– No se que ocurre, pero sigue aqui -dijo.

– ?Carver? -pregunte-. ?Como lo sabes?

– He salido con el a comer. Su coche sigue ahi fuera. El Lexus plateado.

Bajamos por la escalera al octagono y nos acercamos a la puerta de seguridad que conducia al bunker. Rachel dudo antes de abrir la puerta.

– ?Que pasa? -susurre.

– Sabra que vamos a entrar. Quedate detras de mi.

Levanto el arma y los dos entramos juntos y nos desplazamos rapidamente hasta la segunda puerta. Al franquear esta, encontramos la sala de control vacia.

– Aqui pasa algo -dijo Rachel-. ?Donde esta todo el mundo? Se supone que deberia estar abierta. -Senalo hacia la puerta de cristal que conducia a la sala de servidores.

Estaba cerrada. Examine la sala de control y vi que la puerta del despacho privado de Carver estaba entornada. Me acerque y la empuje para abrirla del todo.

El despacho se encontraba vacio. Entre y fui hacia la mesa de trabajo de Carver. Puse un dedo en la alfombrilla tactil y las dos pantallas se encendieron. En la principal vi una imagen grabada desde el techo del cafe en el que acababa de informar a Rachel de que Carver era el Sudes.

– ?Rachel? -Entro y yo senale la pantalla-. Estaba vigilandonos.

Rachel volvio a la sala de control y yo la segui. Se acerco a la estacion de trabajo central, dejo el arma sobre la mesa y empezo a trabajar con el teclado y la alfombrilla. Los dos monitores se encendieron y pronto mostraron una pantalla multiple dividida en treinta y dos vistas de camara interiores del complejo. Pero todos los cuadrados estaban en negro. Empezo a abrir diversas pantallas, pero siempre con identico resultado: todas las camaras parecian apagadas.

– ?Las ha anulado todas! -dijo Rachel-. ?Que…?

– ?Espera! ?Mira ahi!

Senale hacia un angulo de camara rodeado por varios cuadrados negros. Rachel manipulo la alfombrilla e hizo que la imagen llenara la pantalla entera.

La imagen mostraba un pasillo entre dos filas de torres de servidores de la granja. En el suelo, bocabajo, habia dos personas con las munecas esposadas a la espalda y los tobillos atados con bridas.

Rachel cogio el pie del microfono que habia sobre la mesa, apreto el boton y casi chillo.

– ?George! ?Sarah! ?Podeis oirme?

El sonido de la voz de Rachel hizo que las figuras de la pantalla se revolvieran y el hombre levanto la cabeza. Me parecio que habia sangre en su camisa blanca.

– ?Rachel? -dijo, con una voz que sono debil a traves del microfono del techo-. Te oigo.

– ?Donde esta? ?Donde esta Carver, George?

– No lo se. Hace un momento estaba aqui. Acaba de traernos.

– ?Que ha ocurrido?

– Cuando te has ido se ha metido en su despacho. Ha estado alli un rato y en cuanto ha salido ha venido a por nosotros.

Ha cogido la pistola de mi cartera. Nos ha traido hasta aqui y nos ha obligado a tirarnos al suelo. He intentado hablar con el, pero no atendia a razones.

– Sarah, ?donde esta tu arma?

– Tambien la tiene el -grito Mowry-. Lo siento, Rachel. No lo vimos venir.

– No es culpa tuya, es culpa mia. Vamos a sacaros de ahi.

Rachel solto el microfono y rapidamente rodeo la estacion de trabajo, llevando consigo el arma. Fue hacia el lector biometrico y puso la mano en el escaner.

– Puede estar ahi dentro, esperando -la previne.

– Ya lo se, pero ?que vamos a hacer? ?Dejarlos ahi tirados?

El mecanismo completo el barrido y Rachel asio el tirador para deslizar la puerta y abrirla. Pero no se movio. El escaner de su mano habia sido rechazado.

Rachel miro la maquina.

– No tiene sentido. Ayer se introdujo mi perfil.

Puso la mano en el escaner y reinicio el procedimiento.

– ?Quien lo introdujo? -pregunte.

Ella me miro y no tuve que repetir la pregunta para saber que habia sido Carver.

– ?Quien mas puede abrir esta puerta? -pregunte.

– Nadie que este a este lado. Eramos Mowry, Torres y yo.

– ?Y el resto de los empleados?

Se aparto del escaner e intento accionar la puerta de nuevo. No se movio.

– Arriba esta el personal minimo, pero ninguno tiene autorizacion para la granja. ?Nos ha jodido! ?No podemos…!

– ?Rachel!

Senale la pantalla. Carver habia entrado de pronto en el encuadre de la unica camara en funcionamiento de la sala de servidores. Estaba de pie delante de los dos agentes tendidos en el suelo, con las manos en los bolsillos de su bata de laboratorio y mirando directamente a la camara.

Rachel acudio enseguida a ver la pantalla.

– ?Que esta haciendo? -pregunto.

No tuve que responder, porque estaba claro que Carver sacaba del bolsillo un paquete de cigarrillos y un mechero. En uno de esos momentos en que la mente proporciona informacion inutil, pense que probablemente se trataba de los cigarrillos que faltaban en la caja de pertenencias de Freddy Stone/ Marc Courier. Mientras lo observabamos, Carver extrajo con parsimonia un cigarrillo del paquete y se lo puso en la boca.

Rachel enseguida cogio el microfono.

– ?Wesley? ?Que ocurre?

Carver estaba levantando el encendedor hacia el extremo del cigarrillo, pero se detuvo cuando oyo la pregunta. Miro hacia la camara.

– Se puede ahorrar las gentilezas, agente Walling. Ya hemos llegado al final.

– ?Que esta haciendo? -pregunto ella, con mas energia.

– Ya sabe lo que hago -dijo Carver-. Estoy acabando con esto. Prefiero no pasar el resto de mis dias perseguido como un animal y luego metido en una jaula. No quiero que se me exponga, ni que loqueros y profilers me repitan una y otra vez las mismas preguntas con la esperanza de entender los secretos mas oscuros del universo. Creo que esa seria una suerte peor que la muerte, agente Walling.

Volvio a levantar el encendedor.

– ?No, Wesley! Al menos deje que los agentes Mowry y Torres se vayan. No le han hecho ningun dano.

– No es eso. El mundo entero me ha hecho dano, Rachel, y con eso basta. Estoy seguro de que habra estudiado antes esa psicologia.

Rachel aparto la mano del boton de transmision y rapidamente se volvio hacia mi.

– Ve al ordenador. Apaga el sistema VESDA.

– ?No, hazlo tu! ?No tengo ni idea de como…!

– ?Esta Jack ahi? -pregunto Carver.

Le hice una senal a Rachel para que intercambiaramos posiciones. Yo me puse al microfono mientras ella se sentaba y empezaba a trabajar con el ordenador. Presione el boton para hablar con el hombre que habia matado a Angela Cook.

– Estoy aqui, Carver. Esta no es manera de acabar.

– Si, Jack, es el unico final. Ha matado a otro gigante. Es el heroe del momento.

– No, todavia no. Quiero contar su historia, Wesley. Dejeme explicarsela al mundo.

En pantalla, Carver nego con la cabeza.

– Hay cosas que no pueden explicarse. Algunas historias son demasiado oscuras para ser contadas.

Acciono el encendedor y salio la llama. Empezo a encender el cigarrillo.

– ?No, Carver! ?Ellos son inocentes!

Carver inhalo profundamente, retuvo el humo y luego inclino la cabeza hacia atras y exhalo una bocanada

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