trascendencia alguna para quienes se encontraban a cientos de kilometros de su trayectoria, mas abajo, la velocidad del asteroide disminuia muy lentamente debido a la resistencia de la atmosfera terrestre. Para cuando alcanzo Billings, habia caido a unos veinticinco kilometros por segundo. Treinta y un segundos y mas de un millon de vidas cobradas despues, cuando pasaba a 18,9 kilometros sobre Fort Collins, Boulder, Denver y Aurora, en Colorado, la velocidad se habia visto disminuida en otros 0,4 kilometros por segundo.
Las montanas Rocosas no sirvieron para contener el viento y el calor, que las atraveso como una exhalacion, y ocasiono en Grand Junction, Montrose, Cortez y Durange la misma destruccion ocurrida en bosques, lagos y ciudades de mas al norte.
Kilometro a kilometro, ciudad a ciudad, el asteroide mantuvo inexorable su despiadado avance, destruyendo todo aquello situado a trescientos veintiun kilometros de su ruta. Colorado Springs, Pueblo y Trinidad, en Colorado; Raton y Tucumcari, en Nuevo Mexico; Amarillo, Lubbock, Sweetwater, Odessa, Midland, Abilene y San Angelo, en Texas; y un millar de pueblos al este y al oeste desaparecieron por completo o fueron reducidos a montones de escombros irreconocibles. Fort Worth y Dallas apenas corrieron mejor suerte. Cuando el asteroide llego a Austin, en Texas, no habian pasado mas que cinco minutos y siete segundos desde su entrada en la atmosfera. Su velocidad habia disminuido a 23,8 kilometros por segundo y su altitud era ya de tan solo doce mil treinta y siete metros sobre el nivel del mar. El coste material y de vidas fue incalculable.
Veinticuatro segundos mas tarde, despues de haber devastado San Antonio y Corpus Christi, el asteroide paso sobre Brownsville, en Texas, y Matamoros, en Mexico, y continuo su trayectoria hacia el sudeste, cruzando el golfo de Mexico. Su altitud era ya de tan solo ocho mil quinientos veintinueve metros sobre el nivel del mar y su velocidad habia descendido a 23,5 kilometros por segundo. De nuevo sobre el agua, la estela del asteroide volvio a cargarse de humedad con la que alimentar y sustentar las monstruosas tormentas creadas a su paso.
Segundos despues de abandonar tierra firme, y a una altitud de algo menos de seis mil cuatrocientos treinta y siete metros, ocurrio algo digno de investigarse cientificamente, pero que dadas las circunstancias atrajo escasa atencion. Desde el momento en que el asteroide penetro por primera vez en la atmosfera, su masa empezo a cargarse de electricidad estatica como resultado del roce con el aire. Cuando la caida lo situo a seis mil noventa y seis metros sobre la superficie terrestre, el asteroide libero una carga electromagnetica en forma de relampago, tan inmensa y potente que, literalmente, vaporizo el agua donde cayo, creando momentaneamente un crater gigantesco de quinientos cuarenta y ocho metros de diametro y setenta y nueve metros de profundidad.
El asteroide tardo solo cuarenta y dos segundos en atravesar los novecientos treinta y tres kilometros del golfo de Mexico, tras lo cual penetro de nuevo en tierra firme dieciseis kilometros al oeste de Paraiso, Mexico, a una altitud de tan solo dos mil noventa y dos metros sobre el nivel del mar. Hasta entonces la altitud del asteroide se habia venido calculando como la media entre el punto mas bajo y el mas elevado sobre el nivel del mar de la parte mas baja a cada rotacion. Pero llegado este momento, la media dejo de ser orientativa. Dados la forma y giros del asteroide, la distancia entre este y la tierra variaba en mas de un kilometro y medio a cada giro de ocho segundos y medio, dependiendo de que parte del asteroide estuviera mas cerca de la tierra en el momento de la medicion. El asteroide estaba ya tan proximo a la superficie que la altitud media no importaba tanto como la distancia entre los dos cuerpos en cada instante concreto.
Ademas habia otro factor cada vez mas relevante. Al avanzar por el sur de Mexico en direccion a las estribaciones de la Sierra Madre del Sur, el terreno se elevaba rapidamente y salia a su encuentro.
Cuanto mas se aproximaba a la superficie, disminuia la potencia de la carga estatica que necesitaba el asteroide para superar la distancia hasta la tierra, asi que empezo a liberar un rayo tras otro, que fueron fulminando los restos de madera y escombros que habian desafiado a los vientos que precedian a su anfitrion. Nada mas liberar la electricidad estatica acumulada, recuperaba su carga como consecuencia de la friccion con la atmosfera y en menos de un segundo volvia a descargarse con efectos demoledores similares. Al acercarse a la tierra, el intervalo entre rayos fue disminuyendo hasta que la velocidad de descarga y carga fue tan rapida que a simple vista -de haber sobrevivido alguien para presenciarlo- habria parecido que un solido relampago envolvia la anchura total de veinte kilometros del titan giratorio y arrasaba todo lo que se encontraba a su paso milesimas de segundos antes de barrerlos consigo.
Cuarenta y ocho kilometros mas adelante, la tierra se levantaba como queriendo recibir a su visitante celestial. La sucesion de sierras rocosas, cada una ligeramente mas elevada que la anterior, se erguia unos segundos mas alla, aguardando silenciosa y desafiante en medio del camino del asteroide. El impacto era inminente.
Al aproximarse a la serie de picos situados trece kilometros al noroeste de la comunidad de Petalcingo, en Chiapas, Mexico, el asteroide rozo la superficie de la primera montana, horadando un paso de dieciocho metros de profundidad y 2,8 kilometros de ancho. El contacto aminoro la velocidad del asteroide de forma tan imperceptible que ni los satelites meteorologicos que observaban el fenomeno desde lo alto pudieron medir la diferencia. Su paso por la siguiente cordillera no fue tan limpio.
La segunda cumbre se erigia desafiante ante el invasor, superando la cota inferior del asteroide en algo menos de mil metros. Aunque su tamano resultaba insuficiente para detener el asteroide, si que iba a disminuir considerablemente su velocidad. Una fraccion de segundo mas tarde, el asteroide alcanzo a la montana novecientos setenta y cinco metros por debajo de la cumbre. La colision descabezo el pico, lanzo millones de toneladas de rocas y fragmentos de asteroide en un radio de mil novecientos kilometros de distancia, y fue recogida por todos los detectores sismicos del planeta. Una milesima de segundo despues, el movimiento giratorio del asteroide estrello la prominencia mas importante de su masa contra la cresta de la siguiente montana, ligeramente mas baja, pulverizo el pico con la presion y provoco una avalancha de rocas que se precipito sobre los valles de mas abajo. Un pueblecito de trescientos habitantes que ocupaba la ladera fue arrastrado hasta el fondo del valle, donde quedo sepultado por toneladas de rocas y escombros. Las montanas vecinas fueron sacudidas y los corrimientos de tierra resultantes llegaron hasta cuarenta y ocho kilometros de distancia. Tiempo despues, los cientificos calcularian que la potencia de la colision habia sido de unos cinco megatones de TNT, o el equivalente a doscientas cincuenta veces la potencia de la bomba lanzada sobre Hiroshima.
El impacto contra la cumbre de la montana mas baja propulso el asteroide hacia el cielo, de tal forma que paso justo por encima de la mas alta de las montanas y salio despedido algo mas hacia el este. El impacto, apenas perceptible, habia no obstante modificado de forma relevante la rotacion del asteroide. El cambio era infimo, pero suficiente para reducir el coeficiente de resistencia y que la inercia se convirtiera en la fuerza principal y alterara, asi, la aerodinamica del asteroide. Como resultado, en lugar de ser arrastrado lenta e inexorablemente hacia el suelo, el asteroide viajaba ahora casi en linea recta. Dada la curvatura de la Tierra y el hecho de que la velocidad del asteroide fuera todavia mas que suficiente para contrarrestar la gravedad terrestre, el asteroide empezo a elevarse sobre la superficie. Aunque lo hacia de forma apenas perceptible - aproximadamente once metros de subida por cada kilometro y medio-, para cuando alcanzo Ciudad de Guatemala, trescientos treinta y cuatro kilometros mas al sur, el asteroide se habia elevado dos mil trescientos cuarenta y cinco metros, hasta una altitud media de tres mil doscientos ocho metros, lo que lo situaba bien por encima de las montanas que descansaban a su paso.
A efectos practicos, poco importaron estos cambios en su trayectoria y su altitud. El grado de destruccion provocado por el asteroide no se vio modificado. Los habitantes de Ciudad de Guatemala sufrieron el mismo destino que el que habian encontrado las gentes de las demas ciudades por las que habia pasado.
El asteroide tardo solo 13,5 segundos en atravesar Guatemala y cruzar la frontera de El Salvador a medio camino entre San Vicente y San Salvador, con direccion a la costa pacifica salvadorena. Una vez sobre el Pacifico, se mantuvo a unos doscientos cincuenta y siete kilometros de la costa de Centroamerica excepto alli donde el litoral dibuja una curva hacia el norte pasado Punta Mariato, en Panama. A lo largo de su travesia sobre el oceano continuo el ascenso y cuando arribo a la costa de Colombia habia alcanzando una altitud de diecisiete mil trescientos ocho metros. Siete segundos despues, a una velocidad de 18,3 kilometros por segundo, el asteroide paso a dieciocho mil ciento ochenta y cinco kilometros sobre Ipiales, en la frontera de Colombia con Ecuador.
Bajo el asteroide, el bosque humedo de la costa pacifica colombiana -llamado Choco por los lugarenos- y los grandes bosques amazonicos de los llanos orientales se convirtieron en lena para los vientos y el fuego que acompanaban al asteroide. Cientos de especies de flora y fauna especificas de la jungla sudamericana fueron destruidas de un plumazo, al tiempo que millones de acres rompian en llamas casi al instante.