas clausuradas por fuertes rejas. Vinos, dulces, todo tipo de embutidos, juegos, objetos tipicos de los diversos Lander, cigarros, prendas de abrigo, libros, dinero y visitas invadieron la prision de Landsberg durante las primeras semanas del encarcelamiento de Hitler y le otorgaron una situacion tan confortable que, tiempo despues, confesaria que la carcel habia sido para el «un ano de Universidad becado por el Gobierno».

Justo es que lo dijera, porque a los pocos dias de regresar a Landsberg habia revolucionado su regimen carcelario. Con el pretexto de las numerosisimas visitas que recibia, algunas de gentes importantes, consiguio que se le habilitase una celda contigua como recibidor, que solia estar siempre adornada con flores que las numerosas admiradoras del lider nazi no se cansaron de enviarle durante todo su cautiverio. Poco despues comenzo a escribir un articulo para un periodico y mas tarde Mein Kampf (Mi lucha), trabajos que fueron pretextos suficientes para que el director de la carcel le concediera otra celda contigua, equipada como despacho, en la que se colocaron estanterias para los libros y una mesa de trabajo, con una vieja maquina de escribir.

En aquella venerable Remington escribia, con solo dos dedos pero con mucho entusiasmo, el chofer de Hitler, Emil Maurice, relojero de profesion, camorrista vocacional y excelente conductor de automoviles. Pero la buena voluntad de Emil no podia suplir su falta de conocimientos y eso lo percibia incluso un hombre de tan escasa formacion literaria como Hitler. Del atolladero le saco el fiel Rudolf Hess, que despues del putsch habia logrado huir a Austria. Tras la condena y encarcelamiento de Hitler regreso y se entrego a la justicia bavara, que le recluyo en Landsberg el 15 de mayo. Hitler acababa de hallar a su secretario ideal: Hess era universitario, habia leido mucho y redactaba con cierta soltura. Mein Kampf se habia salvado por los pelos.

El libro tenia la intencion de ser una autobiografia y de recrearse en los sucesos de noviembre de 1923, pero termino convirtiendose en la mejor muestra del pensamiento y de la personalidad de Hitler. El autor amano su historia, describio las situaciones tal como el hubiese deseado que ocurrieran e idealizo su perfil. De cualquier forma, tenia tan poco que decir que rapidamente se lanzo por el sendero de sus diatribas habituales: el peligro judio, la infamia comunista, la «punalada por la espalda» de la monarquia, capitalistas y socialdemocratas, el poder de la propaganda, la inmoralidad e inutilidad del Reichstag, la superioridad de la raza alemana, la imperiosa necesidad de ganar territorios en el este, la necesidad de un hombre carismatico investido de todos los poderes para salvar Alemania.

Con estos y otros argumentos, que repetian sus interminables discursos de los cuatro ultimos anos, hilvano un manifiesto politico largo y reiterativo, expuesto con un estilo que uno de sus mas prestigiosos biografos, Alan Bullock, califica de «ampuloso, pomposo, pedante y seudointelectual». Segun Bullock,

«El resultado fue un libro de interes para aquellos que pretenden interpretar los procesos mentales de Hitler, pero un fracaso como tratado del partido nazi u obra politica de interes publico; muy poca gente tuvo la paciencia de leerlo, aun entre los propios correligionarios de Hitler.»

Sin embargo, hubiera debido prestarsele mas atencion: si los responsables politicos de Baviera y del resto de Alemania lo hubieran leido es muy posible que la carrera de Hitler se hubiese truncado alli mismo: tal es la brutalidad, la falta de todo escrupulo y el proposito de lograr el poder sin importar el coste, que destila el libro. En Mein Kampf se encuentra el programa de Hitler para la toma del poder, para la destruccion de la Republica, para la conquista del mundo.

Hitler celebro su trigesimo quinto aniversario, el 20 de abril de 1924, rodeado de sus amigos y del respeto y la admiracion de sus carceleros, a los que dominaba con su mirada, su prestigio, sus regalos y su comportamiento pacifico y metodico. Con el buen tiempo de aquella primavera se hacia despertar a las 6 h de la manana; su meticuloso aseo personal y el orden de su habitacion le ocupaban una hora; a las 7 h desayunaba solo o acompanado de alguno de sus amigos. Despues daba un largo paseo por el jardin y, ya en su despacho, respondia la abundante correspondencia. A las 10 h reunia a los nazis encarcelados en Landsberg -que en algunos momentos llegaron a ser cerca de cuarenta- y les leia algunos fragmentos de lo que estaba escribiendo, gustandole debatir con ellos el contenido, aunque no se ha dicho nunca que alguien osara rebatir sus argumentos o contrariar sus conclusiones. A mediodia se servia el almuerzo; era la unica comida que Hitler hacia junto a los demas reclusos. Llegaba cuando ya todos estaban colocados y se situaba a la cabecera, que se le habia reservado, sentandose los presos una vez que el lo habia hecho. Durante el almuerzo conversaba con sus vecinos de mesa de todo tipo de temas, prefiriendo no hacerlo de politica. Terminada la comida, solia formarse una breve tertulia, momento en que sus companeros de Landsberg le ofrecian modestos regalos tipicos en la vida carcelaria. Cuando lo estimaba oportuno, se levantaba y todos los demas hacian lo propio inmediatamente, esperando en posicion de firmes a que abandonara el comedor. Despues se retiraba a sus habitaciones y recibia visitas, respondia cartas o dictaba algunos parrafos de Mein Kampf. A las 16 h tomaba el te con sus amigos y a las 16.45 h salia al jardin, donde paseaba durante una hora. La cena de los presos era a las 18 pero Hitler no la hacia en comunidad, sino en sus dependencias, con los lideres nazis condenados junto a el. Luego sostenia una tertulia con ellos o volvia a trabajar un rato en su libro, hasta las 21 de la noche en que cada uno debia retirarse a su celda. Segun el reglamento, la luz se apagaba a las 22 h, pero a el se le permitia cortarla cuando lo deseaba, que solia ser hacia medianoche, aprovechando esas horas para leer. Segun los testigos de aquellos meses de carcel, Hitler era el verdadero director de la prision, donde todo funcionaba con estricto orden cuartelario y donde, durante su estancia, no se produjo ni un solo conflicto, ni un solo acto de indisciplina.

Este genero de vida metodico, reposado y laborioso de Landsberg seria clave para su futuro. Hitler no solamente habia engordado y gozaba de una excelente salud, sino que fue en la tranquilidad carcelaria donde decidio que la hora de los golpes de Estado habia concluido y que el poder habria de ganarse desde dentro del sistema: primero conquistaria el Parlamento, luego lo clausuraria. Alli escribio la primera parte de Mein Kampf de cuya edicion recibiria cuantiosos ingresos en concepto de derechos de autor a lo largo de toda su vida. En la carcel medito alguno de sus proyectos mas positivos, como el de dotar a Alemania de la mejor red de autopistas de la Tierra y de conseguir que la industria automovilistica fabricase un coche popular al alcance de todos los alemanes. Tambien alli urdio otros no tan positivos, como el Lebensraum, «el espacio vital», que habria de ser conquistado en el este a costa de la Union Sovietica, para satisfacer las necesidades expansivas de Alemania. En Landsberg, finalmente, logro la respetabilidad y la confianza de las autoridades bavaras.

De esto ultimo fue responsable el director de la prision, que estaba encantado con su famoso prisionero. Se sentia orgulloso de su habilidad: le habia bastado -se jactaba entre sus intimos-con unas pequenas concesiones para que aquella panda de broncos nazis fuera mansa como un rebano de ovejas y para que el penal funcionara mejor que nunca. A comienzos del otono de 1924 escribia un memorandum al departamento de Justicia en el que, entre otras cosas, decia:

«Hitler esta mostrandose como un prisionero agradable y disciplinado y esto no solo en lo que concierne a su persona, sino tambien en lo que afecta a los demas encarcelados, contribuyendo a mantener su disciplina. Es obediente, tranquilo y modesto. Nunca pide cosas excepcionales (?!), se porta de modo razonable y esta asimilando muy bien las incomodidades y privaciones del regimen carcelario. No es soberbio, es parco en el comer, no fuma ni bebe y ejerce una autoridad muy beneficiosa entre los demas reclusos […] Siempre se muestra educado y jamas ha insultado a ninguno de los funcionarios de la prision.

»Indudablemente, Hitler retornara a la vida politica. Tiene el proposito de refundar y resucitar su partido, pero sin enfrentarse con las autoridades; recurrira a todos los medios para lograr su proposito, exceptuando un

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