Chen mientras lo hojeaba.
Pero no era buen momento para sentarse a leer, y tampoco tenia ganas de hacerlo. No hay nada mas accidental, ni mas paradojico, que el mundo de las palabras. De haber recibido el libro poco despues de licenciarse lo habria usado en su traduccion de Eliot, mejorandola quiza, lo que podria haber cambiado el curso de su carrera profesional. Por el momento, sin embargo, en plena investigacion del caso Mao el libro resultaba irrelevante. Podia tomarselo como un premio de consolacion por haber perdido a Ling o quizas incluso menos que eso. Ling no lo habia olvidado del todo, pero el libro era como una nota a pie de pagina en un capitulo cerrado.
Mientras intentaba redactar una tarjeta de agradecimiento volvieron a llamar a la puerta. Esta vez se trataba de un desconocido, el cual le tendio la mano con ademan solemne. El hombre, alto y de rostro serio, mandibula cuadrada y espalda ancha, parecia de poco mas de cuarenta anos. El desconocido saco una placa y se la mostro a Chen.
– Soy el teniente Song Keqiang, del Departamento de Seguridad Interna. El ministro Huang nos ha llamado para comunicarnos que usted va a colaborar en nuestra investigacion.
– ?Ah, teniente Song! Iba a ponerme en contacto con usted. Entre, por favor -dijo Chen-. Acabo de leer el expediente, tenemos que comentarlo.
– Bueno, toda la informacion basica ya aparece en el expediente -respondio Song, sentandose en la silla que Chen le habia acercado-. ?Tiene alguna pregunta, inspector jefe Chen?
– Respecto al material de Mao, a lo que Shang dejo, quiero decir, ?tiene idea de que puede tratarse?
– Fotografias, diarios, cartas… Podria tratarse de cualquier cosa.
– Ya veo. ?Hay alguna novedad, algo que haya sucedido desde que se recopilo el expediente? -pregunto Chen, sirviendole una taza de agua-. Lo siento, no me queda te.
– ?Sabe lo de la ex esposa de Xie?
– Se que tiene una ex esposa. ?Que pasa con ella?
– Acaba de volver. La semana pasada se encontro con Xie y los vieron en el jardin, llorando.
– Se que estan divorciados, pero ?hubo algo sospechoso en su encuentro, teniente Song?
– Ella rompio todos los vinculos con sus seres queridos cuando salio de China. No envio ninguna carta ni llamo durante anos. Entonces, ?a que viene ahora este encuentro?
– Bueno, ?como adivinar que tipo de relacion existe entre un marido y su mujer? -repuso Chen-. Ahora Xie dispone de un buen patrimonio, entre la mansion y la coleccion, y no tienen hijos. Ya sabe a que me refiero.
– Hay algo mas. Hara un par de dias, la ex mujer llevo a un extranjero a la mansion. ?Para que? Tambien hemos descubierto que ha reservado un billete de vuelta para dentro de dos semanas.
– ?Eso que significa?
– Eso significa que tenemos que cerrar la investigacion antes de que ella vuelva a Estados Unidos.
– ?Asi que solo tengo dos semanas?
– Menos de dos semanas, inspector jefe Chen. Si su enfoque no funciona, necesitaremos tiempo para cerrarla a nuestra manera.
A Chen no le gustaba en absoluto la manera de actuar del Departamento de Seguridad Interna. No dudarian en aplicar «medidas contundentes» a Xie o a Jiao valiendose de cualquier excusa. Chen no era agente de Seguridad Interna, sino policia. Estaba preocupado, y no solo por las posibles consecuencias, pero no queria enfrentarse a Song en su primer encuentro. Tal vez en Seguridad Interna tuvieran razones para estar irritados con Chen: el que lo hubieran asignado al caso parecia cuestionar su eficacia.
– Segun me ha dicho el ministro Huang, usted cree que yo podria contactar con Jiao en alguna fiesta de Xie.
– Si, como habla ingles y escribe poesia, se movera como pez en el agua.
– No tiene que decir eso, teniente Song. -Consciente del sarcasmo que destilaba el comentario de Song, Chen replico-: Usted tambien debe de asistir a muchas de las fiestas de Xie, como un dragon varado en una charca poco profunda.
– Hemos enviado a otro agente. Si quiere, puede ir con el a la proxima fiesta.
– Gracias, pero lo he solucionado con un par de llamadas. Creo que podria ir solo y encontrarme alli con su hombre. ?Como se llama?
– ?Piensa ir solo? Eso es estupendo -anadio Song sin responder a la pregunta de Chen-. Se mueve deprisa.
– Es un caso especial, ?no?
– Bueno, ya que piensa ir, podra hacerse una idea por su cuenta -respondio Song, levantandose abruptamente-. Volvamos a hablar despues de su visita a la mansion.
Chen tambien se levanto, y lo acompano hasta la puerta.
?Por que habria venido Song?, se pregunto Chen mientras los pasos del teniente perdian en la escalera de cemento. Tal vez fuera una especie de gesto de cortesia hacia el ministro Huang y otros «destacados camaradas de Pekin», pero Chen tenia sus dudas.
El inspector jefe se pregunto si el subinspector Yu habria oido hablar de este caso en el Departamento. Sin embargo, por estrecha que fuera la relacion entre ambos, Chen no queria pedirle ayuda a Yu. Un caso relacionado con Mao podria tener consecuencias impredecibles, y posiblemente graves, para cualquier policia que colaborara en la investigacion.
Penso entonces en el Viejo Cazador, el padre de Yu, un policia jubilado al que Chen conocia bien y en el que confiaba. Dada su edad, el Viejo Cazador debia de saber mucho acerca de lo que sucedio durante la Revolucion Cultural, cuando Chen estaba aun en la escuela primaria. Antes de adentrarse en el caso, Chen creyo conveniente sondear al anciano. La gente tenia opiniones muy diversas sobre Mao. En esta epoca de corrupcion cada vez mas extendida, en la que la brecha entre ricos y pobres no dejaba de aumentar, algunos empezaban a echar en falta a Mao y creian que todo habia sido mejor durante su mandato. La sociedad igualitaria y utopica propugnada por Mao continuaba seduciendo a muchos. Si el Viejo Cazador se contaba entre ellos, Chen ni siquiera sacaria el tema. Quedaria simplemente para tomar unas tazas de te.
Cuando volvio a la mesa, la tarjeta de agradecimiento -aun por escribir- se le antojo un cometido igualmente dificil. Chen no sabia que decir, pero se le ocurrio otra idea: podia enviarle a Ling un regalo en lugar de una tarjeta, como habia hecho ella. Un regalo a falta de mensaje.
Volvieron a llamar a la puerta. Esta vez solo era la carta de presentacion de Shen, con su firma y un sello rojo en la parte inferior. Shen recomendaba a Chen calurosamente y se deshacia en elogios sobre la carrera profesional y hablaba del proyecto literario del inspector jefe. Segun afirmaba en la carta, Chen estaba a punto de iniciar un proyecto literario sobre Shanghai en la decada de 1930.
La historia que iba a utilizar como tapadera era otra extrana coincidencia. Chen recordo que Ouyang, un amigo al que habia conocido en Guangzhou, le habia contado algo similar tiempo atras. Pero Ouyang era un autentico hombre de negocios que nunca gano el dinero suficiente para poder dedicarse en exclusiva a la literatura.
5
A primera hora de la tarde Chen llego a la calle Shaoxing, una tranquila avenida bordeada de majestuosos edificios antiguos ocultos tras altos muros.
Era un barrio que le resultaba relativamente familiar, pues habia una editorial ubicada en la misma zona. Con todo, pese a los altos muros y a las ventanas de postigos cerrados, aquellas casas parecian evocar las misteriosas e inexplicables historias que se desarrollaban en su interior.
En lugar de dirigirse directamente a la Mansion Xie, Chen cruzo la calle y entro en un pequeno cafe. En otro tiempo debio de ser la habitacion de una vivienda, y solo tenia tres o cuatro mesas en su interior. Una barra estrecha, con maquinas de cafe y varios botelleros, ocupaba un tercio del espacio. Chen miro con curiosidad el tabique construido en la parte trasera del local. Al parecer, el propietario vivia en el espacio que quedaba detras del tabique.
El inspector jefe eligio una mesa junto a la ventana. Para la fiesta, que se celebraria a ultima hora de la tarde,