conserva en las alas el calor, por asi decirlo, del palacio del Sol Imperial.

– Pero Shang no era una concubina imperial.

– Tal vez Mao le hubiera hecho alguna promesa. Entonces la eleccion del poema que colgaba de la pared de su dormitorio tendria mucho sentido.

– Tiene razon -admitio Chen-. ?Descubrio algun otro detalle inusual sobre Shang que despues no menciono en su libro?

– Dejeme pensar. Si descubri algunos detalles inusuales, pero no les preste demasiada atencion -respondio Diao, cogiendo un trozo de ajo en escabeche-. ?Ah! Le apasionaba la fotografia, entre otras cosas.

– ?Quiere decir que le gustaba sacar fotografias?

– Si. Intente encontrar algunas de esas fotografias para incluirlas en el libro. Segun sus vecinos, le saco muchas fotos a Qian, pero la escuadra especial de Pekin debio de llevarselas. Es algo mas que Shang y la senora Mao tenian en comun: la aficion a la fotografia. Una extrana coincidencia. En los anos sesenta no muchos chinos podian permitirse una camara. Shang incluso revelaba sus propias fotos, despues de convertir un trastero en un cuarto oscuro ocasional.

– Eso es bastante inusual -admitio Chen.

La camarera volvio a acercarse a la mesa con un carrito dorado sobre el que habia una impresionante seleccion de platos especiales.

– Aleta de tiburon guisada en forma de dedos de Buda, pezuna de camello estofada con cebolletas, gambas al estilo del pato mandarin, abulon en salsa blanca…

– ?Por que en forma de dedos de Buda? -pregunto Diao.

– La emperatriz viuda llevaba las unas muy, muy largas, como las de Buda -respondio la camarera como para salir del paso-. En aquella epoca, los que vivian en el palacio la llamaban Vieja Buda…

– Gracias. Nos los iremos comiendo sin prisas -la interrumpio Chen antes de que la camarera comenzara a dar una explicacion detallada-. Si necesitamos algo mas la avisaremos -y, mientras la camarera sacaba el carrito del reservado, anadio-: Tengo otra pregunta, senor Diao. En los dias que precedieron a su muerte, ?les dijo algo Shang sobre Mao a los Guardias Rojos o a la escuadra especial de Pekin?

– Hable con los Guardias Rojos de su estudio cinematografico. Segun ellos, Shang dijo que el presidente Mao sabia lo mucho que ella lo queria, o algo por el estilo. Nadie se lo tomo en serio. Al menos no en el sentido que ella insinuaba. Cualquier persona podria haber afirmado algo similar en aquella epoca. Pero no se que pudo decirles Shang a los miembros de la escuadra especial.

– ?Por que enviaron a una escuadra especial de Pekin?

– Muchos creian que la envio la senora Mao. El acoso a que sometio a los artistas que la habian conocido fue uno de los cargos presentados en su contra despues de la Revolucion Cultural. Los que conocian su pasado, sobre todo los que conservaban cartas y periodicos antiguos, tenian que ser silenciados. Otros suponian que fue una cuestion de celos. Cuando se convirtio en directora del Grupo para la Revolucion Cultural del CCPC, la esposa de Mao arraso con todo para vengarse. Varias personas que supuestamente tenian una relacion «intima y personal» con Mao fueron perseguidas hasta la muerte. Weishi, una interprete de ruso joven y bella que trabajaba para Mao, fue encarcelada al principio de la Revolucion Cultural. Aparecio muerta en una celda pestilente, completamente desnuda y con el cuerpo cubierto de magulladuras.

– La senora Mao adoraba a la emperatriz Lu de la dinastia Han, y siempre la ensalzo durante la Revolucion Cultural. No soy ningun erudito, pero recuerdo una anecdota sobre la emperatriz Lu -comento Chen, cogiendo con los palillos un trozo de aleta de tiburon con forma de dedo de Buda-. Despues de la muerte del emperador, la emperatriz Lu ordeno encarcelar a la concubina favorita de su esposo. Mando que le cortaran los brazos, las piernas y la lengua, y que le sacaran los ojos a su antigua rival. La emperatriz abandono a la mujer mutilada, que no dejaba de gemir y de retorcerse de dolor, en una sordida celda que era como una pocilga pestilente, con el cuerpo sucio y desnudo. La emperatriz Lu quiso que el hijo de la concubina la viera en ese estado, y le dijo que su madre era un cerdo humano.

– Si, su hijo nunca se recupero de la impresion, cayo enfermo y murio. Pero esa es otra historia, claro.

– Me viene otra pregunta a la cabeza, senor Diao. La emperatriz Lu hizo aquello despues de la muerte del emperador, pero la senora Mao ataco a sus rivales cuando Mao aun estaba vivo. ?Acaso no lo temia?

– Yo me hice la misma pregunta. Se describio a si misma como un perro fiel a Mao, que mordia y atacaba a quienquiera que el le indicara. Tal vez Mao necesitara desesperadamente su ayuda durante la Revolucion Cultural. Ademas, a Mao le importaban muy poco las mujeres que ya no contaban con su favor -dijo Diao, mordiendo con cuidado el abulon-. Es el primer abulon que como en mi vida.

No era el primero que comia Chen, pero si era la primera vez que lo pagaba. El inspector jefe espero a que Diao continuara.

– Mao abandono a su esposa Kaihui sin divorciarse de ella. Ni siquiera le dijo que se habia casado con Zizhen en las montanas Jinggang -siguio contando Diao-. De hecho, Kaihui murio victima del asedio de Changsha que ordeno Mao. Era una consecuencia que debio de haber previsto. Despues de la Larga Marcha, Mao abandono a Zizhen como si fuera un trapo usado. Permitio que sufriera a solas en una institucion mental de Moscu, mientras el disfrutaba de las nubes y la lluvia en una cama kang junto a la senora Mao. Asi que acabo abandonando a Shang, una de las muchas mujeres con las que se habia acostado. No es sorprendente que no hiciera nada para ayudarla.

– Es increible -dijo Chen.

La loncha de pezuna de camello estofada se le escurrio de los palillos y mancho de salsa el mantel. No le cabia en la cabeza que los emperadores hubieran disfrutado de algo tan grasiento.

– Piense en lo que le sucedio a Liu Shaoqi. El que fuera presidente de la Republica Popular China tambien murio desnudo en la carcel sin recibir atencion medica, y, nada mas morir, su cuerpo fue incinerado bajo un nombre falso. Mao podia ser muy cruel.

– Dejando a Mao a un lado, usted menciona en su libro que la escuadra especial presiono a Shang para que cooperara. ?Que es lo que intentaban sonsacarle?

– Por lo que se, «su plan malvado para hacer dano a Mao», o algo por el estilo. Aunque nadie se lo creyo.

– Entonces, ?de que pudo tratarse?

– Para empezar, un poema no publicado dedicado a Shang y escrito con la caligrafia de Mao.

– Muy interesante. ?Un poema escrito durante un momento de pasion amorosa? -pregunto Chen. ?Justificaria algo asi enviar una escuadra especial desde Pekin? Al fin y al cabo, un poema podia tener muchas interpretaciones, a menos que fuera abiertamente erotico u obsceno. Chen lo dudaba-. Asi pues, ?encontraron lo que buscaban, fuera lo que fuese?

– No lo se, creo que no.

– Entonces, ?podria Shang haberselo dejado a su hija Qian?

– No parece probable. Como otros ninos de «familias negras», Qian denuncio a Shang, y no volvio a su casa hasta despues de que Shang hubiera muerto. No, Shang no tuvo tiempo de dejarselo antes de saltar por la ventana.

– Entonces la vida de Qian dio un giro drastico. Tras cortar toda relacion con su «familia negra», acabo sucumbiendo a una pasion carnal burguesa…

– La muchacha quedo traumatizada a muy corta edad, y vivio atormentada por los rumores que circulaban sobre «la vergonzosa historia sexual» de Shang -explico Diao-. No quiero ser demasiado duro con ella.

– Estoy totalmente de acuerdo. Qian tambien sufrio mucho. Y su muerte fue igualmente sospechosa, por lo que me han contado.

– Murio en un accidente, casi al final de la Revolucion Cultural. No veo que tenia de sospechoso.

– Entiendo -respondio Chen mientras cogia un pastelillo de sesamo relleno de carne de cerdo, un bocado sorprendentemente normal que le supo mucho mejor que todas aquellas exquisiteces-. Habra hablado tambien con Jiao.

– Jiao sabia muy poco acerca de su madre, y menos aun de su abuela. Era una chica muy desdichada.

Diao debio de ponerse en contacto con Jiao al menos dos anos atras, por lo que desconocia el rumbo que habia tomado despues su vida.

– Ahora le va muy bien, creo -dijo Chen-. Bueno, cuenteme que le paso a Qian despues de la muerte de Shang.

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