Entonces, lo recorde. Oooh, Clint…

Estoy segura de que me ruborice, pero, azorada o no, la naturaleza no podia esperar, asi que me sali de su abrazo silenciosamente, encontre el jersey, que estaba debajo de la cama, y me dirigi hacia el bano.

Me mire al espejo. Estaba desarreglada, y francamente, tenia aspecto de haber hecho el amor varias veces durante la ultima noche. ?Y que mas, aparte de lo evidente? Habia tocado algo en lo mas profundo del alma de Clint, algo que gritaba dolorosamente en su necesidad de ser sanado. La mezcla de nuestras auras habia sido algo asombroso. ?Por que nos habia ocurrido a nosotros, y no con Rhiannon, y tampoco, tal y como me susurro la mente, con ClanFintan?

La diosa me habia indicado que amara a Clint. Era una idea muy sobrecogedora. Epona me habia usado como balsamo en aquel mundo. Acababa de hacer el amor con un hombre increiblemente atractivo del que me habia enamorado porque era, basicamente, un clon de mi marido. Y, sin embargo, no me sentia culpable. Clint me necesitaba, y Epona me habia permitido arreglar lo que Rhiannon habia roto. No iba a lamentarlo, ni a dudar de ello.

Despues de terminar en el bano, regrese a la cama. Clint tenia un aspecto joven y sexy, y entre el tornado de colchas y edredones, se le veia una cantidad de musculos pectorales casi obscena.

Lo desperte con besos, e hicimos el amor otra vez.

Mucho mas tarde, yo me estaba estirando perezosamente, y el me estaba mordisqueando un lado del cuello, lo cual me recordo algo.

– Tengo hambre. Muchisima hambre.

– Bueno, te has ganado a pulso un buen desayuno esta manana, mi nina -respondio el. Me beso la frente y se levanto de un salto. Se puso los vaqueros y la camisa, y me dijo-: ?Por que no te das una buena ducha caliente mientras yo hago un verdadero desayuno de Oklahoma?

No me dio oportunidad para responder; se encamino a la cocina como si fuera un hombre con una mision.

– Oh… -se detuvo y me dijo-: He dejado el numero de la habitacion de tu padre junto al telefono, por si quieres llamarlo.

Despues, entro en la cocina.

Yo tuve que encontrar el jersey de nuevo. Despues llame y oi la voz de mi padre, mas fuerte y menos embriagada por los sedantes. Mama Parker iba a llegar en cualquier momento. Segun la doctora, mi padre podia volver a casa al dia siguiente, y eso le alegraba mucho porque estaba harto de la comida del hospital.

Cuando yo entre en la cocina, Clint estaba friendo algo que tenia un olor exquisito.

– ?Has hablado con tu padre? -me pregunto sin darse la vuelta, atento a la sarten.

– Si, esta muy bien. Va a casa manana con mama Parker.

Vi que asentia como respuesta, y despues me fui hacia el bano para tomar la ducha. Una vez arreglada, volvi a la cocina, y el me dio la bienvenida con una sonrisa que me derritio el corazon, y me entrego un plato cargado.

– Buenos dias. Me alegro de que tengas hambre.

– Buenos dias y ?Dios santo! ?Acaso te has creido que soy un lenador?

Me quede mirando, atonita, la montana de huevos revueltos con pimiento, champinon, cebolla, beicon y queso, de patatas fritas, de salchichas y de galletas, untadas con mantequilla y miel.

– Una futura madre debe comer -dijo el, con aquella maravillosa sonrisa.

– Si sigo comiendo asi, ocupare el doble de espacio cuando sea madre -refunfune. Sin embargo, eso no me impidio comenzar con aquel plato delicioso y lleno de grasa.

Cuando pare para tomar aire, me di cuenta de que Clint me estaba mirando fijamente.

– ?Que pasa? -le pregunte, tomando un sorbito de te caliente para aclararme la boca.

– Me estaba preguntando si eres consciente de lo feliz que me hiciste anoche… -hizo una pausa, y de nuevo esbozo aquella sonrisa-. Y esta manana.

– Yo…

Iba a recordarle cual era nuestra situacion real, que yo tenia que volver a Partholon con ClanFintan. Sin embargo, no pude decirselo. No sabia lo que iba a ocurrirle despues de que yo me marchara. Ni siquiera queria pensarlo. Solo sabia que, durante el tiempo que pasaramos juntos, queria hacerlo feliz.

– … me alegro -susurre.

El tomo mi mano y se la llevo a los labios. Le dio la vuelta para poder besarme la muneca, justo en el punto en el que me latia el pulso. Por un momento, vi el doloroso reflejo de la realidad en sus ojos, y lo atraje hacia mi con fuerza para besarlo.

Lo sabe. Al pensarlo, tuve una fuerte necesidad de protegerlo. Queria pedirle a gritos a mi diosa que lo ayudara a no quererme, pero sabia que no podia ser, y ademas, yo queria su amor.

Quiza, en cierto modo, yo fuera tan egoista como Rhiannon.

– ?Te toca! -dije alegremente, intentando apartarme de la cabeza todos aquellos pensamientos sombrios. Antes de que el pudiera resistirse, lo empuje hacia el bano-. No voy a recoger nada, te lo prometo. Solo voy a lavar y a secar los platos y lo dejare todo desordenado. No te preocupes -dije, con un empujon final.

Riendose, el desaparecio por la puerta del bano.

Lave los platos y despues, ignorando mis propias palabras, coloque todo en su sitio. Despues, mi nariz me condujo hasta el cubo de la basura, que estaba debajo del fregadero.

– ?Puaj! Huele como si algo se hubiera muerto ahi… la semana pasada.

Contuve la respiracion, ate la bolsa, la saque del cubo y me calce las enormes botas de Clint. Despues sali a la puerta para dejar la basura en el porche hasta que Clint se ocupara de su destino final.

En cuanto puse los pies en el porche, mi cuerpo quedo inmovil. Algo iba mal, muy mal. Parecia que el aire habia cambiado. Seguia nevando, pero con fuerza, y la capa de nieve que lo cubria todo se habia convertido en un sudario blanco que todo lo silenciaba.

Deje caer la bolsa y corri hacia los arboles. Pose la mano en el tronco del primero, un almez de tamano mediano, y cerre los ojos para concentrarme.

– ?Que ha ocurrido? -susurre.

«Se acerca el mal, Amada de Epona». La voz del arbol sonaba lejana y tensa.

– ?Esta aqui ahora?

«Acaba de entrar en el Bosque Sagrado. Ella lo esta llamando».

– ?Ella! -grite yo-. ?Te refieres a la que pervierte el nombre de Epona?

«Si, Elegida».

– ?Donde esta ahora?

«En el Bosque Sagrado».

– ?Gracias! -dije, y le di unas palmaditas al arbol, mientras sentia una punzada de angustia en el estomago.

«Mantente alerta, vigilante, Amada de Epona».

– Eso dalo por sentado -dije. Despues volvi a la cabana todo lo rapidamente que pude.

Clint estaba en la puerta, totalmente vestido y con las mejillas enrojecidas por la ducha.

– ?Ya ha llegado el momento? -me pregunto con rigidez.

– Si -respondi, y le explique lo que me habia dicho el almez mientras me quitaba sus botas y me ponia las mias-. Me di cuenta de que ocurria algo en cuanto sali. Rhiannon esta en el claro.

– Y Nuada va a reunirse con ella.

Asenti.

– Tenemos que librarnos de el, Clint. Es muy importante que no recupere todo su poder. Rhiannon no se da cuenta de que el no la obedecera una vez que lo haya ayudado a fortalecerse. Debemos acabar con Nuada. Tratar con Rhiannon es secundario.

Y despues, yo podria volver a Partholon, donde debia estar.

No lo dije en voz alta, pero vi que el ya lo sabia, porque se le reflejo en los ojos. Sin titubear, me acerque a el y lo bese, intentando decirle con los labios lo que no podia decirle con palabras. Lo mucho que lo sentia. Lo mucho que hubiera deseado que las cosas fueran distintas. Y tambien, que por nada del mundo hubiera cambiado un solo momento de lo que habia ocurrido aquella noche.

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