estuviera arrebatando.
Volvi la cabeza ligeramente, y centre mi atencion entre ClanFintan y la cosa que estaba en aquel momento en mitad del claro de Partholon. La oscuridad se ondulaba y tomaba forma en el bosque, empapando el suelo como un derrame de aceite. A medida que se acercaba, yo note una sensacion muy familiar, y me estremeci al identificar el origen de aquella familiaridad. Era el mal. El mismo mal que habia viajado con el ejercito de los Fomorians.
La sombra se acerco mas y mas. No tenia forma definida, y era dificil verla con claridad, como si fuera una sombra dentro de otra sombra.
Yo senti, a traves de nuestras manos, que ClanFintan se estremecia.
– Hay algo que… -musito; entonces, alzo la cabeza y miro hacia atras.
En aquel mismo instante, la forma oscura se hizo liquida por completo, y se derramo en la corriente cristalina. Con horror, vi que las aguas que discurrian a mis pies se volvian espantosas, negras, a medida que la oscuridad pasaba de un mundo al otro.
– ?Shannon! ?Que ocurre? -me pregunto ClanFintan. Sin embargo, su voz sonaba muy lejana.
– No lo se…
Me quede sin habla al ver como la cosa pasaba por debajo de mis pies y se detenian a la orilla del riachuelo. Se elevo y se solidifico en forma de silueta alada. Yo emiti un grito de panico.
– ?Nuada!
– Si, mujer -respondio la criatura-. He respondido a tu llamada. Ahora comenzaremos de nuevo nuestro juego.
– ?No! -le grite yo. Mi concentracion se hizo anicos. Ya no podia sentir a ClanFintan.
Mientras los arboles escupian mis manos de su interior liquido, oi la llamada desgarradora de mi marido. Sin embargo, tal y como si un gigante hubiera soplado sobre la superficie del riachuelo, el agua se movio, y el reflejo de Partholon desaparecio. Yo di varios pasos hacia atras y me aparte de los arboles.
La criatura se acerco a mi con un sonido liquido, deslizante.
– Me alegro de que me hayas llamado.
Emitio una parodia oscura de la risa y alzo unos brazos medio formados, intentando que sus manos derretidas formaran unas garras.
Yo no podia creer lo que estaba viendo.
– Pero si estas muerto -dije, como una estupida.
– Ya no, mujer -respondio el con un silbido-. Estamos conectados. No finjas que no has usado el poder oscuro para despertarme y emplazarme aqui -me dijo, mientras se acercaba. Yo observe espantada como comenzaban a solidificarse sus garras-. Te he echado de menos, mujer, casi tanto como he echado de menos el sentir vida dentro de mi.
– No te acerques -dijo Clint con calma, y se puso delante de mi de manera protectora.
Nuada lo fulmino con la mirada.
– Este reflejo debil de tu companero mutante piensa que le perteneces -dijo, y yo vi como algunos fragmentos de oscuridad salian disparados desde sus labios mientras le escupia las palabras a Clint. Percibi el pulso del aura de la criatura. Su oscuridad era la completa ausencia de bondad. Se dividio hasta alcanzar su altura completa, y extendio las salas-. Voy a disfrutar matandolo.
– ?No! -grite yo.
Nuada se lanzo hacia Clint. Parecio que su sombra se fundia con el humano. Yo me quede paralizada por la conmocion: lo unico que pude hacer fue observar como la criatura absorbia a Clint. Sin embargo, a medida que el aranaba con las garras para desmembrarlo, el aura de Clint resplandecio, y el borde dorado se resquebrajo, y lanzo chispas en los lugares en los que contactaba con la oscuridad de Nuada.
La criatura chillo y dio varios pasos atras.
– ?Humano! -grito-. Siento tu magia, pero no tienes la fuerza necesaria para vencerme.
La criatura alzo los brazos hacia el cielo, y parecio que las sombras del bosque volaban hacia sus manos. Su aura de color muerte latio desmedidamente. Entonces, Nuada volvio a avanzar hacia Clint.
En aquella ocasion, cuando las auras entraron en contacto, las chispas doradas y brillantes se habian hecho mas debiles. Fue suficiente para que Nuada retrocediera una vez mas, pero solo hasta que estuvo fuera del alcance del aura. Yo vi la tension en el rostro cubierto de sudor de Clint.
– Tus pateticas fuerzas se debilitan -silbo Nuada mientras avanzaba de nuevo.
Entonces, yo agarre el brazo de Clint con ambas manos, que todavia tenia calientes de una manera antinatural a causa de su contacto con los arboles. Me concentre en enviarle todo aquel calor a Clint, y en aquel mismo momento, Nuada entro en el aura vibrante y azul.
Las chispas atravesaron como relampagos el cuerpo oscuro de Nuada, y su grito resono por todo el bosque. Parecio que su forma se plegaba sobre si misma antes de que retrocediera rapidamente.
– Eres mia. Hasta que te posea, destruire todo lo que amas, en este mundo o en el otro.
Las palabras quedaron suspendidas en el aire mientras su forma sombria se desvanecia en el bosque.
De repente, senti un mareo tan intenso que me fallaron las rodillas y se me nublo la vision. Con un grunido, solte la mano de Clint y me cai al suelo helado.
– ?Shannon! -Clint se arrodillo a mi lado, y me tomo en sus brazos.
– No tengo sensibilidad en las piernas -susurre. Me temblaban incontrolablemente. Mire la cara palida de Clint e intente alzar la mano para acariciarle la mejilla, pero el brazo no me obedecia. Me sentia distante de mi propio cuerpo, como si no fueramos la misma cosa.
– No hables -me dijo Clint.
Freneticamente, metio las manos bajo mis axilas y las agarro por delante de mi pecho. Con la respiracion entrecortada, caminando hacia atras, me arrastro hacia los dos robles. Suavemente me sento en el suelo y me hizo apoyar la espalda en uno de los troncos musgosos.
Entonces, Clint se puso de rodillas y apoyo ambas manos a cada uno de los lados de mi cabeza.
– Ayudala -rogo-. ?Se esta muriendo!
La descarga de calor que fluyo rapidamente por mi cuerpo me asusto, y se me escapo un grunido de dolor al empezar a sentir los miembros del cuerpo. Note en los brazos y las piernas miles de pinchazos diminutos. Respire profundamente, y mi pecho se expandio. Tome bocanadas de aire vivificante y me percate de que debia de haber dejado de respirar. Con un miedo paralizante pense en mi hija, y tuve un acceso maravilloso de nauseas. «Oh, Epona, que este bien».
Poco a poco, recupere la vision. La cara de Clint aparecio ante mis ojos. En aquella ocasion pude levantar el brazo, y le acaricie la mejilla al mismo tiempo que le quitaba una lagrima con el pulgar.
– Ya estoy bien -dije con un susurro debil.
– Gracias a tu diosa -respondio el con la voz ronca. Me di cuenta de que le temblaban los brazos.
– Y a ti.
Volvi a bajar el brazo, y aprete la espalda con mas firmeza contra el roble.
Clint se sento a mi lado y se apoyo en el tronco. Yo notaba que me estaba mirando, pero no volvi la cara hacia el. Segui observando el claro, intentando comprender lo que acababa de pasar.
En aquel momento, el cielo color gris se abrio, y comenzaron a caer copos de nieve delicados y silenciosos.
– Esta nevando -dije.
Clint dio un respingo de sorpresa.
– ?Crees que puedes separarte ya del roble?
Asenti debilmente, y de repente me di cuenta de la intensidad del frio y de la humedad de mi ropa, que estaba empapada de sudor. Clint se puso en pie con rigidez. Yo le tendi las manos y el me ayudo a incorporarme.
– ?Puedes andar? -me pregunto.
– Si -respondi, y mire hacia el cielo gris.
Los copos delicados se habian transformado en manchones gruesos, y se habia levantado un viento que los hacia caer en un angulo afilado. Me estremeci, y me ceni bien el abrigo alrededor del cuello.
– Tenemos que volver a la cabana -me dijo Clint, con preocupacion. Me tomo del brazo, y ambos salimos del refugio de los arboles y comenzamos a caminar bajo los remolinos de nieve.