distraccion para sorprenderle con la guardia baja. No lo lamentaba. Esa distraccion me habia salvado la vida. Pero desde luego que me habria gustado tener una respuesta a la pregunta que habia formulado.
Sin embargo, no conteste a las llamadas ni a los mensajes. Yo no me estaba deleitando: estaba pensando. Habia pasado la noche dandole vueltas a la pregunta que le habia hecho a Marc Courier y que el no habia respondido. No importaba como lo planteara: los detalles no encajaban. ?Que hacia Courier alli en ese momento? ?Cual podia ser la gran recompensa para un riesgo como ese? ?Era Rachel? El rapto y asesinato de una agente federal seguramente habria puesto a Mc Ginnis y Courier en lo alto del panteon de asesinos de leyenda y popularizarian sus nombres. Ahora bien, ?era eso lo que buscaban? No habia ningun indicio de que esos dos hombres estuvieran interesados en recabar la atencion publica. Habian planificado y camuflado sus asesinatos con extrema meticulosidad. El intento de raptar a Rachel no encajaba con la historia precedente. Y por lo tanto, tenia que haber otra razon.
Empece a contemplarlo desde otro angulo. Pense en lo que habria ocurrido si realmente yo hubiera ido a Los Angeles y Courier hubiera tenido exito en su intento de hacerse con Rachel y sacarla del hotel.
A mi entender, muy probablemente el rapto se habria descubierto poco despues de que se produjera, cuando el camarero del servicio de habitaciones no regresara a la cocina. Calcule que en una hora el hotel se habria convertido en un enjambre de actividad. El FBI habria invadido el Mesa Verde Inn y toda el area circundante, habria llamado a todas las puertas y no habria dejado piedra sin levantar en el intento de encontrar y rescatar a una de los suyos. Pero para entonces Courier ya se habria ido.
Estaba claro que el rapto habria provocado la intervencion del FBI, lo cual habria representado una enorme distraccion en las investigaciones sobre Mc Ginnis y Courier. Pero tambien estaba claro que eso no iba a ser mas que un cambio temporal. Antes del mediodia siguiente aterrizarian aviones cargados de agentes, en una demostracion federal de poder y determinacion. Eso les habria permitido superar cualquier distraccion y poner todavia mas presion en las investigaciones, al tiempo que mantendrian un esfuerzo extenuante por encontrar a Rachel.
Cuanto mas pensaba en el asunto, mas deseaba haberle dado a Courier la oportunidad de responder a la ultima pregunta: ?Por que no te has largado?
No tenia la respuesta y ya era demasiado tarde para obtenerla directamente de la fuente. De manera que permaneci dandole vueltas en la cabeza hasta que ya no hubo mas que pensar.
– ?Jack?
Mire por encima de la mampara de mi cubiculo y vi a Molly Robards, la secretaria del director ejecutivo.
– ?Si?
– No contestas al telefono y tienes la bandeja de entrada llena.
– Si, estoy recibiendo demasiados e-mails. ?Hay algun problema?
– El senor Kramer quiere verte.
– Ah, de acuerdo.
No hice ningun movimiento, pero ella tampoco. Estaba claro que la habian enviado a por mi. Asi que finalmente eche atras mi silla y me levante.
Kramer me esperaba con una sonrisa tan amplia como falsa. Me daba la sensacion de que, se tratara de lo que se tratase, lo que iba a decirme no era idea suya. Me lo tome como una buena senal, porque raramente tenia buenas ideas.
– Jack, sientate.
Me sente. Kramer cuadro los papeles sobre su mesa antes de proceder.
– Bien, parece que tengo buenas noticias para ti.
Volvio a exhibir esa sonrisa. La misma que me habia mostrado cuando me habia dicho que estaba despedido.
– ?Ah, si?
– Hemos decidido retirar tu plan de finalizacion.
– ?Que significa? ?Que no estoy despedido?
– Exactamente.
– ?Que hay de mi sueldo y de las prestaciones?
– No cambia nada. Lo conservas todo.
Era lo mismo que cuando le habian devuelto la placa a Rachel. Senti una oleada de excitacion, pero la realidad enseguida volvio por sus fueros.
– ?Que significa eso? ?Despedis a alguien en mi lugar? Kramer se aclaro la garganta.
– Jack, no voy a mentirte. Nuestro objetivo era prescindir de un centenar de puestos en la redaccion antes del 1 de junio. Tu eras el noventa y nueve. Asi de ajustada iba la cosa.
– Yo conservo el trabajo y algun otro se lleva la patada.
– Angela Cook sera ese noventa y nueve. No vamos a sustituirla.
– Eso esta muy bien. ?A quien le toca el cien? -Me volvi en mi silla y mire hacia la redaccion a traves del cristal-. ?Bernard? ?GoGo? ?Collins?
Kramer me interrumpio.
– Jack, no puedo hablar de esto contigo.
Me volvi hacia el.
– Pero si me quedo, a alguien le va a tocar. ?Que ocurrira cuando todo este revuelo haya pasado? ?Volveras a llamarme para ponerme en la calle?
– No esperamos que haya mas reducciones involuntarias de personal. El nuevo propietario ha conseguido…
– ?Y que me dices del proximo nuevo propietario? ?Y del que venga despues?
– Oye, no te he traido aqui para que me sermonees. La industria de la prensa escrita esta sufriendo profundos cambios. Es una lucha a vida o muerte. La cuestion es: ?quieres conservar tu trabajo, si o no? Esa es mi oferta.
Me volvi completamente, dandole la espalda, para mirar hacia la redaccion. No iba a echar en falta ese lugar. Solo echaria en falta a algunas de las personas. Sin volverme hacia Kramer le di mi respuesta.
– Esta manana mi agente literario en Nueva York me ha despertado a las seis. Me ha dicho que tenia una oferta por dos libros: un cuarto de millon de dolares. Tardaria casi tres anos en conseguir eso aqui. Y ademas, tengo una oferta de trabajo de
– ?Aceptas un trabajo en la competencia? -dijo Kramer con indignacion.
– ?Y que esperabas? Me despediste, ?recuerdas?
– Pero ahora estoy rescindiendo eso -farfullo-. Ya hemos cumplido con la cuota.
– ?Quien? ?A quien despedireis?
Kramer bajo la mirada y pronuncio el nombre de la ultima victima.
– Michael Warren.
Negue con la cabeza.
– Lo suponia. El unico tipo de toda la redaccion al que no le daria ni la hora y ahora estoy salvandole el puesto. Puedes volver a contratarlo, porque yo ya no quiero vuestro trabajo.
– En ese caso, quiero que dejes libre tu despacho ahora mismo. Llamare a seguridad y hare que te acompanen.
Le sonrei mientras el levantaba el auricular.
– Por mi, estupendo.
Encontre una caja de carton vacia en la copisteria y diez minutos mas tarde la llene con las cosas que queria