Sonrei y negue con la cabeza.
– Estaba demasiado paranoico, no me gustaba nada separarme de la noticia. Y de ti, menos. Iba a sorprenderte con una buena botella de vino. Fue entonces cuando lo vi. Era Courier.
Asintio debilmente.
– Me has salvado, Jack. No lo reconoci por la mirilla de la puerta. Cuando abri, era demasiado tarde. Me pego. Intente resistirme, pero llevaba un cuchillo.
Le pedi que callara. No tenia que explicarmelo, pero habia otra informacion mas necesaria.
– Escucha, ?estaba solo? ?Estaba Mc Ginnis con el?
Ella nego con la cabeza.
– Solo he visto a Courier. Pero lo he reconocido demasiado tarde.
– No te preocupes por eso.
El hombre de la cocina permanecia en el pasillo, ahora con otros hombres vestidos con ropa blanca. Les indique que se acercaran, pero al principio no se movieron. Luego uno empezo a avanzar con desconfianza y los demas lo siguieron.
– Aprieteme el boton del montacargas, por favor -dije.
– ?Esta seguro? -pregunto uno.
– Hagalo.
Me agache y puse la cara en el cuello de Rachel. La abrace, aspire su perfume y le susurre al oido.
– Ha ido arriba. Voy a por el.
– ?No, Jack, espera aqui! ?Espera aqui conmigo!
Me incorpore y la mire a los ojos. No dije nada hasta que oi que las puertas del ascensor se abrian. Entonces mire al tipo de la cocina con el que habia hablado al principio. Llevaba el nombre bordado en la camisa blanca: Hank.
– ?Donde estan los de seguridad?
– Tendrian que estar aqui -me dijo-. Ya vienen.
– Muy bien, quiero que esperen aqui con ella. No la dejen sola. Cuando lleguen los de seguridad, diganles que hay otra victima en las escaleras del septimo y que he ido arriba a buscar al tipo. Pidanles que cubran todas las salidas y los ascensores. Ese tipo ha subido, pero en algun momento tendra que intentar bajar.
Rachel empezo a levantarse.
– Voy contigo -dijo.
– No, tu no vas a ninguna parte. Estas herida. Te quedaras aqui y yo volvere enseguida. Te lo prometo.
La deje alli y me meti en el ascensor. Aprete el boton del piso doce y volvi a mirar a Rachel. Cuando la puerta se cerraba vi que Hank, el de la cocina, encendia nerviosamente su cigarrillo.
Tanto el como yo sentiamos que aquel era un momento para enviar las normas al cuerno.
El vestibulo de limpieza de la doce estaba vacio salvo por la chaqueta roja de camarero que vi abandonada en el suelo. Empuje las puertas de doble batiente para meterme en el pasillo central. Ya oia las sirenas procedentes del exterior del edificio. Un monton de sirenas.
Mire a ambos lados, no vi nada y empece a pensar que una busqueda llevada a cabo por un solo hombre en un hotel de doce plantas casi tan ancho como alto iba a ser una perdida de tiempo. Entre ascensores y escaleras, Courier podia elegir multiples vias de escape.
Decidi volver con Rachel y dejar la busqueda para la seguridad del hotel y la policia que llegaba.
Pero sabia que en mi camino hacia abajo podia cubrir por lo menos una de esas rutas de fuga. Quiza seguiria estando de suerte. Escogi la escalera del lado norte porque estaba mas cerca del garaje del hotel. Ademas, era la escalera que Courier habia utilizado para esconder el cuerpo del camarero del servicio de habitaciones.
Segui adelante por el pasillo, doble la esquina y empuje la puerta de la escalera. Lo primero que hice fue asomarme a la barandilla y mirar al hueco: no vi nada y lo unico que oi fue el eco de las sirenas. Estaba a punto de empezar a bajar cuando vi que, aunque estaba en el piso superior del hotel, la escalera seguia hacia arriba.
Si habia un acceso al tejado, tenia que comprobarlo. Empece a subir.
Las escalera estaba en penumbra, apenas iluminada por un aplique en cada rellano. Cada piso estaba dividido por dos tramos de escaleras con un rellano en medio. Cuando llegue y gire para subir el tramo siguiente hasta lo que seria el piso trece, vi que el ultimo descansillo estaba lleno de mobiliario de las habitaciones del hotel. Subi hasta donde la escalera terminaba en un gran almacen. Habia mesillas de noche amontonadas una encima de otra y colchones en filas de cuatro apoyados en la pared. Habia pilas de sillas y de minineveras y televisores anteriores a la era de la pantalla plana. Me acorde de los archivadores que habia visto en los pasillos de la Oficina del Defensor Publico. Alli seguro que se violaban multiples normas, pero ?quien lo veia? ?Quien subia alli? ?A quien le importaba?
Me abri paso entre un grupo de lamparas de pie de acero hacia una puerta con una pequena ventana cuadrada que me quedaba a la altura de la cabeza. Habian pintado la palabra AZOTEA con una plantilla, pero cuando llegue a la puerta vi que estaba cerrada. Hice fuerza en la barra de apertura, pero no se movio. Algo interferia o bloqueaba el mecanismo y la puerta no cedia. Mire por la ventana y vi una terraza plana de grava que se extendia detras de los pretiles cubiertos de tejas del hotel, asi como la estructura que albergaba los ascensores en medio de una extension de cuarenta metros de grava. Detras habia otra puerta que daba a la escalera del otro lado del hotel.
Me incline hacia la izquierda y me acerque mas a la ventana para tener una vision mas amplia de la azotea. Courier podia estar ahi fuera.
En el momento en que lo hacia, vi el reflejo de un movimiento en el cristal.
Alguien estaba detras de mi.
Instintivamente, salte hacia un lado y me volvi al mismo tiempo. El brazo de Courier, armado con un cuchillo, no me acerto por muy poco e impacto en la puerta.
Plante los pies y lance mi cuerpo contra el suyo, alzando la mano y clavandole la hoja del sacacorchos en el costado.
Pero mi arma era demasiado corta. Logre alcanzarle con un golpe directo, pero la herida no basto para derribarlo. Courier aullo y me golpeo el puno con su antebrazo, de manera que mi arma cayo al suelo. Luego, rabioso, me lanzo un potente gancho. Consegui agacharme y al hacerlo vi con claridad su arma. Media por lo menos diez centimetros, y sabia que si conseguia clavarmela todo habria acabado para mi.
Courier me ataco de nuevo y esta vez lo eludi por la derecha y lo agarre por la muneca. La unica ventaja que tenia era mi tamano. Era mayor y mas lento que Courier, pero le sacaba veinte kilos. Sujetandole la mano del cuchillo, volvi a lanzarme contra el y rodamos sobre el bosque de lamparas y luego al suelo de cemento.
Courier logro zafarse en la caida y se levanto con el cuchillo preparado. Agarre una de las lamparas y sostuve su base redonda por delante, listo para defenderme con ella y desviar el siguiente ataque.
Por un momento no ocurrio nada. El blandio su cuchillo ante mi y parecia que ambos nos tomabamos las medidas, a la espera de que el contrario tomara la iniciativa. Decidi cargar con la base de la lampara, pero el la esquivo con facilidad. Volvimos a ponernos en guardia. Tenia una sonrisa de desesperacion en la cara y respiraba agitadamente.
– ?Adonde vas a ir, Courier? ?No oyes todas esas sirenas? Estan aqui, tio. La policia y el FBI estara por todas partes en menos de dos minutos. ?Adonde iras entonces?
No dijo nada y me arriesgue a otra acometida con la lampara. El agarro la base y por un momento forcejeamos por controlarla, pero logre empujarle hacia un monton de minineveras y estas cayeron al suelo.
No tenia ninguna experiencia en la lucha con cuchillos, pero el instinto me decia que tenia que seguir hablando. Si distraia a Courier, reduciria la amenaza y tal vez lograria darle de lleno. De modo que segui