intimidad. No queria darselo en esas circunstancias, fuera lo que fuese.
– Hizo bien, senor Xie. Luego la vida de Jiao dio un cambio, ?no?
– Si, y de forma repentina. Dejo su empleo y se mudo a un piso de lujo…
– Un momento. ?Usted no tuvo nada que ver con ese cambio?
– No, en absoluto. De hecho, me entere a traves de Zhong; ella creia que era yo el que habia ayudado a Jiao. Pero ?como podia ayudarla yo? Mire este jardin, ni siquiera puedo permitirme contratar a un jardinero.
– Deberia tener uno -respondio Chen asintiendo con la cabeza mientras contemplaba el marchito jardin.
– Al cabo de unos meses, Jiao vino a verme, y despues se convirtio en mi alumna.
– ?Habia heredado mucho dinero?
No, no que yo sepa.
– Lo visito despues de la publicacion del libro
– Creo que si. Es muy buena alumna, pero no se por que asiste a mis clases. Posiblemente sea su manera de devolverme el dinero que le di. Pagando por las clases, quiero decir -explico Xie frunciendo el ceno-. Es una chica muy amable. No logro entender por que me proporciono una coartada. ?Para devolverme el favor con algo mas que dinero? Yo he hecho muy poco por Jiao.
– Quiza fuera poco para usted, pero mucho para ella. Y otra cuestion, ?le ha llegado algun rumor sobre los cambios en la vida de Jiao?
– Casi todo el mundo cree que alguien la esta ayudando. Un nuevo rico que se lo paga todo. Pero no puedes pedirle a una chica que te explique algo asi si prefiere no contartelo. Lo que haga es asunto suyo.
– Eso es cierto -admitio Chen-. En cuanto al paquete, ?se lo entrego a Jiao despues de que ella empezara a visitarlo con frecuencia?
– No inmediatamente despues. Al principio no estaba seguro de si debia darselo; me preocupaban los cambios inexplicables de su vida y la posibilidad de que alguien la estuviera manteniendo. Pero acabe entregandoselo, hace algunos meses. Es suyo, ?no? No tenia ningun motivo para no darselo.
– ?Descubrio lo que habia en su interior?
– No. Fuera cual fuese el secreto que contenia, no era de mi incumbencia. Algun dia tal vez tenga que jurar - dijo Xie, con los ojos ligeramente entrecerrados a causa de la luz- que nunca vi nada.
La luz de la tarde, filtrada a traves del follaje, iluminaba las arrugas de su astuto rostro. Xie, superviviente de aquellos anos tumultuosos, tenia que mostrarse cauto.
– ?Le dijo ella lo que habia en el interior del paquete?
– No, no lo hizo. -Xie cambio de tema abruptamente-. A proposito, ?se ha enterado de que entraron a robar en su casa hara un mes?
– No, no lo sabia -contesto Chen. Pero era facil entender por que Seguridad Interna no le habia dicho nada al respecto, y por que Liu creia que lo que buscaban se encontraba en casa de Xie.
– A pesar de que su piso esta en un complejo muy vigilado, un ladron consiguio entrar, pero no se llevo nada de valor.
– ?Ha revelado Jiao a alguien mas la existencia del paquete?
– No lo se. Aunque no creo que cometa ese error.
– Jiao viene con frecuencia a su casa y ustedes dos tienen mucho contacto. Dejando a un lado lo del paquete, ?ha notado algo raro en ella?
– Bueno, para ser una joven que lleva una vida desahogada, no es realmente feliz. Tal vez solo sea mi impresion. Lo que me extrana es que me visite con tanta frecuencia. Es comprensible que los
– Si, resulta sorprendente -admitio Chen-. Ademas, un «bolsillos llenos» exhibiria a su «pequena concubina» igual que exhibiria un Mercedes, pero nadie parece haber visto a Jiao con un protector rico. ?Sabe algo al respecto?
– No, nunca la he visto con un «bolsillos llenos», ni he oido que Jiao vaya con uno.
– ?Cree que Jiao vive sola?
– Si, creo que si. Aunque ahora que lo pregunta, me surge alguna duda. Una tarde, hara dos o tres meses, la llamaron en medio de la clase de pintura y se fue a toda prisa, diciendo que alguien «la esperaba en casa». Si se supone que vive sola, ?como es posible que la llamara alguien desde su piso? Ademas, la llamaron a un movil rojo que nunca habia usado, y que no volvio a usar despues de aquella llamada.
– Es muy observador. No me sorprende que se dedique a la pintura. Pero tal vez se tratara simplemente de una visita inesperada -sugirio Chen con tono reflexivo. No cabia duda de que Xie era muy observador, y no solo como pintor-. Como profesor de pintura, ?ve algo raro en los cuadros de Jiao?
– Tal vez no sea la persona mas indicada para decirlo. Segun algunos criticos, no soy mas que un impresionista de salon, que solo sabe plasmar sus impresiones de aquellos anos decadentes.
– No tendria que importarnos la opinion de los criticos, senor Xie. En los ultimos dias, ?le ha llamado la atencion alguna cosa, no necesariamente como experto?
– Bueno, nada destacable. Hace poco Jiao pinto un cuadro de una bruja montada en una escoba, que sobrevolaba la Ciudad Prohibida. Una tematica sorprendentemente surrealista.
– ?Una bruja montada en una escoba? -pregunto Chen-. ?Como en una tira comica norteamericana?
– Si. No creo que Jiao haya intentado hacer dibujos humoristicos antes. Y yo nunca habia observado esa veta surrealista en su trabajo.
– Quiza sea importante, pero no soy ningun critico de arte. ?Alguna cosa mas, senor Xie? ?Algo que crea que puede ayudarme, y de paso ayudarlo a usted tambien?
– Es todo lo que se me ocurre. -A continuacion, Xie anadio con conviccion-: No se preocupe por un viejo inutil como yo, senor Chen. Pero Jiao es buena chica. Tan joven, y tan bella… Lo tiene a usted en gran estima. Hara todo lo posible para ayudarla, ?verdad?
Tal vez Xie creyera que Chen estaba dispuesto a ayudar por motivos sentimentales. Chen tambien sentia aprecio por Jiao, pero ahora eso era irrelevante.
Su movil sono antes de que pudiera responder a Xie. Contesto. Era Gu.
– Gracias a Dios. ?Por fin ha vuelto, jefe? -pregunto Gu-. Lo he llamado un monton de veces.
– ?Que ha pasado?
– ?Puede venir al restaurante Moon on the Bund esta tarde? Dan un coctel. Tengo algo importante que contarle.
– ?No me lo puede contar ahora, Gu?
– Voy de camino hacia alla. Es urgente, tiene relacion con la «manera blanca» y con la «manera negra». Sera mejor que se lo cuente en persona. Alli tambien podra conocer a ciertas personas.
A veces Gu podia ser muy exagerado, pero Chen conocia bien sus contactos con la «manera negra»: el mundo de la Triada.
– Lo vere alli, Gu.
Chen se volvio hacia Xie y apago el movil.
– Tengo que irme, senor Xie. Pronto volvere a ponerme en contacto con usted. No le diga ni una palabra a nadie sobre nuestra conversacion de hoy, ni siquiera a Jiao.
– No, ni una palabra. -Xie se levanto y asio la mano de Chen con fuerza-. Por favor, haga algo por ella, senor… inspector jefe Chen.
26
Mientras Chen salia del ascensor y recorria el pasillo que unia las dos alas del Moon on the Bund en la septima planta, el gran reloj situado en lo alto de la Aduana, cerca del restaurante, empezo a tocar su melodia. Chen, como si hubiera oido un canonazo, se sobresalto y miro por una ventana del pasillo. Quizas estuviera demasiado tenso, penso, recordando la advertencia que le habia hecho el doctor Xia.
Despues de la Revolucion Cultural, el gran reloj toco durante varios anos una melodia sin nombre, ligera y