cuando lleva la cara cubierta con una bolsa de papel, soy yo.
Permanecio en silencio, mirandome. El perro, debajo de la mesa, se dio la vuelta, voluptuosamente, sobre un costado y emitio unos sonidos que parecian los ronroneos de un gato gigantesco. Keith Carradine cantaba en voz baja «I am easy».
– A mi me gusta leer, pero siempre me ha resultado mas facil identificarme con los personajes de las peliculas. El cine es lo que mas me gusta. Me gusta todo, lo que mas, el momento en que se apagan las luces de la sala y la pelicula esta a punto de empezar.
Tenia razon. Cuando se apagan las luces y todo esta a punto de empezar es un momento perfecto. Durante un rato, permanecimos en silencio. Yo deje vagar la mirada por los carteles de peliculas colgados de las paredes.
– ?Donde los compras? -le pregunte al cabo de unos minutos.
– Te anticipo que son casi todos originales. Solo son reproducciones algunos de los mas antiguos. Empece a coleccionarlos hace ya bastantes anos, entonces habia que buscarlos en chamarilerias, viejas distribuidoras, librerias especializadas en cine. Ahora se encuentra todo en internet. Pero a mi me gusta todavia ir a buscarlos a esos sitios polvorientos.
Habia de todo; desde La dolce vita a Manhattan, desde Nuovo Cinema Paradiso a El club de los poetas muertos, con Robin Williams llevado a hombros por los alumnos, sobre un fondo amarillo que parecia oro repujado.
– Sere muy simple, pero al final de esa pelicula, cuando los chavales se ponen de pie sobre los bancos, tuve que hacer un esfuerzo enorme para no echarme a llorar -dije, senalando hacia el cartel.
– Yo soy mucho mas simple que tu y me ahorre el esfuerzo. Llore como una nina. Y cuando volvi a ver la pelicula, volvi a llorar exactamente de la misma forma.
– Hay una frase que siempre recuerdo de esa pelicula…
– … «Capitan, mi capitan…»
– «… nuestro tremendo viaje ha acabado». Pero no me referia a esa.
– ?A cual entonces?
– A una que Keating-Williams les dice a los chicos: «No importa lo que digan por ahi, las palabras y las ideas pueden cambiar el mundo».
– Seria bonito que eso fuera verdad.
– Quiza lo sea.
Ella adopto una expresion de seriedad, como quien toma nota mentalmente de algo, y le gusta.
– Me gustan las peliculas que emocionan.
– A mi tambien.
– Yo conozco mas que tu.
– ?Hacemos una competicion?
– De acuerdo. Empieza tu.
– El cartero, con Massimo Troisi y Philippe Noiret.
– La vida es bella, de Benigni. Mi escena preferida es en la que cita El gran dictador de Chaplin.
– Ya que hablamos de Chaplin, Candilejas.
– Beau geste.
– ?Con Gary Cooper?
– Si.
– Tienes razon, es el melodrama en estado puro.
– Te toca a ti.
– Carros de fuego. Mi escena preferida es esa en la que el entrenador Moussabini, que no ha tenido el valor de ir al estadio, ve desde la ventana de su hotel como se eleva la bandera inglesa, comprende que Abrahams ha ganado, se echa a llorar y rompe su sombrero de un punetazo de alegria.
– Million Dollar Baby. Clint Eastwood es un genio y, decididamente, tambien mi tipo.
– Braveheart, con Mel Gibson. La escena final. El esta en el patibulo y grita «libertad» mientras el verdugo esta ya con el hacha preparada. Unos segundos antes de que le ejecuten ve a su chica que avanza entre la multitud. Ella lo mira a distancia y le sonrie, y tambien el sonrie, un segundo antes del final.
– Ghost.
– Gladiator.
– La milla verde.
– La lista de Schindler.
– Estas apostando fuerte, ?eh? Tal como eramos,
– Nuovo Cinema Paradiso.
– Es verdad, es maravillosa. Segun creo yo, el Oscar se lo dieron justo por esa idea, es la tipica cosa que vuelve locos a los americanos. ?Y que me dices de la escena final de Thelma y Louise?
– ?Es verdad! Maravillosa. En esa pelicula hay una frase que siempre he sonado con poder pronunciar, algun dia.
– ?Cual?
– Harvey Keitel esta interrogando a Brad Pitt y, para convencerle para que hable, le dice: «Muchacho, tu infelicidad va a ser mi mision en la vida».
– Te sigue tocando a ti.
– Jesucristo Superstar.
– «I don't know how to love him».
Mientras ella pronunciaba el titulo de la cancion de Maria Magdalena, la prostituta enamorada de Jesus, me di cuenta de la metedura de pata que acababa de cometer.
Ella no hizo caso. Mejor dicho, hizo tanto caso que la volvio irrelevante.
– Como comprenderas, esa es una escena en la que me vi muy reflejada.
Al llegar a ese punto, inevitablemente, se produjo una pausa.
– Bueno, yo me identificaba con Maria Magdalena, ?y tu? -dijo Nadia por fin.
– Yo me identifique con los dos protagonistas de Philadelphia al tiempo, Denzel Washington y Tom Hanks.
– ?Dios, la secuencia final, en la que estan montadas todas las peliculas en super-8 de Tom Hanks cuando era pequeno! La recuerdo como si la estuviera viendo ahora mismo. El columpio, los ninos jugando en la playa, la madre vestida a la moda de los sesenta y con un panuelo en la cabeza, el perro, el disfrazado de vaquero…, la musica de Neil Young. Se te parte el corazon de una forma insoportable.
– La escena final es la mas conmovedora, pero mi preferida es una del juicio, cuando Denzel Washington interroga a Tom Hanks.
– ?Por que es tu preferida?
– Si quieres, te la recito, asi quiza lo entiendas mejor.
– ?Recitarmela? ?Es que te la sabes de memoria?
– Mas o menos.
– No me lo creo.
– ?Te acuerdas de que va la historia?
Me miro como si a un jugador del Grande Slam alguien le preguntara si se acuerda de como se da un reves. Levante las manos en senal de rendicion.
– Esta bien, perdona. Entonces, estamos en el momento crucial del juicio, Denzel Washington interroga a Tom Hanks, que en la pelicula se llama Andrew. La enfermedad esta ya en una fase muy avanzada y a el le queda poco tiempo de vida.
»?Es usted un buen abogado?
»Soy un excelente abogado.
»?Que le convierte en un excelente abogado?