– Buenos dias, chicos.
Apenas ha cruzado la puerta cuando de repente salen cuatro alumnos, los que estan exentos de su hora. La verdad es que no se si eso es motivo o no de pecado, pero creo que es importante quedarse, no tirar la toalla. Aunque ello signifique discutir y pasarse de la raya, Pero nunca hay que abandonar. Me parece que es un poco como darse por vencido. Yo al menos me quedo. Y siempre he sido de la misma opinion. Hasta ese dia.
Don Gianni los mira y acto seguido suspira.
– Pobres… No saben lo que hacen.
El comentario se lo podria haber ahorrado, porque si unos chicos se marchan de clase es porque tienen permiso para hacerlo, lo que quiere decir que lo han pedido en casa, que deben de haber hablado del tema con sus padres, o que quiza hayan sido estos quienes se lo hayan sugerido. ?O sea, que saben de sobra lo que hacen! En cualquier caso, se le podria pasar por alto porque es un latiguillo, una forma de hablar. Pero ese dia anadio algo que nunca podre olvidar.
– Chicas, hoy por fin podemos hablar de un caso concreto que puede ayudarnos a entender las particularidades del amor…
Al oir eso cierro la agenda, hago a un lado el movil, lo escondo bajo el estuche y despliego las antenas, ya que siento curiosidad por el tema.
– Una de vuestras companeras me ha contado su experiencia y me gustaria ponerosla como ejemplo para explicaros ciertos comportamientos… Puedo, ?verdad que si, Paola Tondi?
Y Paola, Paoletta, como la llamamos nosotros, se encoge, casi se hunde en su silla. Acto seguido mira por unos instantes en derredor y al final vuelve a emerger como uno de esos submarinos de guerra que salen repentinamente del mar saltando fuera del agua para flotar despues entre las olas.
– Claro, si, claro… -responde con voz tremula.
?Que otra cosa podia decir, dadas las circunstancias? En fin, os juro que fue una sorpresa general. Es decir, que ninguna de nosotras se habria imaginado jamas que Paola Tondi, Paoletta, para entendernos, pudiese ser tomada como ejemplo para nuestras experiencias sexuales.
A ver si me explico. Es alta, mejor dicho, no lo es, es baja, mide un metro cuarenta, es bastante corpulenta, lleva ortodoncia, como no podia ser de otro modo, metalica y llamativa, tiene el pelo encrespado y abundante, la cara algo picada, la nariz aguilena y los ojos saltones. ?Y por si fuera poco, encima huele mal! ?Habeis entendido de que clase de persona estamos hablando? ?Me gustaria saber quien ha tenido el valor, quien ha sido el intrepido que se ha lanzado a una mision semejante!
Y don Gianni se aprovecha de eso. Paoletta, en un momento particular, en un dia en que, quiza, necesitaba hablar con alguien y no sabia a quien dirigirse, se lo conto todo a don Gianni. ?Y el que hace ahora? Lo usa entrando en toda una serie de detalles para dar su leccion. ?Os dais cuenta?
– Chicas, tened muy presente lo que os voy a decir. El amor no tiene edad, e incluso una chica de trece o catorce anos como Tondi puede verse enfrentada a la siguiente duda: ?es quiza pronto para tener una relacion?
Don Gianni nos mira tratando de leer nuestros semblantes. Ha alargado las manos hasta el borde del escritorio y se inclina hacia adelante, nos pasa revista como si se tratara de una ametralladora lista para disparar. Pero nosotras no nos inmutamos, simulamos que casi no existimos, seguimos escuchandolo con gesto imperturbable, que solo expresa pureza, indiferencia e ingenuidad. Todas permanecemos en absoluto silencio, si bien alguna podria rendirse y replicar: «?No, no es demasiado pronto!»
De hecho, creo que Lucia, Simona y Eleonora hace mas de un ano que salen con un chico. Pero, en cualquier caso, seria demasiado pronto. Y, en cualquier caso, por encima de todo, es asunto suyo. Y, en cualquier caso, no entiendo como se le puede haber ocurrido a Paola Tondi contarle algo semejante a don Gianni y, sobre todo, a saber que le habra contado, ?que sera verdad y que no!
– Bueno, Paola, debes ser un ejemplo para tus amigas, para todos tus companeros… Debes ayudarlos a no tener dudas como, por desgracia, te sucedio a ti. Cuentanos, estabas sola en casa porque tus padres se habian marchado a pasar el fin de semana fuera, ?verdad?
Paola asiente con la cabeza.
– Y le dijiste a tu abuela que se iban a marchar mucho despues, por la noche, porque querias tener la casa libre por la tarde, ?no es asi?
Paola vuelve a asentir con la cabeza.
– Y entonces llamaste al chico que te gusta desde hace algun tiempo, ?me equivoco?
Paoletta repite el gesto afirmativo. Y el interrogatorio prosigue.
– Que es el hijo del dueno de la tienda de comestibles que hay debajo de tu casa…
Y continua de ese modo. La situacion se hace cada vez mas embarazosa, porque don Gianni va entrando en detalles y tambien porque Paoletta no abre la boca, ni siquiera mueve ya la cabeza. Ademas, don Gianni sonrie de vez en cuando, y eso tambien me molesta. Es mas, al final no puedo resistirlo y me pongo en pie de un salto.
– Perdone. ?Se puede saber por que sonrie? Mejor dicho, ?de que se rie? Puede tratarse de una historia de amor, de una pasion, incluso de un error frente al Senor, claro…, pero usted, en lugar de comprenderla, de mostrarnos que nos entiende, da la impresion de que se divierte, ?quiere decirme que clase de educacion es esa?
– Bolla, no veo que motivo tienes para intervenir. Estoy tratando de ensenaros como debeis comportaros en determinadas situaciones, y eso vale para todos, incluso para ti…, que quiza lo necesites.
– ?Que ha querido decir con esa ultima frase? ?Despues de todo lo que ha sucedido con ustedes, los curas, ahora va y me dice que soy yo la que tiene necesidad de algo? ?De que? De contarselo a usted, no, desde luego, en vista de como lo usa luego… Lo felicito, ?no se da cuenta del aprieto en el que ha puesto a Paola Tondi despues de lo que nos ha contado?
– Eso no es cierto.
– Si que lo es.
– En ese caso, mejor se lo pregunto a ella. -Don Gianni se dirige a Paoletta con una sonrisita taimada-. Dime, Tondi, ?estas en un aprieto?
– Espere un momento, asi no vale, de ese modo la obliga a contestar lo que usted quiere, no lo que, quiza, piensa realmente. -Abandono mi pupitre y me planto delante de Paoletta impidiendo que don Gianni pueda verla-. ?Estas en un aprieto? A mi me lo puedes decir.
– Eh, no, asi no vale.
Don Gianni baja de la tarima, se coloca delante y seguimos asi durante un rato.
– ?Estas en un aprieto? Dimelo a mi.
– No, dimelo a mi, a mi puedes decirmelo…
– ?No, te he dicho que me lo digas a mi.1
Hasta que al final Paoletta se harta y escapa llorando. Al ver la escena, los cuatro chicos que por lo general salen para no dar clase de religion vuelven a entrar a toda prisa.
– ?Lo veis?, teniamos razon.
Y toda la clase empieza a armar un buen jaleo, gritando, dando punetazos a los pupitres o tirando cosas.
– ?Ooooole!
Y todos se echan a reir y el tumulto va en aumento, hasta que al final llega el director. En fin, moraleja: a partir de la semana que viene yo tampoco asistire a la clase de religion. Y eso que, en el fondo, me divertia un poco.
Estoy sola en el patio del colegio, es la hora del recreo. Alis y Clod estan armando jaleo con el resto de nuestras amigas. No se por que me ha dado por vivir un momento de soledad voluntaria. No me pregunteis por que, ya que no sabria que responderos. Sea como sea, estoy completando una de mis
La cancion que te gustaria haber escrito:
La que te gustaria que hubiesen escrito para ti:
La que te hace evocar tu infancia:
La de tus padres: