Y olvidarse de los golpes.

Aguzo el oido, pero solo oyo la tenue respiracion de Camilla, que se habia dormido tranquilamente.

Silencio. Ningun ruido en las paredes.

Ahora no queria pensar en eso. Ni en la visita de los hermanos. Ni en ludden.

Camilla habia regresado, pero Henrik no se atrevio a preguntar que clase de relacion tenian en realidad. En todo caso, ya no vivian juntos.

Al dia siguiente, por la manana temprano, el se fue a trabajar a Marnas y ella se quedo en el apartamento; pero cuando regreso, la casa estaba desierta. No obtuvo respuesta cuando la llamo por telefono.

Por la noche volvio a dormir solo en la cama, y al apagar la luz comenzaron a oirse los golpes en el recibidor. Procedian del interior de la pared, y eran debiles pero persistentes.

Henrik levanto la cabeza de la almohada.

– ?Silencio, joder! -grito.

Los golpes cesaron unos minutos, pero luego continuaron.

Invierno de 1959

Ultimo invierno de los anos cincuenta: ahi comienza mi propia historia. La historia de Mirja en la finca de ludden, y de Torun y sus cuadros de tormentas de nieve.

Cuando llegue a los faros tenia dieciseis anos y era huerfana de padre. Pero tenia a Torun. Me habia ensenado una cosa que todas las chicas deberian aprender: a no depender nunca de los hombres.

MIRJA RAMBE

Los dos hombres que mi artistica madre odiaba mas eran Stalin y Hitler. Habia nacido un par de anos antes de la Primera Guerra Mundial y crecio en Bondegatan, Estocolmo, pero era inquieta por naturaleza y queria conocer mundo. Le gustaba pintar, y a comienzos de los anos treinta se fue, primero a la escuela de arte de Gotemburgo, y luego a Paris, donde la gente, segun ella, la confundia constantemente con Greta Garbo. Sus cuadros despertaron cierto interes, pero al estallar la guerra quiso regresar a Suecia, y lo hizo via Copenhague. Alli conocio a un artista danes, con quien tuvo tiempo de vivir un rapido idilio antes de que los soldados de Hitler irrumpieran en las calles de la ciudad.

Al llegar a Suecia, Torun descubrio que estaba embarazada. Segun me conto le envio varias cartas al futuro padre, mi papa danes. Quiza fuera cierto. Fuera como fuese el nunca dio senales de vida.

Naci el invierno de 1941, cuando el miedo se extendia por el mundo. En aquella epoca, Torun vivia en un Estocolmo a oscuras, donde todo estaba racionado. Se mudaba de un alojamiento para madres solteras a otro, cuchitriles que alquilaban por poco dinero estrictas senoras, y se mantenia limpiando casas de postin de Ostermalm. No tenia tiempo ni dinero para pintar.

No debio de ser facil. Se que no lo fue.

Cuando empece a oir susurrar a los muertos en el establo de ludden no me asuste. Habia pasado por cosas peores en Estocolmo.

Un dia de verano, despues de la guerra, cuando tengo siete u ocho anos, me cuesta orinar. Siento un dolor terrible. Torun dice que me he banado demasiado y me lleva a la consulta de un medico barbudo en una de las calles mas anchas de Estocolmo. Es una buena persona, dice mama. Atiende a los ninos casi gratis.

El medico me saluda amablemente. Es viejo, por lo menos debe de tener cincuenta anos, y lleva una bata arrugada. Huele a licor.

Tengo que entrar y tumbarme de espaldas en un cuarto especial de la consulta, en el que tambien flota un penetrante olor a alcohol, y el medico cierra la puerta.

– Desabrochate la falda -dice-. Levantatela y relajate.

Estoy sola con el, que se demora tocandome, hasta que al final consigue satisfacerse.

– Si se lo cuentas a alguien, te internaran -dice, y me acaricia la cabeza.

Se vuelve a abrochar la bata. Luego me da una reluciente moneda de una corona y salimos a la sala de espera, donde esta Torun: me tiemblan las piernas y me siento aun mas enferma, pero el medico dice que no me pasa nada preocupante. Soy una nina muy buena y me recetara la medicina adecuada.

Mama se enfada cuando me niego a tomar las pastillas que nos da.

A comienzos de los anos cincuenta, Torun me lleva a Oland. Es uno de sus raptos de inspiracion. No creo que tuviera ningun lazo con la isla, pero al igual que cuando viajo a Paris, busca un entorno artistico. Oland es conocida por su luz, y por los pintores que han conseguido captarla. Mama parlotea sobre Nils Kreuger, Gottfrid Kallstenius y Per Ekstrom.

Yo me alegro de abandonar la ciudad donde vive el viejo medico.

Llegamos a Borgholm en ferry. Llevamos todas nuestras pertenencias en tres maletas, ademas de un paquete con los lienzos y pinturas de Torun. Borgholm es una ciudad pequena y bonita, pero mama no se siente a gusto alli. La gente le parece estirada y arrogante. Ademas, es mucho mas barato vivir en el campo, asi que, despues de un ano, nos volvemos a mudar, a una casa roja en Rorby, donde tenemos que dormir con tres mantas, pues siempre hace frio y hay corrientes de aire.

Empiezo a ir a la escuela. Alli a todos los ninos les parece que hablo el afectado lenguaje de la capital. Yo no les digo lo que pienso de su dialecto, pero tampoco hago amigos.

Al poco de mudarnos al campo, comienzo a pintar de verdad, dibujo figuras blancas con bocas rojas y Torun cree que son angeles, pero yo se que es el medico y su boca babosa.

Cuando naci, Hitler era el mayor canalla, pero crezco aterrorizada por Stalin y la Union Sovietica. Si los rusos quisieran, podrian conquistar Suecia con sus aviones en solo cuatro horas, me cuenta mama. Primero ocuparian Gotland y Oland, luego el resto del pais.

Pero para mi, que soy pequena, cuatro horas es mucho tiempo, y no paro de darle vueltas a lo que haria durante esas ultimas horas de libertad. Si llegara la noticia de que los aviones sovieticos estaban en camino, saldria disparada a la tienda de Rorby y me comeria todo el chocolate que pudiera, vaciaria el almacen, y luego cogeria ceras, papel y acuarelas y volveria corriendo a casa. Despues de eso, podria soportar vivir como comunista el resto de mi vida, siempre que me dejaran seguir pintando.

Vamos de un lado a otro, alquilamos habitaciones en diferentes granjas, y todas las habitaciones en las que nos alojamos apestan a oleo y trementina. Torun se gana la vida limpiando, pero pinta cuadros durante su tiempo libre: sale con su caballete y pinta y pinta.

El otono de 1959 volvemos a mudarnos, a un lugar todavia mas barato. Esta junto a una casa de mas de cien anos de antiguedad en ludden. Nuestro alojamiento es una cabana de piedra caliza y paredes encaladas. Fresca y agradable durante los calidos dias del verano, pero gelida el resto del ano.

Al enterarme de que vamos a vivir cerca de un faro, la cabeza se me llena de imagenes magicas. Oscuras noches de tormenta, barcos en peligro en el mar y heroicos fareros.

Torun y yo nos mudamos un dia gris de octubre y yo siento un rechazo inmediato. ludden es un sitio frio y ventoso. Pasear ante la gran casa de madera es como caminar por el patio de un castillo abandonado.

Los suenos no se hacen realidad. Los fareros han abandonado ludden y solo vienen de visita un par de veces al ano; el faro es electrico desde despues de la guerra y fue automatizado diez anos despues. Hay un viejo encargado. Se llama Ragnar Davidsson, y se pasea por alli como si fuera el dueno.

Un par de meses despues de habernos mudado, asisto a mi primera tormenta de nieve; y al mismo tiempo estoy a punto de quedarme huerfana.

Estamos a mediados de diciembre, y al volver a casa del colegio Torun no esta. Tampoco encuentro uno de sus caballetes ni el maletin de las pinturas. Anochece, empieza a nevar y el viento del mar arrecia.

Torun no regresa. Primero me enfado con ella, luego empiezo a asustarme. Nunca habia visto tantos remolinos de nieve por la ventana. Los copos no caen, sino que surcan el aire. El viento sacude los cristales.

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