«Ha permanecido virgen, si, como dicta la tradicion», me dijo la diosa, anticipandose a mis preguntas, como siempre. «Por eso deberia haber tomado la pocion. Permite que se eleven los velos que hay entre los mundos. Yo entro en mi Elegida, y su paso a la edad adulta es placentero. Sin embargo, ella desobedecio mi voluntad, y debe pagar el precio».
El tono de voz de Epona no era duro, ni enjuiciador. Era de resignacion, de tristeza, como si deseara que las cosas fueran de otra manera.
«A veces, cumplir la propia voluntad no es algo facil de soportar».
Vi como el hombre de cabeza de semental se acercaba de nuevo hacia Rhiannon. Ella volvio a retroceder, tan deprisa que se tropezo con uno de los cojines. Al caer comenzo a gritar, pero con un movimiento veloz, el salto a su lado y la atrapo entre sus brazos, girandose, de modo que cuando ella cayo, lo hizo sobre su pecho.
Su grito se transformo en un grunido de desprecio.
– ?No me toques! -le escupio.
En vez de obedecerla, el le rodeo los hombros con el brazo, la estrecho contra si y la sujeto a su costado. Con la mano libre, le abrio la tunica dorada y comenzo a explorar las partes intimas de su cuerpo suave y joven. Yo vi la expresion de espanto de Rhiannon cuando, sin querer, rozo la cara contra la cabeza embalsamada del caballo.
Estaba temblando, pero no de deseo.
– ?Te ordeno que me sueltes! -dijo ella. Intento que su voz sonara firme, pero el miedo que sentia hizo que sonara como si fuera incluso mas joven.
El hombre le hizo caso omiso. En vez de dejar que escapara, se llevo la mano a sus piernas y se arranco el cuero que cubria su impresionante ereccion.
– ?Por que no para? -pregunte yo, espantada.
«No puede. Ha tomado la pocion de Cernunnos, y el espiritu del dios vive dentro de el. Debe aparearse con mi Elegida para asegurar la fertilidad de Partholon. Amada, tu sentiste la llamada del ritual cuando entramos en el claro. La ceremonia de ascension de Rhiannon deberia haber estado llena de placer y deseo, en vez de horror y dolor. No hay forma de detenerlo. Ni siquiera mi Elegida puede poner en peligro Beltane y la fertilidad de Partholon».
La violacion continuo, y nuestros espiritus ascendieron a traves del techo de la tienda, seguidos por los gritos de Rhiannon.
Flotamos en silencio muy por encima del bosque.
«Observa las consecuencias, Amada».
Mientras hablaba, la diosa agito una mano ante nosotras, y el cielo comenzo a brillar y a ondularse como si alguien hubiera arrojado una piedra a la superficie de un lago. Cuando se aclaro, las imagenes se solidificaron y se movieron delante de nosotros.
– Es como una pantalla de cine -dije con reverencia.
«Observa», repitio la diosa.
Yo observe atentamente, mientras las escenas se sucedian contra el cielo nocturno. Rhiannon estaba creciendo, asi que su aspecto maduro en la sucesion de imagenes, pero eso fue lo unico que maduro. Todas las escenas eran de sexo con diferentes hombres y en diferentes posturas. El unico factor comun era que Rhiannon siempre permanecia fria y mantenia el control de la situacion. Algunas veces, incluso paraba en mitad del acto y le ordenaba a su companero que se marchara de su vista. Yo observe como se acostaba con incontables hombres, aunque era evidente que ella obtenia poco placer de las relaciones sexuales.
«No se permite sentir placer. El sexo es algo oscuro para Rhiannon, asi que el amor, finalmente, tambien se ha convertido en oscuridad para ella».
Oscuridad. Era una descripcion acertada. El tiempo paso ante nuestros ojos y las aventuras sexuales de Rhiannon se hicieron mas y mas retorcidas. Parecia un reflejo de lo que le estaba sucediendo a su propia personalidad.
– Me sorprende que no se quedara embarazada -dije.
«Mi Elegida solo puede concebir si tiene relaciones con el Sumo Chaman que yo elijo para ella».
Por lo menos, eso era un alivio. Rhiannon hubiera sido una madre horrible.
Las imagenes cambiaron de nuevo, y yo senti un tiron fisico al reconocer a un joven centauro que aparecio en la pantalla. ClanFintan se acerco a Rhiannon e hizo una reverencia. Estaban solos en la sala del trono del Templo de Epona. Me encanto ver la imagen juvenil de mi marido. No era tan alto y musculoso como en su edad adulta, pero ya tenia los magnificos rasgos del hombre en que iba a convertirse. Los hombros y el pecho anchos, y la mandibula fuerte. Tenia los mismos ojos, oscuros y rasgados, pero brillaban de placer e ingenuidad, en vez de tener el brillo de la sabiduria adulta.
– Bien hallada, mi senora -dijo con voz de adolescente.
– Me han informado de la profecia: te convertiras en Sumo Chaman -ronroneo Rhiannon, lo cual hizo que yo me alarmara. ClanFintan no se dio cuenta, sin embargo.
– Si, mi senora. Eso es lo que se ha profetizado -respondio ClanFintan, con orgullo.
Yo recorde lo cauteloso y reservado que se habia mostrado cuando nos conocimos, y tuve ganas de saltar a la pantalla y abrazarlo para protegerlo de todas las cosas malvadas que Rhiannon tuviera planeadas para el. Sin embargo, Epona alzo la mano, y yo reprimi mi impulso.
«Observa, Amada».
Rhiannon se puso en pie y bajo languidamente los escalones del estrado en el que descansaba su trono. Lentamente, camino en circulo alrededor del centauro, que se quedo inmovil, observandola con curiosidad.
– Quiza lo hagas muy bien.
Su voz era seductora, y se acerco mucho a el, pasandole la mano desde el hombro humano hasta su pecho y despues hasta el lugar en el que se convertia en caballo. Despues, continuo la caricia por todo su cuerpo, y vi que los musculos del centauro se contraian como respuesta.
– Creo, mi senora, que nos ira muy bien -dijo-. Yo tambien estoy satisfecho porque el destino haya decretado que un dia estemos juntos.
La risa sarcastica de Rhiannon resono burlonamente.
– Yo no estaba hablando de eso, tonto. Estaba hablando de diversion.
Antes de que ClanFintan pudiera responder, ella se quito el broche que le sujetaba la tunica por el hombro, y la tela vaporosa se deslizo hasta el suelo. Rhiannon se quedo desnuda ante el.
Vi que a ClanFintan se le aceleraba la respiracion, y cuando hablo por fin, su voz temblaba.
– Todavia no soy Sumo Chaman. No puedo realizar el Cambio para convertirme en humano, mi senora.
Otra vez aquella risa burlona, venenosa.
– He estado con muchos hombres humanos, pero nunca con un centauro. Si pudieras adoptar la forma humana, no me resultarias tan interesante.
El fruncio el ceno, confuso, mientras ella se metia entre sus brazos.
Yo cerre los ojos.
– ?Basta! ?No quiero ver nada mas de esto!
Senti al mismo tiempo ira y celos.
«Observa, Amada», repitio la diosa. «Solo te queda una escena mas».
Abri lentamente los ojos. La pantalla habia cambiado de nuevo. Era la habitacion de Rhiannon, y estaba iluminada por cientos de candelabros. En vez de la cama habia un catafalco bien elevado del suelo, y sobre el habia una especie de colchoneta de arbustos tejidos. Rhiannon estaba sobre la colchoneta, desnuda, y tenia una elevacion en el vientre, que yo reconoci con facilidad.
– ?Esta embarazada? -susurre.
«Mi Elegida solo puede concebir si se aparea con el Sumo Chaman que yo he elegido para ella», repitio la diosa.
Por lo tanto, si Rhiannon estaba embarazada, tenia que ser el hijo de ClanFintan. Sin embargo, el joven ClanFintan todavia no se habia convertido en Sumo Chaman. Y el mismo habia admitido que no podia adoptar la forma humana.
A mi se me encogio el estomago ante el significado de aquel embarazo.
– Bebed, mi Diosa -dijo alguien, y yo volvi a concentrarme en la escena.
Bres acababa de entrar en la habitacion. Era mucho mas joven que el hombre a quien yo habia visto