Las piernas me temblaban y tuve que apoyarme pesadamente en el brazo de Clint. El tiro de mi hacia el sendero y me guio hacia otro enorme arbol, para que me apoyara en su tronco. Se me cerraron los ojos mientras acaparaba dentro de mi su calor y los hilos de su poder.
«Descansa, Amada de Epona», oi en mi mente.
– ?Lista?
Clint me puso a caminar de nuevo. El viaje de vuelta a casa siguio aquel patron surrealista. Yo recorria tambaleandome el sendero, agarrada del brazo fuerte de Clint, hasta que no podia continuar y el me acercaba a un arbol anciano. Era como cargar un telefono movil. El omnipresente viento de Oklahoma continuo soplando con fuerza a traves de la cupula espesa de ese bosque sagrado. La luz diurna se desvanecio, y mis pensamientos fragmentados se preguntaron cuanto tiempo habiamos pasado intentando abrir la puerta hacia Partholon. Debi de hacer la pregunta en voz alta, porque Clint me respondio.
– Horas -dijo con agotamiento-. Va a anochecer muy pronto.
Yo emiti un jadeo de sorpresa.
– Puedes conseguirlo, mi nina. Ya casi hemos llegado a casa.
«A casa». Mi casa era lo que acababa de dejar en el claro. La pena de la voz de ClanFintan todavia resonaba en mi corazon.
Yo me tropece en un escalon y sacudi la cabeza con confusion. Clint me rodeo con un brazo y me ayudo a subir las escaleras y a entrar por la puerta de la cabana.
Me dejo sentada en una mecedora y se arrodillo ante la chimenea. Se quito los guantes con los dientes y con una cerilla encendio el fuego facilmente. Sin embargo, el calor no me alcanzaba. Me castaneteaban los dientes y tenia la cara entumecida.
Clint tardo pocos segundos en cambiarse y ponerse ropa seca. Despues me ayudo a desnudarme y me seco metodicamente con una toalla, antes de vestirme con unos pantalones y un jersey muy abrigados. Me dejo sentada de nuevo en la mecedora, ante la chimenea, me tapo con una manta y se fue a la cocina. Minutos despues aparecio con una taza de chocolate caliente y me la dio. Yo la tome entre las manos y bebi. El chocolate caliente me resulto reconfortante, y senti que mi cuerpo recuperaba la vida a medida que el liquido me pasaba por la garganta y caia a mi estomago, que gruno amenazadoramente.
Antes de que pudiera llamarlo, Clint aparecio de nuevo, con una bandeja llena de sandwiches, otra taza y un cazo lleno de chocolate humeante. Me entrego un sandwich, acerco la otra mecedora a la mia, y se sento.
Yo mordi uno de los sandwiches, hecho con jamon y queso y pan casero. Afortunadamente, parecia que mis nauseas se habian limitado a la manana, y aquel sandwich era lo mejor que habia comido en mi vida.
– Esta riquisimo -dije.
– Come. Te sentiras mejor.
Yo tome un trago mas de chocolate caliente y asenti.
– Ya me siento mejor.
El sonrio con alivio, y terminamos nuestra comida en silencio.
Justo al terminar el chocolate, bostece sin poder evitarlo.
– Necesitas dormir.
– Pero ?y si vuelve Nuada?
Clint me tomo de la mano y me puso en pie.
– Nuada. Asi es como lo llamaste en el claro.
Yo le aprete la mano.
– Era el lider de las criaturas contra las que luchamos. Se supone que estaba muerto.
– Me lo explicaras todo despues de dormir. Y no creo que vuelva esta noche. Solo estaba formado parcialmente, asi que su recuperacion sera incluso mas lenta que la nuestra.
– ?Y si no es asi?
– Yo sabria si se esta aproximando a la cabana.
– ?Como? -pregunte.
– Confia en mi -me dijo Clint, mientras me llevaba hacia la cama y me acostaba.
Me cubrio con un edredon grueso, y yo me acurruque en la blandura del colchon, consciente de que no podria mantenerme despierta mucho mas tiempo. Me tumbe de costado, y me di cuenta de que Clint se daba la vuelta hacia la mecedora que habia ante la chimenea. Lo tome de la mano y lo detuve.
– ?Hay otra cama ahi arriba? -le pregunte, senalando con la cabeza el altillo que habia sobre nosotros.
– No -respondio el en voz baja-. Solo un ordenador y un escritorio.
– Entonces, duerme aqui. Tu tambien estas exhausto.
Me miro a los ojos. Despues asintio cansadamente y se dirigio hacia el otro lado de la cama. Note que el colchon se hundia bajo su peso. Yo estaba de espaldas a el, y sin una palabra, el me rodeo la cintura con el brazo y me atrajo hacia su calor. Yo sabia que no debia aceptarlo, pero me quede dormida sintiendo la seguridad de los latidos de su corazon contra mi cuerpo.
Capitulo 5
En suenos, vi un rancho situado en la cima de una suave colina. La puerta delantera estaba abierta, y daba a un patio de cemento rodeado de jardineras de ladrillo llenas de petunias. Habia media docena de sillas de hierro forjado, en diversos estados de oxidacion, situadas alrededor de una piedra arenisca tipica de Oklahoma. En aquel patio crecia un enorme roble. Sonrei dormida, mientras veia como el viento acariciaba con suavidad sus hojas. En aquel patio siempre soplaba una brisa fresca.
Se abrio la puerta de la casa, y mi padre entro en escena. Llevaba un ronzal al hombro, y una herramienta parecida a un punzon en la mano. Se sento en una de las sillas y se inclino hacia delante. Entonces comenzo a trabajar con la herramienta. Encorvo los hombros anchos, y los musculos gruesos de sus brazos de jugador de futbol se tensaron con una fuerza que contradecia el gris de su pelo.
Aunque yo sabia que estaba sonando, mi alma se lleno de alegria. ?Mi padre estaba vivo en este mundo!
– ?Carino! -el acento de Oklahoma dulce y suave de mi madrastra llego desde el interior de la casa-. Ya sabes que puedes comprar un ronzal nuevo en vez de intentar arreglar ese tan viejo.
– No, no -respondio mi padre-. Este ira perfectamente.
– Bueno, ?te apetece una cerveza fria?
– Claro -dijo mi padre con una sonrisa.
Entonces, la escena se congelo. Mi mente dormida se puso en tension al instante, y mi atencion cambio desde la imagen de mi padre a los prados que rodeaban el patio. En aquella vision inmovil, la oscuridad rezumaba de los bordes de la tierra.
«Hasta que te posea, destruire todo lo que amas, este en este mundo o en el otro».
Aquellas palabras resonaron una y otra vez en mi mente hasta que la vision de mi padre se oscurecio y se desvanecio.
Abri los ojos bruscamente y vi a Clint inclinado ante la chimenea, avivando el fuego, que ya ardia alegremente. Intente controlar el ritmo de mi respiracion, y los latidos salvajes de mi corazon, antes de que el se diera la vuelta.
Como el sueno de la noche anterior, yo sabia que aquella vision no habia sido uno de mis viajes del Sueno Magico, que eran viajes que realizaba mi alma, guiada por Epona, de modo que yo pudiera presenciar eventos que estaban sucediendo de verdad.
Aquello, por el contrario, era un sueno verdadero, con la sombra de una pesadilla amenazadora. Sin embargo, ?el hecho de que yo no estuviera presenciando eventos reales significaba que mi diosa no estaba trabajando alli? Quiza los poderes de Epona no estuvieran definidos con tanta claridad en este mundo, sobre todo, si mi instinto tenia razon. Pryderi estaba tomando parte en aquella perversion. ?Y si Epona estaba intentando advertirmelo?
Me incorpore con tanta brusquedad que Clint se volvio a mirarme, sorprendido de que yo me hubiera despertado.
– Nuada va a atacar a mi padre -dije con total seguridad.