– Qian fue obligada a abandonar el piso…

– ?De inmediato?

– No, dos o tres meses despues de la muerte de Shang.

– Entonces, en teoria, podria haber registrado el piso en busca de cualquier cosa que le hubiera dejado Shang.

– Bueno, Shang podria haberle dejado algo, pero la escuadra especial registro el piso de arriba abajo…

La camarera entro una vez mas en el reservado y les sirvio la celebre sopa de pato. La mesa estaba ahora cubierta de platos, muchos de los cuales apenas habian probado.

– Asi es como le gustaba al emperador. Es necesario que la mesa este llena de platos. Simbolicamente completa -explico la camarera sonriendo, antes de irse con paso ligero-, como el banquete completo de los manchues y los Han.

– Por eso todos quieren ser emperadores, para pagar un banquete que no pueden acabarse -dijo Diao, metiendose una cucharada de sopa en la boca-. La sopa esta muy caliente.

– Es posible encontrarle un sentido a cualquier cosa desde la perspectiva que uno elija. Otra cuestion, ?tuvo Shang una relacion estrecha con alguna otra persona en los ultimos anos de su vida?

– No. Circula la supersticion de que las mujeres que escogen los emperadores son diferentes, casi divinas, porque con ellas disfrutan de las nubes y de la lluvia. En la antigua China, las concubinas imperiales y las damas del palacio tenian que permanecer solteras durante toda su vida, incluso despues de la muerte del emperador. Eran intocables y estaba prohibido relacionarse con ellas, como si formaran parte de la Ciudad Prohibida. Es posible que los hombres, enterados de la relacion de Shang con Mao, evitaran tener contacto con ella.

No me referia a eso, no necesariamente a una relacion con un hombre.

No tenia amigos intimos, no podia tenerlos con un secreto tan bien guardado. -Diao anadio con aire pensativo-: Bueno, salvo su criada, que empezo a trabajar para Shang antes de que esta se casara por primera vez y permanecio a su lado hasta el inicio de la Revolucion Cultural.

– Si, hay varias historias sobre relaciones ejemplares entre amo y criado y senora y sirvienta en la literatura china clasica. Como en la obra Busqueda y rescate del unico heredero de los Zhao. Incluso inspiro a Brecht, si no recuerdo mal. ?Cree que Shang confio en ella?

– No es usted ningun profano en cuestiones literarias, senor Chen -afirmo Diao, dirigiendole una mirada escrutadora.

– Soy un profano comparado con usted -respondio Chen, lamentando que un momento de pedanteria literaria lo hubiera delatado.

– Si se trataba de algo relacionado con Mao, no creo que Shang se lo hubiera dado a la criada. Es muy probable que, en aquellos anos, la criada, debido a su clase social, hubiera denunciado a Shang.

– ?Averiguo algo sobre la vida de la criada despues de la muerte de Shang?

– Cuando me documente sobre la infancia de Jiao, me entere de que nadie visitaba a la nina en el orfanato, salvo una anciana no identificada que fue un par de veces. No estoy seguro de si era la criada, que ya debia de ser vieja por aquel entonces -dijo Diao, cada vez mas incomodo por el rumbo que tomaba la conversacion. Posiblemente ya empezaba a sospechar de las intenciones de Chen. Entonces consulto el reloj-. Lo siento, tengo que ir a cuidar a mi nieto, senor Chen. Esta comida ha durado mas tiempo de lo que habia imaginado. Puede llamarme si tiene mas preguntas.

Eran casi las tres. Una comida prolongada. Chen tambien se levanto, le dio la mano a Diao y observo como se iba.

Despues, Chen permanecio sentado a solas en el reservado durante varios minutos frente a la mesa llena de platos, muchos aun intactos.

A continuacion cogio el movil y marco el numero del Viejo Cazador en Shanghai, mientras contemplaba el resplandor de un dragon dorado esculpido en la columna pintada de rojo.

21

El Viejo Cazador estaba sentado a solas en la casa del agua caliente, bebiendo te en silencio bajo la luz que entraba por la ventana.

La casa del agua caliente no tenia la misma categoria que una casa de te. Cumplia la doble funcion de proporcionar agua caliente al barrio y te a los clientes ocasionales. Solo habia un par de toscas mesas de madera detras de la estufa que calentaba el agua. En las inmediaciones del establecimiento habia varios puestos de platos baratos. Anos atras, los clientes solian acudir a la casa del agua caliente con pasteles cocidos al horno y bollos hechos al vapor; gastaban uno o dos centimos en una taza de te y despues hablaban y disfrutaban como si fueran aristocratas.

Sin embargo, Shanghai se estaba convirtiendo rapidamente en una ciudad llena de contrastes y contradicciones. Unas calles mas alla se alzaban lujosos edificios nuevos, pero la zona en la que se encontraba la casa del agua caliente continuaba siendo poco menos que un barrio de chabolas. De hecho, durante varias horas no entro ningun cliente que quisiera beber te.

Pese a ello, al Viejo Cazador le parecia bien asi. No tenia que interpretar ningun papel. Un bebedor de te viejo y no un «bolsillos llenos», eso es lo que era. Incluso habia traido su propio te. Solo tuvo que pagar por el agua caliente. Podia sentarse alli durante horas, hablando sobre el te con el propietario, o, como hacia aquella tarde, bebiendo te a solas sin que se le acercara ni un camarero con una tetera de pico largo, dispuesto a servirle.

El te se enfriaba, y seguia siendo tan negro como el infierno. El Viejo Cazador habia echado un punado grande de oolong en la tetera para intentar reanimarse con un te extrafuerte. Su cansancio se debia a la escena que habia alcanzado a ver en la ventana de Jiao a ultima hora de la tarde del dia anterior, y que habia continuado observando desde el otro lado de la calle, sentado en la casa del agua caliente, hasta bien entrada la noche. Y ahora se sentia tan atontado como un gato enfermo.

Era viejo, admitio mientras escupia las amargas hojas de te, pero este caso, aunque no fuera «su» caso, era muy especial para el. El Viejo Cazador repaso mentalmente las preguntas que le habia hecho el dia anterior a Bei, el guarda de seguridad del complejo residencial de Jiao.

El encuentro con Bei no fue tan fructifero como hubiera deseado. Al igual que el, Bei tambien estaba jubilado y seguia trabajando para complementar su exigua pension. A diferencia del Viejo Cazador, el empleo de Bei estaba muy mal pagado, y el guarda de seguridad tenia que permanecer de pie a la entrada del complejo, lloviera o tronara, seis dias a la semana. Para sorpresa de ambos, los dos jubilados compartian su pasion por el te. Asi que fueron a un establecimiento mejor, la celebre casa de te Pabellon del Lago en el Mercado del Templo de Dios de la Ciudad Antigua. Alli el Viejo Cazador intento sonsacarle informacion sobre Jiao, frente al exquisito juego de te de Yixing que habia sobre la mesa de caoba. Bei hablo sin reservas.

Segun conto Bei, Jiao recibia muy pocas visitas. Era un complejo muy vigilado y todos los visitantes tenian que llamar desde la entrada, por lo que Bei estaba muy seguro de ello. Tampoco recordaba haberla visto en compania de ningun hombre. Entonces se acordo de que, haria medio ano, Jiao recibio una visita inusual. Acudio a visitarla una anciana pobre y harapienta, algo inusual en el complejo, que afirmo venir del antiguo barrio de Jiao. La mujer era inculta y resultaba incoherente al hablar, por lo que Bei la interrogo con detalle. Cuando por fin llamo a Jiao, esta bajo a toda prisa para recibirla. Al cabo de dos o tres horas, Jiao acompano a su visitante hasta la salida llamandola «abuelita», y despues le paro un taxi. La anciana nunca volvio a aparecer.

No sorprendia demasiado que Jiao recibiera una visita de su antiguo barrio. Si acaso, cabia preguntarse de que barrio se trataba.

Jiao se habia criado en un orfanato. Despues de aquello, compartio habitacion con varias «hermanas provincianas», hasta que se traslado al complejo.

Lo cierto es que Jiao tenia otros visitantes, al menos uno mas, al que ni Bei ni Seguridad Interna llegaron a ver jamas. El Viejo Cazador se pregunto, tras beber otro sorbo de la taza casi vacia y levantar la mano, si deberia dar un golpe en la mesa como un cantante de opera de Suzhou, pero se contuvo. Lo que habia visto la noche anterior, despues de su conversacion con el guarda de seguridad, confirmaba las sospechas de Peng sobre la vida secreta de Jiao. Aunque desde el otro lado de la calle apenas se divisaba su habitacion, y pese a que el Viejo Cazador solo habia alcanzado a verlos fugazmente, la imagen de la pareja de pie junto a la ventana era

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