solicitara para el la Cruz de Hierro de primera clase si sale airoso de la empresa. La suicida mision se cumple satisfactoriamente y en el parte del regimiento de ese dia figura la siguiente citacion:

«En su labor de correo ha demostrado mucha sangre fria y un valor ejemplar, tanto en la guerra de posicion como en la de movimiento, y siempre se ha ofrecido voluntario para llevar mensajes en las situaciones mas dificiles y con riesgo de su vida. En condiciones de gran peligro, cuando estaban rotas todas las lineas de comunicacion, la incansable y valiente actividad de Hitler hizo posible que los mensajes llegaran a su destino.»

Firmaba la citacion el baron Von Godin, comandante del regimiento, a recomendacion del primer teniente Hugo Gutmann. Esta historia es muy poco conocida porque Hitler nunca quiso airear que debia una de las maximas condecoraciones del ejercito aleman, escasisima entre la clase de tropa, a un judio.

Aunque Hitler nunca lo confiesa en sus escritos, a esas alturas hasta un soldado fanatico como el debia estar hastiado de la guerra: la Cruz de Hierro de primera clase le fue impuesta el 4 de agosto y acepto el permiso que llevaba anexo, regresando nuevamente junto a sus parientes de Spital. Este retorno era logico, pues significaba no solo calor familiar, alimentos sanos, lejania del frente, sino que suponia, sobre todo, notoriedad: Adolf Hitler, estudiante calavera, artista fracasado y vagabundo perdido en los suburbios de Viena, regresaba a su tierra convertido en un heroe.

En septiembre de 1918 Hitler habia retornado al frente, justo en los mismos lugares donde recibio su bautismo de fuego cuatro anos antes. Lo que en 1914 el estimo como gran destruccion, era apenas un remedo de la guerra. En el otono de 1918 se produjeron lluvias torrenciales. Los proyectiles habian dejado el campo como un enjambre de embudos llenos de agua. Las trincheras ya no podian cavarse en el suelo, sino que habian sido sustituidas por lineas de sacos terreros. El campo debia franquearse cruzando sobre pasarelas, siendo sumamente peligroso pisar un charco en el que podia ahogarse el imprudente. Los pueblos eran informes montones de escombros sobre los que crecia la hierba y nadie osaba guarecerse bajo los restos tambaleantes de un edificio pues atraeria rapidamente el fuego de los canones enemigos. En ese dantesco escenario, sembrado de hombres y bestias a medio enterrar y donde el hedor de la muerte se pegaba a la ropa, se produjo la ultima ofensiva de la guerra: britanicos y franceses trataron de empujar a los alemanes hacia el Rin.

Alli se encontraba el regimiento List el 28 de septiembre cuando Bulgaria capitulo. La noticia, que debio pasar desapercibida en el frente, conmociono al Gobierno aleman, enterado ya de que Turquia estaba negociando su rendicion e informado por Viena de que, agotados sus recursos economicos, industriales y humanos, se aprestaba a pedir el alto el fuego. No era mejor la situacion alemana: el 29 de septiembre, dada la carencia de reservas, la escasez de municiones y viveres y la superioridad del enemigo, Ludendorff y Hindenburg recomendaban a su Gobierno que solicitase el armisticio segun los 14 puntos formulados por el presidente de Estados Unidos, Wilson. La noticia cayo como una bomba, incluso entre el Gobierno que debia conocer la precaria situacion; muchos alemanes conscientes recibieron la noticia como una liberacion, pero la mayoria quedo aterrada ante la noticia: sus tropas peleaban aun sobre suelo extranjero y apenas tres meses antes amenazaban Paris; ?que habia ocurrido para que se produjera semejante cataclismo?

Los militaristas hallaron una justificacion inmediata: la «punalada por la espalda.» El cuchillo -era evidente- lo habian empunado la socialdemocracia, los comunistas y los judios. La frase y la idea hicieron fortuna, con el apoyo del Ejercito, que de esa forma salvaba sus responsabilidades en la derrota, y con la aquiescencia inconsciente de los vencedores, que aceptaron en el acto del armisticio de Rethondes, el 8 de noviembre de 1918, a una delegacion civil acompanada de dos militares de segundo rango: el ejercito salvaba la cara. Raymond Cartier lamenta ese final de la guerra y la durisima paz de Versalles, que prepararon el ascenso del nazismo y la Segunda Guerra Mundial:

«La Primera Guerra Mundial, nacida de errores y equivocos, habria debido tener como conclusion una victoria aliada indiscutible, seguida de una paz de reconciliacion. Pero se haria lo contrario: de una victoria incompleta, saldria una paz ridiculamente rigurosa.»

Hitler recibio la noticia del armisticio en el hospital pomeranio de Pasewalk, especializado en heridos a causa de gases. Habia perdido la vision en la madrugada del 14 de octubre, cuando el puesto de mando del regimiento List, que se hallaba en una localidad llamada La Montagne, al sur de Ypres, fue objeto de un prolongado ataque britanico con granadas de cloro gaseoso. Al hospital llegaban atenuadas las noticias del armisticio, de la rendicion de las fuerzas armadas alemanas y de la caida y exilio del Kaiser, pero Hitler escribio unos anos despues que cuando, el 10 de octubre, se entero de que la guerra estaba perdida, no quiso escuchar mas detalles:

«[…] la noche cayo ante mis ojos y a tientas, a tropezones, regrese al dormitorio y hundi mi cabeza ardiente bajo la manta y la almohada.»

LA AMANTE

El 21 de noviembre de 1918, hallandose plenamente recuperado, recibio el alta. Dos dias mas tarde regresaba a Munich en busca de su destino. Alli, poco despues, Adolf Hitler naceria para la politica; alli, en los anos veinte, se pondrian las bases del III Reich que pretendia ser milenario y, desde alli, los nazis conquistarian el poder en la siguiente decada. Munich le elevaria hasta la cuspide de sus ambiciones. Munich estaria metida hasta su medula, tanto que, en aquella madrugada del 29 de abril de 1945, cuando la derrota nazi en la Segunda Guerra Mundial era evidente, una muniquesa, Eva Braun, le decia «si, quiero» y se convertia en su esposa en el bunker de la Cancilleria de Berlin.

?Que extrana ceremonia! El hombre que se habia enamorado, en 1906, de Stefanie y que jamas se atrevio a declararle su amor, el que habia rechazado a las mujeres en Viena, el misogino de la guerra, se casaba practicamente in articulo mortis. Cierto que en Munich habia tenido relaciones fugaces y que mantuvo una tempestuosa relacion con Geli Raubal, su medio sobrina, pero casi nadie sabia que Hitler sostenia una relacion sentimental estable desde 1932.

Eva Braun, nacida en el seno de una familia pequeno-burguesa de Munich en 1912, se habia educado en un colegio de religiosas que no pudieron hacer carrera de ella, hasta el punto de que carecia del certificado de estudios secundarios. En 1929 entro a trabajar en la tienda y estudio de Heinrich Hoffmann, fotografo oficial de Hitler desde que este se convirtiera en una de las estrellas de la politica alemana en 1923. Eva llevaba la contabilidad, atendia a los clientes y ocasionalmente le servia de modelo. Era una muchacha rubia, atletica, de cara redondeada, ojos azules y amplia sonrisa, que poseia una gran distincion natural y una contagiosa alegria de vivir. Carecia de formacion intelectual, pero la suplia con una notable inteligencia y una extraordinaria actividad y resolucion.

Hitler la conocio en el estudio de Hoffmann en 1929, recibiendo una profunda impresion, que no paso desapercibida al fotografo. En adelante, frecuentemente era ella la encargada de llevar las fotografias que Hoffmann servia al futuro canciller semanalmente. Se ignora si existieron relaciones intimas entre ellos mientras vivio Geli Raubal, pero a comienzos de 1932 -apenas medio ano despues de la muerte de su medio sobrina- la convirtio en su amante fija. Eva tenia entonces veinte anos, Adolf, cuarenta y tres. Hubo otras mujeres a partir de entonces, pero siempre constituyeron relaciones fugaces para, seguidamente, retornar a Eva Braun. Esta situacion hizo sufrir tanto a la muchacha que intento suicidarse en dos ocasiones, pero termino aceptando la naturaleza de la relacion, sobre todo a partir de 1936, cuando el Fuhrer le regalo un apartamento en Munich y le asigno habitaciones tanto en la Cancilleria del Reich como en su residencia de Berghof.

Eva Braun vivio desde entonces una discreta existencia -hasta el punto de que solo el circulo de los intimos de Hitler la conocia- plenamente dedicada a ser su companera, «el reposo del guerrero», sin otra ambicion que ser querida y amar «al hombre mas grande de Alemania y aun del mundo». Hitler la amaba y los millares de fotografias y fotogramas de cine que se conservan de su vida con Eva Braun le muestran relajado, sonriente y feliz a su lado. Junto a Eva no tenia que fingir, podia despojarse de su coraza de feroz autocrata. Buena muestra de su carino hacia ella son los numerosos y caros regalos que le hizo y que en su testamento de 1938 la designase primera beneficiaria; mas aun, cuando en enero de 1945 se traslado a Berlin para defender la capital del Reich, la

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