llamar.
– ?Rachel?
La habitacion estaba vacia, pero vi signos evidentes de lucha. Habia platos, cubiertos y patatas fritas esparcidos por el suelo junto a la mesa del servicio de habitaciones. La ropa de cama habia desaparecido y vi una almohada manchada de sangre en el suelo.
Me di cuenta de que llevaba en la mano el movil y oi que me llamaba una vocecita. Volvi hacia el pasillo al tiempo que levantaba el telefono.
– ?Hola?
– Nueve uno uno, ?cual es su emergencia?
Eche a correr por el pasillo, con el panico envolviendome mientras gritaba al telefono.
– ?Necesito ayuda! ?Mesa Verde Inn, septimo piso! ?Ahora!
Doble por el pasillo central y durante una milesima de segundo atisbe la imagen de un hombre con el cabello tenido de rubio que llevaba una chaqueta de camarero roja. Empujaba un gran carro de lavanderia a traves de una puerta de doble hoja, al otro lado de los ascensores. No lo vi mas que un momento, pero aquello no tenia sentido.
– ?Eh!
Acelere mi carrera, cubri rapidamente la distancia y empuje las puertas de doble hoja solo unos segundos despues de ver que se cerraban. Entre en un pequeno vestibulo de la zona de limpieza y vi que se cerraba la puerta del montacargas. Me lance hacia alli con el brazo extendido, pero era demasiado tarde. Se habia ido. Retrocedi y mire hacia arriba. No habia numeros ni flechas que me indicaran en que direccion habia huido. Volvi a pasar por la puerta de doble hoja y corri hacia los ascensores de clientes. Las escaleras, a ambos lados de la planta, quedaban demasiado lejos para tomarlas en consideracion.
Aprete el boton de bajada, pensando que era la opcion obvia. Conducia a la salida, a la huida. Pense en el carro de lavanderia y en la inclinacion hacia delante del hombre que lo empujaba. Alli dentro habia algo mas pesado que ropa, estaba seguro. Tenia a Rachel.
Habia cuatro ascensores para clientes y tuve suerte. En el mismo momento en que aprete el boton se oyo la campanita de una puerta y se abrieron las de ese ascensor. Salte al interior y vi que la luz de recepcion ya estaba encendida. Aporree el boton de cierre y espere durante un momento interminable hasta que las puertas se cerraron lenta y suavemente.
– Tranquilo, que ya llegaremos.
Me volvi y vi que ya habia un hombre en el ascensor. Llevaba una tarjeta de convencion con su nombre y adornada con un lazo azul. Iba a decirle que se trataba de una emergencia cuando me acorde de que llevaba un telefono en la mano.
– ?Oiga? ?Sigue usted ahi?
Se oia mucha carga estatica en la linea, pero todavia tenia conexion. Sentia que el ascensor empezaba a bajar deprisa.
– Si, senor, he enviado a la policia. ?Puede usted decirme…?
– ?Escucheme! Aqui hay un tipo vestido de camarero y esta intentando raptar a una agente federal. Llame al FBI. Envie a todas… ?Oiga? ?Sigue ahi?
Nada. La llamada se habia cortado. Senti que el ascensor se detenia bruscamente al llegar a la planta baja. El hombre de la convencion retrocedio hasta una esquina e intento desaparecer. Me acerque a las puertas y sali apenas empezaron a abrirse.
Me encontre en un vestibulo adyacente a la recepcion. Orientandome para localizar el montacargas, doble a la izquierda y luego otra vez a la izquierda a traves de una puerta con un letrero que decia RESERVADO AL PERSONAL y que daba a un pasillo. Oi los ruidos de una cocina y olia a comida. Habia estantes de acero inoxidable llenos de latas de comida de tamano para hosteleria y otros productos. Vi el ascensor de servicio, pero no habia ni rastro del hombre de la chaqueta roja que llevaba el carro de la lavanderia.
?Habia llegado abajo antes que el montacargas, o habia ido hacia arriba?
Aprete el boton de llamada del ascensor.
– Oiga, no puede estar aqui.
Me volvi rapidamente y vi a un hombre con ropa blanca de cocina y un delantal sucio que caminaba hacia mi por el pasillo.
– ?Ha visto a un hombre empujando un carro de lavanderia? -le pregunte rapidamente.
– No, en la cocina no.
– ?Hay algun sotano?
El hombre se saco un cigarrillo sin encender de la boca para contestarme. Me di cuenta de que iba a salir a fumar, asi que por alli cerca tenia que haber una salida.
– ?Se puede llegar al aparcamiento desde aqui?
Senalo a mi espalda.
– El muelle de carga esta… ?Eh, cuidado!
Empezaba a volverme hacia el ascensor cuando el carro de la lavanderia vino hacia mi. Me golpeo a la altura del muslo y cai hacia delante. Extendi las manos para amortiguar mi caida en la pila de ropa de cama. Note algo blando pero solido bajo aquellas sabanas y supe que era Rachel. Eche el peso hacia atras y volvi a ponerme en pie.
Al levantar la mirada vi que el ascensor volvia a cerrarse porque el hombre de la chaqueta roja mantenia la mano en el boton de cierre de puertas. Lo mire a la cara y lo reconoci por la fotografia de su ficha policial que habia recibido esa misma noche. Tenia un aspecto mas pulcro e iba de rubio, pero estaba seguro de que aquel tipo era Marc Courier. Volvi a fijarme en el panel de control del ascensor y vi que se habia encendido la luz del piso superior. Courier volvia arriba.
Meti los brazos en el interior del carro y saque la ropa de cama. Ahi estaba Rachel. Seguia con la ropa que llevaba por la manana. Estaba bocabajo con brazos y piernas atados por detras de la espalda. El cinturon de un albornoz del hotel atado con fuerza hacia las veces de mordaza. Rachel sangraba profusamente por la boca y por la nariz. Tenia los ojos vidriosos, con una expresion distante.
– ?Rachel!
Me incline sobre ella y tire de la mordaza para sacarsela de la boca.
– ?Rachel? ?Estas bien? ?Puedes oirme?
No contesto. El hombre de la cocina se acerco y miro al interior del carro.
– ?Que demonios…?
La habia atado con bridas. Me saque el sacacorchos del bolsillo y utilice el cortacapsulas para partir el plastico.
– ?Ayudeme a sacarla!
La levantamos para sacarla del carro con cuidado y la pusimos en el suelo. Yo me agache a su lado y me asegure de que la sangre no le habia bloqueado las vias respiratorias. Las ventanas de la nariz si que estaban taponadas, pero no asi la boca. La habian golpeado y empezaba a hincharsele la cara.
Mire al hombre de la cocina.
– ?Llame a seguridad! ?Y a emergencias! ?Corra!
Empezo a correr por el pasillo en busca de un telefono. Volvi a mirar a Rachel y vi que recuperaba la conciencia.
– ?Jack?
– Todo esta bien, Rachel. Estas a salvo.
La expresion de sus ojos era de miedo y de dolor. Senti que la rabia crecia en mi interior.
Desde el fondo del pasillo oi que el hombre de la cocina me gritaba.
– ?Ya vienen! ?Ambulancia y policia!
No levante la vista para mirarle. Mantenia los ojos fijos en Rachel.
– ?Has oido eso? La ayuda esta en camino.
Ella asintio y vi que sus ojos cobraban mas vida. Tosio e intento sentarse. La ayude y despues tire de ella para abrazarla. Le frote la nuca.
Rachel susurro algo que no pude oir y me eche hacia atras para mirarla y pedirle que volviera a decirlo.
– Pensaba que estabas en Los Angeles.