George hubiese llegado andando hasta la granja de Green la noche del 17, y no dejo de preguntarse por que a George, en su declaracion, se le habia olvidado mencionarlo. El fiscal se mostro asimismo implacable al abordar, como era inevitable, la cuestion de los pelos en la ropa de George.
– Senor Edalji, en su testimonio bajo juramento ha dicho que los pelos se le adhirieron a la ropa al apoyarse contra la cancilla de un prado donde habia vacas pastando.
– Dije que podia ser un modo de que llegaran a mi ropa.
– Pero el doctor Butter recogio veintinueve pelos de su ropa que luego examino al microscopio y descubrio que su longitud, color y textura eran identicos a los pelos de la tira de piel cortada al pony muerto.
– No ha dicho identicos. Ha dicho similares.
– ?Si? -Disturnal se desconcerto un instante y fingio que consultaba sus papeles-. En efecto. «De longitud, color y textura similares.» ?Como explica esta similitud, senor Edalji?
– No puedo hacerlo. No soy un experto en pelos de animales. Solo puedo sugerir como podrian haber aparecido los pelos en mi ropa.
– Longitud, color y textura, senor Edalji. ?Esta pidiendo seriamente a la sala que crea que los pelos de su abrigo procedian de una vaca en un cercado, cuando tenian la longitud, el color y la textura de los de un pony destripado a poco mas de un kilometro de su casa la noche del 17?
George no respondio nada a esto.
Vachell llamo a Lewis al estrado de testigos. El veterinario de la policia reitero su declaracion de que el pony, a su entender, no podia haber sido herido antes de las dos y media. A continuacion le preguntaron que tipo de instrumento habria podido infligir aquel dano. Un arma curva y con los lados concavos. ?Pensaba el senor Lewis que la herida habria podido causarla una navaja domestica? No, Lewis no creia que una navaja hubiera podido causar la herida.
Vachell llamo despues a Shapurji Edalji, clerigo ordenado, que repitio su testimonio sobre sus habitos a la hora de acostarse, la puerta, la llave, su lumbago y la hora en que despertaba. George penso que su padre, por primera vez, empezaba a parecer un anciano. Su voz era menos imperiosa, sus certezas menos obviamente irrefutables.
George se puso nervioso cuando Disturnal se levanto para su turno de preguntas al vicario de Great Wyrley. El fiscal exudaba cortesia y aseguro al testigo que no le retendria mucho tiempo. Esto, sin embargo, resulto ser una promesa burdamente falsa. Disturnal tomo cada detalle minusculo de la coartada de George y lo exhibio delante del jurado, como si aquilatara por primera vez su peso y valor exactos.
– ?Cierra usted con llave por la noche la puerta de su dormitorio?
El padre de George parecio sorprendido de que le volvieran a preguntar algo a lo que ya habia respondido. Hizo una pausa mas larga de lo normal. Despues dijo:
– Si.
– ?Y la abre con la llave por la manana?
De nuevo, una pausa anormal.
– Si.
– ?Y donde guarda la llave?
– La llave se queda en la cerradura.
– ?No la esconde?
El vicario miro a Disturnal como miraria a un colegial impertinente.
– ?Por
– ?Nunca la esconde? ?Nunca la ha escondido?
El padre de George parecio totalmente perplejo.
– No comprendo por que me hace esta pregunta.
– Solo trato de establecer si la llave esta siempre en la cerradura.
– Pero si ya se lo he dicho.
– ?Siempre a la vista? ?Nunca escondida?
– Pero si ya se lo he dicho.
Cuando el padre de George testifico en Cannock, las preguntas habian sido directas y el estrado de los testigos bien podria haber sido un pulpito desde donde el vicario atestiguaba la misma existencia de Dios. Ahora, sometido al interrogatorio de Disturnal, el -y el mundo con el- empezaba a parecer mas falible.
– Ha declarado que la llave chirria cuando gira en la cerradura.
– Si.
– ?Es algo reciente?
– ?Que es lo que es reciente?
– Que la llave chirrie en la cerradura. -El fiscal adoptaba la actitud de quien ayuda a un anciano a subir unos peldanos-. ?Siempre ha chirriado?
– Siempre, que yo recuerde.
Disturnal sonrio al vicario. A George no le gusto aquella sonrisa.
– Y, en todo este tiempo, desde que recuerda, ?nadie ha pensado en aceitar la cerradura?
– No.
– ?Puedo preguntarle, senor, y puede que le parezca una pregunta nimia, pero de todos modos me gustaria conocer su respuesta, por que nadie ha aceitado nunca la cerradura?
– Supongo que nunca nos ha parecido importante.
– ?No ha sido por falta de aceite?
El vicario cometio la imprudencia de mostrar su irritacion.
– Mejor haria preguntando a mi esposa sobre nuestras provisiones de aceite.
– Puede que lo haga, senor. Y ese chirrido, ?como lo describiria?
– ?Que quiere decir? Es un chirrido.
– ?Es un chirrido fuerte o suave? ?Podria compararlo, por ejemplo, con el de un raton o con el crujido de la puerta de un establo?
Shapurji Edalji puso una cara como si hubiera dado un traspie y caido dentro de un antro de trivialidad.
– Supongo que lo describiria como un chirrido fuerte.
– Es tanto mas sorprendente, quiza, que la cerradura no este aceitada. Pero dejemoslo asi. La llave produce un chirrido fuerte por la noche y otro por la manana. ?Y en otras ocasiones?
– No le entiendo.
– Me refiero, senor, a cuando usted o su hijo salen del dormitorio por la noche.
– Pero ninguno de los dos sale nunca.
– Ninguno de los dos sale. Lo comprendo…, sus habitos de dormitorio datan de dieciseis o diecisiete anos. ?Esta diciendo que en todo este tiempo ni usted ni su hijo han abandonado nunca el dormitorio durante la noche?
– No.
– ?Esta totalmente seguro?
De nuevo, una larga pausa, como si el vicario estuviera repasando los anos en su cabeza, noche tras noche.
– Todo lo seguro que puedo estar.
– ?Tiene un recuerdo de cada noche?