fuera un libro de instrucciones, pero ciertamente describia de que manera llevaba a cabo el FBI sus perfiles e investigaciones sobre asesinos en serie.
Necesitaba cambiar de tema.
– ?Que mas encontraron?
– Todavia no lo he visto, pero me han dicho que han encontrado un juego completo de ortesis de muslo a tobillo para mujer. Tambien habia pornografia sobre el tema.
– Joder, menudo hijo de puta enfermo.
Escribi unas notas sobre los hallazgos y hojee las paginas para ver si algo me sugeria una pregunta mas. Con lo que ya sabia y lo que me estaba explicando Rachel podria escribir un gran articulo para el dia siguiente.
– Western Data esta completamente cerrado, ?verdad?
– Casi. Me refiero a que las webs que se alojan en la compania siguen operativas. Pero hemos congelado el
– Algunos de los clientes, como los grandes bufetes de abogados, se van a subir por las paredes cuando se enteren de que el FBI tiene la custodia de sus archivos, ?verdad?
– Es probable, pero no hemos abierto ninguno de esos archivos. Por lo menos de momento. Lo que hacemos es mantener el sistema tal como estaba: nada entra y nada sale. Estuvimos redactando con Carver un mensaje para mantener informados a todos los clientes. Decia que la situacion es temporal y que Carver, como representante de la compania, supervisaba la investigacion del FBI y garantizaba la integridad de los archivos y bla, bla, bla. Es todo lo que podemos hacer. Si luego han de subirse por las paredes, que se suban.
– ?Que hay de Carver? Habreis comprobado sus antecedentes, ?no?
– Si, y esta limpio desde que salio del MIT. Hemos de confiar en alguien alli, y creo que el es ese alguien.
Permaneci en silencio mientras escribia unas cuantas notas finales. Tenia mas que suficiente para redactar el articulo del dia siguiente. Aunque no pudiera localizar a Rachel, estaba seguro de que mi articulo saldria en primera pagina y atraeria la atencion de todo el pais. Dos asesinos en serie por el precio de uno.
– Jack, ?estas ahi?
– Si, estoy escribiendo. ?Algo mas?
– Creo que es todo.
– ?Vas con cuidado?
– Claro que si. Me mandan el arma y la placa esta noche. Manana por la manana las tendre aqui.
– Entonces ya no te faltara nada.
– Exacto. Bueno, y ahora, ?podemos hablar de nosotros?
De pronto senti una daga de ansiedad en el pecho. Rachel queria dejar de lado la conversacion relacionada con el trabajo para decir lo que tuviera que decir sobre nuestra relacion. Tras todas esas llamadas por telefono sin contestar temia que las noticias no fueran buenas.
– Eh, si, claro. ?Que pasa con nosotros?
Me levante de la cama, dispuesto a recibir las noticias de pie. Me acerque a coger la botella de vino. La estaba mirando cuando ella hablo.
– Bueno, es que no quiero que solo hablemos de trabajo.
Me senti algo mejor. Deje la botella en su sitio y la daga no parecia tan afilada.
– Yo tampoco.
– De hecho, estaba pensando… Te parecera una locura.
– ?El que?
– Bueno, cuando me han ofrecido otra vez el trabajo me he sentido muy… No se, euforica, supongo; reivindicada de alguna manera. Pero luego, cuando volvia aqui sola esta noche, he empezado a pensar sobre lo que dijiste cuando bromeabas.
No podia recordar a que se referia, de manera que le segui la corriente.
– ?Y?
Solto una risita antes de contestar.
– He pensado que realmente podria ser divertido si lo intentabamos.
Yo me estaba devanando los sesos, y no sabia si tendria algo que ver con la teoria de la bala unica. ?Que habia dicho?
– ?En serio?
– Bueno, no se nada del negocio ni de como podriamos conseguir clientes, pero creo que me gustaria trabajar contigo en las investigaciones. Seria divertido. Ya lo ha sido.
Entonces lo recorde. Walling y Mc Evoy, investigaciones discretas. Sonrei. Me arranque la daga del pecho y la lance con la punta por delante para que se clavara en el duro suelo como esa bandera que el astronauta planto en la luna.
– Si, Rachel, ha sido bonito -dije, con la esperanza de que esa bravuconeria ocultara mi alivio interior-. Pero no se, estabas muy inquieta al pensar en enfrentarte a la vida sin tu placa.
– Si, ya se. Quiza me este enganando a mi misma. Quizas acabariamos en asuntos de divorcios, y con el tiempo eso ha de ser fatal.
– Si.
– Bueno, tenemos que pensar en ello.
– Oye, no vayas a creer que tengo algo organizado; no me oiras objetar nada. Lo unico que quiero es asegurarme de que no cometes ningun error. O sea, ?ya esta todo olvidado en el FBI? ?Te han devuelto el trabajo y ya esta?
– Tal vez no. Estaran al acecho. Como siempre.
Oi que alguien llamaba a su puerta y una voz apagada que decia «servicio de habitaciones».
– Aqui tengo la cena -dijo Rachel-. Te dejo.
– De acuerdo. Hasta luego, Rachel.
– Si, Jack. Buenas noches.
Sonrei mientras apagaba el movil. Ese luego iba a ser mas pronto de lo que ella creia.
La escalera se hallaba justo al lado de mi habitacion, y la de Rachel solamente estaba un piso mas arriba y unas cuantas puertas mas alla, de manera que decidi no perder mas tiempo. Empuje la puerta y empece a subir los escalones de cemento de dos en dos. Me asome un momento por encima de la barandilla y mire al fondo del hueco de la escalera. Note una dosis rapida de vertigo, retrocedi y continue subiendo. Al llegar al descansillo intermedio ya estaba pensando en cuales serian las primeras palabras de Rachel cuando abriera la puerta y me viera. Estaba sonriendo al llegar al final del siguiente tramo de peldanos. Y fue entonces cuando vi a un hombre tendido de espaldas cerca de la puerta que daba al pasillo de la septima planta. Llevaba pantalones negros y camisa blanca con pajarita.
Al momento comprendi que se trataba del camarero del servicio de habitaciones que un rato antes me habia traido la cena y la botella de vino que ahora llevaba en la mano. Al llegar al ultimo escalon vi que habia sangre sobre el cemento, que se filtraba por debajo de su cuerpo. Me arrodille junto a el y deje la botella en el suelo.
– ?Oye!
Le movi el hombro para ver si obtenia alguna respuesta. No observe ninguna reaccion y pense que estaba muerto. Vi la tarjeta de identificacion prendida a su cinturon y esta confirmo mi reconocimiento: EDWARD HOOVER, PERSONAL DE COCINA.
Y enseguida salte a otra conclusion.
«?Rachel!»
Me levante de un salto y abri la puerta. Al tiempo que entraba en el pasillo del septimo piso saque el movil y marque el 911, el numero de emergencias. El hotel estaba disenado en forma de una gran U y yo me encontraba en la parte superior del palo derecho. Empece a avanzar por el pasillo, fijandome en los numeros de las puertas: 722, 721, 720… Llegue a la habitacion de Rachel y vi que la puerta estaba entreabierta. La empuje sin