vuelta.
Era un hombre alto, con vaqueros y jersey de lana que corria hacia la escalera desde el establo a oscuras. Se detuvo y miro el fuego, luego a Freddy y finalmente a Tilda.
Ella casi no lo reconocio, pero se trataba de Joakim Westin.
– ?No puedo apagarlo! -grito Tilda-. He intentado…
Westin apenas asintio. Se lo veia tranquilo, como si hubiese peores cosas en el mundo.
– Nieve -dijo-. Tendremos que sofocarlo con nieve.
– De acuerdo.
?De donde habia surgido Westin? Se lo veia cansado y palido, aunque no especialmente preocupado por encontrarse visitas en el establo. Ni siquiera el fuego parecia inquietarlo.
– Voy a buscar una pala.
Se dio la vuelta y se dirigio hacia la entrada.
– ?Te apanaras sin mi? -pregunto Tilda.
Joakim asintio sin detenerse.
Ella abandono la escalera en llamas. Tenia que adentrarse de nuevo en la oscuridad.
– Quedate tumbado -le dijo a Freddy-. Voy a buscar a tu hermano.
Sin embargo, se quedo parada en la puerta del establo, esperando a que Westin regresara. El hombre quiza tardo medio minuto, y luego regreso al establo cargado con una gran pala repleta de nieve.
Ambos asintieron en silencio y Tilda se adentro en el almacen del tractor. Oyo como el fuego de la escalera chisporroteaba tras ella mientras Joakim lo apagaba.
Levanto la pistola de nuevo.
Las sombras y el frio la rodeaban. Le parecio oir movimientos al frente, pero no vio nada.
Se mantuvo pegada a la pared norte, que tenia unas pequenas ventanas ahora cubiertas de nieve.
Encontro una puerta, y Tilda la cruzo.
El cuarto del otro lado era grande y todavia mas frio. Se detuvo. Volvio a tener la sensacion de que no estaba sola en la oscuridad. Bajo la pistola, escucho y dio un paso adelante.
Se oyo un disparo.
Ella se agacho, sin comprobar si habia sido alcanzada o no. Los oidos le zumbaban a causa de la detonacion; tosio en voz baja y aspiro el aire seco. Espero.
No paso nada mas.
Cuando Tilda al fin alzo la vista en la penumbra vio una nueva puerta, esta vez cerrada, a unos cuatro o cinco metros de distancia. Era una via de escape, pero frente a ella habia alguien: un hombre.
Era Tommy, el hermano de Freddy. No podia ser nadie mas. Se habia subido el pasamontanas sobre la frente y su palido rostro se parecia al de Freddy.
Llevaba un viejo rifle colgado del hombro.
Tilda le apunto con la pistola.
– Suelta el fusil.
Pero el permanecio alli parado, como un sonambulo, como si algo le hubiera llamado poderosamente la atencion. Miraba hacia abajo, y su mano derecha descansaba sobre el picaporte, como si fuera a salir, pero parecia tener las piernas pegadas al suelo.
– ?Tommy?
No respondio.
?Una psicosis causada por la droga? Se acerco despacio al asesino de Martin, asustada pero decidida. Alargo el brazo en silencio hacia su hombro y, con cuidado, le descolgo el fusil. Vio que tenia el seguro puesto y lo dejo caer al suelo detras de ella.
– ?Tommy? -dijo de nuevo-. ?Puedes moverte?
Al rozarle el brazo el joven se sobresalto y volvio a la realidad.
Se echo hacia atras, empujo el picaporte y la puerta se abrio de golpe y de par en par impelida por la ventisca. El perdio el equilibrio sobre los taludes de nieve, pero se incorporo y siguio su camino dando traspies.
Tilda traspaso el umbral y salio a la tormenta. Unos metros mas alla, vio como caian unos arboles vencidos por el viento.
– ?Tommy! -grito-. ?Detente!
El viento ahogo su voz, y el hombre no se detuvo, sino que avivo el paso a traves de la nieve; grito por encima del hombro y salio huyendo en direccion al bosque.
Tilda hizo un disparo de advertencia al cielo, hacia la tempestad, y despues se arrodillo. Alzo la pistola y apunto con el dedo puesto en el gatillo.
Sabia que podia acertarle en las piernas, pero no era capaz de disparar a alguien que huia.
Tommy se habia metido entre los arbustos que crecian en la linde del bosque. Alli, la capa de nieve era mas delgada y podia correr mas deprisa. Tras quince o veinte pasos, fue solo una sombra gris entre los arboles, y luego desaparecio.
«Diablos.»
Tilda se quedo alli fuera unos minutos, pero no percibio mas movimientos extranos en la oscuridad, unicamente el torbellino de nieve. El viento seguia batiendo la costa, y cuando noto que empezaba a perder la sensibilidad en los dedos, Tilda dio media vuelta y se metio de nuevo en el establo, donde recogio el Mauser del suelo.
Al regresar hacia donde estaba Westin, camino pegada a la pared de piedra a pesar de que estaba agotada por el viento y el frio. Pero no queria arriesgarse a encontrarse con nadie mas en las oscuras habitaciones.
40
Sofocar el fuego con nieve funciono, pero cuando Joakim consiguio apagar por fin las llamas, gran parte de la escalera del altillo se hallaba calcinada, y espesas cortinas de humo gris subian hacia las vigas del techo.
Tosio en el aire enrarecido y se sento, agotado, debajo de la escalera humeante. Aun sostenia la pala que habia ido a buscar a la casa.
No tenia fuerza para pensar, no tenia fuerzas para preguntarse de donde habian salido todos aquellos inesperados visitantes, ni para pensar en lo que habia sucedido en la sala de los bancos de iglesia. Comprendio que Gerlof Davidsson tenia razon: un velo de olvido empezaba ya a cubrir sus recuerdos de esa noche.
?Realmente se habia encontrado con Katrine? ?Habia reconocido ella que habia ahogado a su hermana?
No. Katrine nunca habia dicho eso.
Joakim miro al hombre corpulento que yacia junto a la pared. No tenia ni idea de quien era ni de por que estaba esposado, pero si Tilda Davidsson, la policia, lo habia detenido, se podian sacar algunas conclusiones.
En ese instante, le parecio que sonaban nuevos disparos en algun lugar fuera del establo.
Joakim escucho, pero al no oir nada mas miro al hombre.
– ?Has sido tu quien ha encendido el fuego? -pregunto.
Unos segundos mas tarde, le llego una respuesta desde el suelo:
– Lo siento.
Joakim suspiro.
– Tendre que hacer una nueva escalera…, en algun momento.
Se recosto y de repente penso que Livia y Gabriel estaban en la casa, solos.
?Como habia sido capaz de dejarlos?
Oyo chirriar a lo lejos la puerta del establo, y al volver la cabeza vio entrar a Tilda dando traspies y cubierta de nieve. Sujetaba la pistola en una mano y un viejo fusil en la otra.
Se dejo caer junto a la pared de madera y suspiro.
– Se ha escapado -anuncio.
Freddy alzo la vista desde el suelo.
– ?Escapado? -repitio Joakim.
