del sospechoso. La detencion se produjo sin incidentes en la manana del domingo 26 de abril y, despues de un largo interrogatorio, el sospechoso confeso el homicidio. A la manana siguiente la policia anuncio la detencion.

Cerre el expediente del caso y pense en lo rapido que la investigacion habia conducido a Winslow solo porque habia dejado una huella. Probablemente penso que los treinta kilometros que separaban Watts de Santa Monica era una distancia que ninguna acusacion de asesinato podria franquear. Ahora estaba en una celda para menores de Sylmar, lamentando haber tocado ese espejo retrovisor que habia hecho que la policia diera con el.

Sono el telefono de mi escritorio y vi el nombre de Angela Cook en el identificador de llamada. Estuve tentado de no contestar, de mantenerme concentrado en mi historia, pero sabia que la llamada se desviaria a centralita y que la persona que contestara le diria a Angela que yo estaba en mi mesa, pero aparentemente demasiado ocupado para contestar.

No queria que ocurriera eso, asi que conteste.

– Angela, ?que hay?

– Estoy en el Parker y creo que esta pasando alguna cosa, pero nadie me cuenta nada.

– ?Por que crees eso?

– Porque esta lleno de periodistas y camaras.

– ?Donde estas?

– En el vestibulo. Estaba marchandome cuando he visto entrar a un monton de tios.

– ?Y has preguntado a la oficina de prensa?

– Por supuesto, pero nadie responde.

– Perdona, era una pregunta estupida. Hum, puedo hacer unas llamadas. Quedate ahi por si has de volver a subir. Te llamare enseguida. ?Solo hay gente de la tele?

– Eso parece.

– ?Conoces a Patrick Denison?

Denison era el periodista de sucesos policiales mas importante del Daily News, la unica competencia real en papel con la que se enfrentaba el Times a escala local. Era bueno y de cuando en cuando conseguia una exclusiva en la que me sacaba la delantera. La peor verguenza de un periodista era tener que seguir la estela de la competencia. Pero si los equipos de television ya estaban en el edificio no me preocupaba hacerlo. Cuando veias a periodistas de television en una historia era porque seguian una noticia del dia anterior o habian sido llamados a una conferencia de prensa. Los equipos de television no han tenido una exclusiva digna en esta ciudad desde que Channel 5 consiguio la cinta de la paliza a Rodney King en 1991.

Despues de colgar con Angela, llame a un teniente de Delitos Graves para ver que se cocia. Si el no sabia nada, llamaria a la Division de Robos y Homicidios y luego a la de Narcoticos. Estaba seguro de que pronto sabria por que los medios estaban acudiendo al Parker Center y el L. A. Times era el ultimo en enterarse.

Hable con la secretaria municipal que atendia las llamadas en Delitos Graves y me paso al teniente Hardy sin mucha espera. Este llevaba menos de un ano en el puesto y yo todavia estaba ganandomelo poco a poco como una fuente de confianza. Despues de identificarme, pregunte que tramaban los Hardy Boys. Me habia acostumbrado a llamar asi a los hombres que estaban bajo su mando, porque sabia que atribuirle la propiedad de la brigada alimentaba su ego. En realidad era un simple gestor de personal y los investigadores bajo su mando trabajaban de manera bastante autonoma, pero formaba parte del baile y hasta el momento habia funcionado.

– Hoy es un dia tranquilo, Jack -dijo Hardy-. Nada que anunciar.

– ?Estas seguro? He oido por otra fuente que el edificio esta lleno de gente de la tele.

– Si, eso es por otra cosa. No tenemos nada que ver.

Al menos no ibamos retrasados con una historia de Delitos Graves. Eso estaba bien.

– ?Que otra cosa? -pregunte.

– Tendras que hablar con Grossman o con la oficina del jefe. Ellos van a dar la conferencia de prensa.

Empece a preocuparme. El jefe de policia no solia dar ruedas de prensa para discutir cosas que ya estaban en el periodico; normalmente daba las noticias para poder controlar la informacion y obtener reconocimiento en caso de que hubiera que darselo.

La otra referencia que habia hecho Hardy era al capitan Art Grossman, que estaba a cargo de las investigaciones de narcoticos a gran escala. De alguna manera se nos habia pasado una invitacion a una conferencia de prensa.

Le di las gracias rapidamente a Hardy por la ayuda y le dije que lo llamaria despues. Volvi a llamar a Angela y ella contesto de inmediato.

– Vuelve a entrar y sube a la sexta planta. Hay alguna clase de conferencia de prensa con el jefe de policia y Art Grossman, que es el jefe de Narcoticos.

– Vale, ?a que hora?

– Todavia no lo se. Sube por si ha empezado ya. ?No te habias enterado de esto?

– ?No! -dijo a la defensiva.

– ?Cuanto tiempo llevas alli?

– Toda la manana. He estado tratando de conocer gente.

– Vale, sube y te volvere a llamar.

Despues de colgar empece con mi multitarea. Mientras llamaba a la oficina de Grossman me conecte a Internet y comprobe los cables del City News Service, CNS, un servicio electronico que se actualizaba al minuto con noticias de la ciudad de Los Angeles. Habia muchas noticias de crimenes y policiales y era basicamente un servicio de avisos que proporcionaba horarios de conferencias de prensa y detalles limitados de informes de crimenes e investigaciones. Como periodista de sucesos policiales lo revisaba unas cuantas veces al dia, igual que un analista bursatil va mirando el indice Dow Jones que va pasando por la parte inferior de la pantalla en el canal Bloomberg.

Podria haberme conectado mas con el CNS si me hubiese registrado para recibir alertas de correo electronico y SMS, pero yo no trabajaba asi. No era un periodista movil; era de la vieja escuela y no me gustaban las constantes campanitas y pitidos de la conectividad.

No obstante, habia olvidado hablarle a Angela de estas opciones. Como ella habia pasado la manana en el Parker Center y yo investigando el caso Babbit, nadie habia recibido ninguna campanita ni ningun pitido y nadie habia hecho las comprobaciones manuales de la vieja escuela.

Empece a mirar en orden cronologico inverso la pantalla del CNS, buscando cualquier informacion sobre una conferencia de prensa de la policia o cualquier otra noticia de crimenes. Llame a Grossman, pero me contesto una secretaria que me dijo que el capitan ya estaba arriba -en la sexta planta- en una conferencia de prensa.

Justo cuando colgue encontre un pequeno aviso del CNS que anunciaba la conferencia de prensa a las once en la sala de medios de la sexta planta del Parker Center. Habia poca informacion adicional, salvo que decia que era para anunciar que se trataba de una gran operacion antidroga realizada esa noche en el barrio de Rodia Gardens.

Bang. De repente mi articulo a largo plazo se estaba relacionando con una noticia de ultima hora. Senti la inyeccion de adrenalina. Pasaba a veces: el yugo diario de noticias te daba la entrada para decir algo mas grande.

Llame otra vez a Angela.

– ?Estas en la sexta?

– Si, y no han empezado. ?De que se trata? No quiero preguntarle a estos tipos de la tele porque voy a quedar como una estupida.

– Si. Es sobre una redada antidroga de esta noche en Rodia Gardens.

– ?Algo mas?

– No, pero podria volverse importante porque probablemente es en respuesta al asesinato del que te hable ayer. La mujer del maletero fue situada alli, ?recuerdas?

– Si, si.

– Angela, esto se conecta con lo que estoy investigando, asi que voy a intentar venderselo a Prendo. Quiero

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