– Es el hombre mas fuerte que he conocido. ?Por que lo pregunta?

– Sospecho que necesitara serlo.

– Le sorprenderia lo fuertes que pueden ser los indios.

– ?Y su madre? ?Y su hermana?

La manana del segundo dia comenzo con la declaracion de Joseph Markew, posadero y antiguo policia. Refirio que el inspector Campbell le habia enviado a la estacion de tren de Great Wyrley y Churchbridge y que el preso habia rechazado su peticion de que aguardase a un tren posterior.

– ?Le dijo cual era el asunto tan importante que le obligaba a desatender el requerimiento urgente de un inspector de policia? -pregunto Disturnal.

– No, senor.

– ?Repitio usted su peticion?

– Si, senor. Le sugeri que por una vez podia tomarse un dia libre. Pero se nego a cambiar de idea.

– Entiendo. Y, senor Markew, ?sucedio algo en aquel momento?

– Si, senor. Un hombre que estaba en el anden se acerco y dijo que habia oido que esa noche habian destripado a otro caballo.

– Y cuando el hombre dijo eso, ?adonde miraba usted?

– Miraba directamente a la cara del preso.

– ?Y quiere describirnos como reacciono el?

– Si, senor. Sonrio.

– Sonrio. Sonrio al enterarse de que habian destripado a otro caballo. ?Esta seguro de lo que dice, senor Markew?

– Oh, si. Segurisimo. Sonrio.

George penso: «Pero si no es verdad. Se que no lo es. Vachell tiene que demostrar que no es cierto».

Vachell descarto cuestionar la declaracion directamente. Se concentro, en cambio, en la identidad del hombre que en teoria se habia acercado a Markew y George. ?De donde era y que clase de hombre, y adonde fue? (Y, lo cual quedaba implicito, ?por que no estaba en la sala?) Vachell logro expresar, mediante insinuaciones y pausas y, por ultimo, una declaracion directa, un asombro considerable por el hecho de que un posadero y ex policia, con un vasto conocimiento de la comarca, fuera incapaz de identificar al util pero misterioso desconocido que podria ratificar su afirmacion descabellada y tendenciosa. Pero la defensa no pudo sacar mas partido de Markew.

A continuacion, Disturnal hizo que el sargento Parsons repitiera los comentarios del acusado sobre que esperaba que le detuvieran, y su presunta declaracion en el calabozo de Birmingham de que ajustaria las cuentas a Loxton antes de verse perdido. Nadie intento explicar quien podria ser el tal Loxton. ?Otro miembro de la banda de Wyrley? ?Un policia al que tambien George habia amenazado con dispararle en la cabeza? El nombre quedo en el aire para que el jurado hiciera con el lo que pudiese. Un policia llamado Meredith, cuya cara y nombre George no recordaba, cito algo inofensivo que George habia dicho sobre la fianza, pero se las ingenio para que sonara como una incriminacion. Despues William Greatorex, el saludable chico ingles de porte agradable, repitio su relato de que George habia mirado por la ventanilla del vagon y mostrado un interes inexplicable por los caballos muertos del senor Blewitt.

Lewis, el veterinario, describio el estado del pony de la mina, la forma en que sangraba, la longitud y la naturaleza de la herida y la deplorable necesidad de sacrificar al animal. Disturnal le pregunto que conclusiones habria podido sacar sobre la hora en que la mutilacion tuvo lugar. Lewis declaro que en su opinion profesional la incision habia sido practicada dentro de las seis horas precedentes al examen que el realizo del pony. En otras palabras, no antes de las dos y media de la manana del dia 18.

Para George, esto fue la primera buena noticia de la jornada. La disputa sobre la ropa que llevaba cuando visito al botero era ahora intrascendente. La fiscalia se habia cerrado una de sus vias. Se habian obstruido el paso.

La conducta de Disturnal, sin embargo, no dio indicios de tal cosa. Su actitud daba a entender que el diligente trabajo de la policia y la acusacion habian despejado ya alguna ambiguedad inicial del caso. Ya no alegamos que en algun momento de un plazo de doce horas…, ahora podemos alegar que eran muy cerca de las dos y media de la manana cuando… Y Disturnal se las apano para que esta precision creciente transmitiera una confianza cada vez mayor en que el acusado estaba en el banquillo por los motivos que figuraban en el sumario.

En la ultima parte de la sesion testifico Thomas Henry Gurrin, que corroboro su condicion de experto en grafologia con diecinueve anos de experiencia en la identificacion de escrituras falsificadas y anonimas. Confirmo que el Ministerio del Interior contrataba sus servicios con frecuencia, y que su actuacion pericial mas reciente habia sido en calidad de testigo en el juicio por el asesinato de Meat Farm. George no sabia que aspecto cabia esperar de un experto en grafologia; quiza seco y doctoral, con una voz como una pluma que chirria. Gurrin, con su tez rubicunda y sus patillas de boca de hacha, podria haber sido hermano de Greensill, el carnicero de Wyrley.

Haciendo abstraccion de su fisonomia, Gurrin tomo posesion de la sala. Presentaron fotografias ampliadas de muestras de la escritura de George. Presentaron fotografias ampliadas de muestras de las cartas anonimas. Unos documentos originales fueron descritos y entregados a los miembros del jurado, que se tomaron lo que a George le parecio una eternidad en examinarlos, y que se interrumpian una y otra vez para mirar un largo rato al acusado. Gurrin senalo con un puntero de madera determinadas espirales, garfios y cruces; y de algun modo la descripcion desemboco en inferencia, de ahi se convirtio en probabilidad teorica y por fin se transformo en absoluta certeza. En suma, el dictamen experto y ponderado del grafologo Gurrin fue que el acusado era el autor tanto de las cartas anonimas como de las que patentemente habia escrito con su propia mano sobre su propia firma.

– ?De todas esas cartas? -pregunto Disturnal, agitando la mano alrededor de la sala, que parecia haberse transformado en un scriptorium.

– No, senor, no todas.

– ?Hay algunas que en su opinion no fueron escritas por el acusado?

– Si, senor.

– ?Cuantas?

– Una, senor.

Gurrin indico la unica carta cuya autoria no imputaba a George. Este comprendio que la excepcion tuvo por efecto refrendar lo que el experto habia asegurado sobre todas las demas. Era una astucia disfrazada de cautela.

Acto seguido, Vachell dedico un tiempo a disertar sobre la diferencia entre una opinion personal y una prueba cientifica, entre pensar algo y saberlo; pero Gurrin probo que era un testigo inquebrantable. Se habia visto en aquella situacion muchas veces. Vachell no era el primer abogado que insinuaba que sus procedimientos no eran mas rigurosos que los de un adivino con su bola de cristal, un lector del pensamiento o un medium de espiritismo.

Despues, Meek aseguro a George que el segundo dia era a menudo el peor para la defensa, pero que el tercero, cuando presentasen sus propios testimonios, seria el mejor. George asi lo esperaba; estaba luchando contra la sensacion de que, poco a poco pero de un modo irrevocable, le estaban despojando de su version de los hechos. Temia que fuese demasiado tarde cuando llegara el turno de la defensa. La gente -y, en particular, el jurado-reaccionaria pensando: «Pero no, ya nos han contado lo que ocurrio. ?Por que vamos a cambiar de criterio ahora?».

A la manana siguiente, obedecio a Meek y puso en practica el metodo que habia inventado de ver su caso desde otra perspectiva. ASESINATO A MEDIANOCHE. TRAGEDIA EN UN CANAL DE BIRMINGHAM. DETENIDOS DOS GABARREROS. Por una vez, este ardid no surtio el habitual efecto. Recorrio la

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