– ?Alguna prueba de casos concretos, una autorizacion especifica, instrucciones del propio presidente, informes remitidos a el sobre lo ocurrido a esos… a esos presuntos saboteadores?

– De momento, no.

– Entonces… ?como se imagina usted que eso puede serme de utilidad? -Corrio hacia atras su asiento y clavo en el jefe de seguridad unos ojos severos, brillantes como aceitunas negras-. Las pruebas han de ajustarse a derecho. Y yo soy un abogado, un profesor de leyes -anadio subrayando las palabras.

Pero lo cierto era que en aquellos momentos no se sentia particularmente como tal. Anos atras, un amigo suyo habia seducido a una joven campesina mediante unas cuantas dadivas y algunas promesas que no estaba dispuesto a cumplir. La chica, que era de familia muy integra, accedio finalmente a acompanarlo al bosque. Encontraron un lugar tranquilo y se pusieron a hacer el amor. La muchacha parecia estar disfrutando con aquella experiencia pero, justo en el momento en que se acercaba al instante de supremo placer, abrio de pronto los ojos y exclamo: «?Mi padre es un hombre muy honrado!» El amigo de Solinsky le decia que habla tenido que recurrir a todo su autodominio para no echarse a reir.

– Permitame que le hable un instante como si no fuera usted un profesor de leyes -dijo Ganin. Sentado alli, al otro lado de la mesa, frente al rostro enjuto del fiscal, parecia mas macizo que de costumbre-. Como ya le dije, puede usted estar seguro de que las Fuerzas Patrioticas de Seguridad le agradeceran mucho su labor en la causa criminal numero 1, a pesar…, a pesar de las recientes revelaciones, un tanto embarazosas. Por el bien de la nacion, es importante celebrar este juicio. E importa igualmente que el acusado sea declarado culpable.

– Si es culpable -replico automaticamente Solinsky. «Mi padre es un hombre muy honrado.»

– Somos conscientes, ademas, de que los cargos por los que se le juzga no son aquellos por los que deberia ser juzgado, sino los mas a proposito para obtener un veredicto de culpabilidad.

– Es lo normal.

– Por otra parte, nos consta que muchos otros altos cargos del Partido y criminales declarados no han sido llevados a juicio, por lo que el ex presidente ostenta, como si dijeramos, la representacion de todos ellos ante el tribunal.

– Si fuera el unico, podriamos tratarlo con guantes de seda.

– Exactamente. Por consiguiente, senor, lo que debe tener usted presente…, y estoy seguro de que ya lo sabe, es que la nacion espera de este juicio algo mas que un veredicto tecnico de culpabilidad por una malversacion de poca monta. Que es, con el debido respeto, el objetivo que usted persigue por ahora. La nacion confia en que se demuestre que el acusado es el peor criminal de nuestra historia. Y la mision de usted debe ser demostrarlo.

– Por desgracia, general, el Codigo Penal no tipifica semejante delito. Pero, hablemos claro: usted quiere decirme algo.

– Mi tarea, segun la entiendo, consiste solo en facilitarle informacion.

– Muy bien, general. Hagame, entonces, el favor de resumirme la informacion que, segun usted, me esta dando. -El tono de Solinsky era frio, pero estaba excitado. Se sentia a punto de incurrir en alguna clamorosa y apetecible iniquidad. Como si se hubiera encaramado a una estatua de bronce de Stalin y se dispusiera a atacar el bigote con el cincel y el martillo.

– Se lo dire de esta manera. Durante los ultimos anos sesenta, el Departamento de Seguridad Interior llego al convencimiento de que la ministra de Cultura ejercia una peligrosa influencia antisocialista y que la intencion de su padre de nombrarla oficialmente su sucesora era perjudicial para los intereses mas altos del Estado. La Seccion Tecnica Especial de la calle Reskov trabajaba entonces en la induccion de sintomas que pudieran simular un paro cardiaco. El 16 de noviembre de 1971, el presidente y el jefe del Departamento de Seguridad Interior, el difunto general Kalin Stanov, autorizaron el empleo de todos los medios necesarios contra los difamadores, saboteadores y enemigos del Estado. Tres meses despues, Anna Petkanova fallecia a consecuencia de un paro cardiaco, sin que nuestros mejores especialistas del corazon fueran capaces de salvarla.

– Gracias, general. -Solinsky estaba impresionado por la brutal tentacion que le ofrecia Ganin-. Puedo decirle que no tiene usted madera de abogado.

– Gracias a usted, senor fiscal. Por mi parte, le aseguro que no aspiro a serlo.

Ganin se marcho. Mi padre es un hombre muy honrado, repitio Solinsky; mi padre es un hombre muy honrado.

En la trigesima cuarta sesion de la vista ante el Tribunal Supremo de la causa criminal numero 1, las abogadas del Estado Milanova y Zlatarova solicitaron las declaraciones de los siguientes testigos:

Comandante Ognyana Atanasova, de la Seguridad del Estado, enfermera personal del ex presidente. Testifico que todos los bienes terrenales del anterior lider consistian en una sola manta. «Puedo decirles, bajo mi entera responsabilidad, que Stoyo Petkanov jamas ha sido manirroto con su dinero -declaro-. Yo solia cambiar los cuellos de sus camisas, zurcir sus calcetines y arreglarle las corbatas pasadas de moda.»

Ex adjunto al primer ministro Pavel Marinov. Declaro que en la Conferencia de Partidos Comunistas y de los Trabajadores, celebrada en Moscu en 1960, el presidente Mao auguro al presidente Petkanov que seria otro gran estadista: «Tiene usted una gran energia -le dijo Mao-, y le nombrare primer ministro de la Republica Socialista Internacional.»

Ex primer ministro Georgi Kalinov. Testifico que era un mito eso de que cualquier miembro de la Nomenklatura fuera un depredador. El mismo, en aquel preciso momento, poseia en moneda del pais el equivalente a veinte dolares americanos, y estaba tratando de decidir si invertirlos en el proceso de privatizacion o emplearlos en comprarse un par de zapatos nuevos. Explico que la gente le consideraba una persona acaudalada porque poseia tres automoviles, los cuales habia adquirido a un precio simbolico al Departamento de Proteccion y Seguridad, cuerpo que prestaba sus servicios a las personalidades del Partido y a los altos cargos del Estado. Pero no se consideraba propietario de ellos, puesto que el Departamento de Proteccion y Seguridad habia dictado instrucciones explicitas de que dichos automoviles no podrian ser revendidos. A preguntas de la abogada defensora Zlatarova sobre si las mismas clausulas prohibiendo la reventa se habrian aplicado a los dieciocho vehiculos de motor cuya propiedad imputaba el fiscal al acusado, el ex primer ministro Kalinov respondio estar seguro de que asi hubiera sido.

4. Ventsislav Boichev, miembro que fue del Politburo. Declaro que los dolares entregados a su hijo por el anterior presidente tenian un proposito educativo, puesto que estaban destinados a despertar el interes del joven por la tecnologia. Interrogado por la razon de que su hijo gastara aquel dinero en la compra de una Kawasaki y una BMW, el senor Boichev replico que su fin habia sido fortalecer la capacidad defensiva de la nacion, puesto que el motociclismo era aun un deporte paramilitar. En cuanto a la pregunta de por que su hijo no habia adquirido modelos populares de fabricacion sovietica, el senor Boichev excuso responder, alegando que el no tenia permiso de conduccion y, por lo mismo, no era competente para especular sobre la materia. Quiso anadir, con todo, que personalmente lamentaba que el cambio no se hubiera producido antes, en 1968, y que gustosamente se dejaria crucificar en una estrella roja por el bien de su patria.

5. Velcho Ganev, ministro de Hacienda de Petkanov. Declaro estar persuadido de que los pagos por gastos de representacion eran absolutamente legales. El procedimiento de asignacion, sin embargo, era «alto secreto». Preguntado por la razon de que se hubieran destruido los justificantes de los beneficiarios de este privilegio, el senor Ganev respondio que los tales justificantes eran recibos, y no nominas. Segun su interpretacion de la ley, mientras que las nominas debian conservarse durante cincuenta anos, esta exigencia no era aplicable a los recibos.

En el trigesimo septimo dia del juicio, en la plaza publica situada frente al Tribunal del Pueblo, bajo una acacia sin follaje, pero de cuyas ramas habian colgado falsas hojas y flores, la Sociedad Devinski de la segunda universidad de la capital organizo una subasta humoristica de objetos propiedad del ex presidente. Los que pujaban tenian que identificarse por su nombre antes de presentar las ofertas, y entre los asistentes se contaron Erich Honecker, Saddam Hussein, el emperador Bokassa, George Bush, Mahatma

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