Su voz sonaba extrana. Su tono era de enfado, de acusacion. Vio que el dolor le oscurecia los ojos a su abuela y se los llenaba de lagrimas, pero no podia contenerse.

– Soy hija de una mujer tan mala que el padre de su hija se sacrifico para salvar al mundo de ella. Y de mi. Se mato para mantenerme alejada del mundo a mi tambien, porque yo era hija de Rhiannon, y por lo tanto, tal vez fuera como ella.

– No, Morrigan. Tu no eres como ella -dijo el abuelo con firmeza.

A Morrigan le latia el corazon con tanta fuerza que le hacia dano en el pecho.

– ?Como se libero Rhiannon de la magia? ?Como naci yo? ?La libero Pryderi?

– Si, la libero el dios oscuro, pero Epona la perdono.

– Y por eso me advertisteis que algunas de las voces que oia con el viento podian ser malvadas. Es porque mi madre era mala y escucho a ese dios, asi que es logico que yo lo haga tambien.

– Carino, queriamos asegurarnos de que estabas en guardia, de que no te hicieran dano las mismas cosas que tentaron y enganaron a Rhiannon -le dijo su abuela.

– Morrigan, escuchanos. Tu no eres mala, y ese no es el motivo por el que te hemos advertido. Tu eres como Shannon, no como Rhiannon.

– Pero yo no soy hija de Shannon. Habeis dicho que estaba embarazada al mismo tiempo que Rhiannon. Ella tiene a su hija en Partholon, ?no?

– Si. Shannon tiene una hija en Partholon -dijo su abuelo.

– Entonces, hay dos de nosotras, como Shannon y Rhiannon. Es ironico. Yo soy la que deberia haber nacido alli, la que pertenece a aquel mundo. O no. Tiene una madre, y tienen que estar juntas. Soy yo la que esta fuera de lugar en todas partes.

«Tu tienes la cueva y tienes tu herencia…», dijo alguien en el aire, alrededor de Morrigan.

– No soy tu nieta. No soy quien siempre he pensado que era -dijo, mientras empezaba a retroceder para salir de la casa.

– Claro que eres nuestra nieta. Esto no cambia nada. El unico motivo por el que te hemos contado todo esto es que es evidente que estas empezando a mostrar los poderes de una diosa. Eso significa que Epona debe de estar contigo, incluso aqui, en Oklahoma -dijo el abuelo, hablandole suavemente, como si fuera una potrilla asustada.

– Es bueno tener cerca a Epona -dijo la abuela, sonriendo a traves de las lagrimas-. Estoy segura de que la diosa tiene un plan para ti.

– ?Y si no es Epona la que esta cerca de mi? ?Y si Pryderi me considera suya y ese es el motivo por el que oigo voces, y puedo hacer fuego, y los cristales me hablan y resplandecen cuando los toco?

– Pryderi no te ha marcado. Tu no eres mala, Morgie -dijo con ternura el abuelo.

A Morrigan se le llenaron los ojos de lagrimas.

– Tu dices eso, pero no lo sabes con seguridad. Y yo tengo que saberlo con seguridad. Pase lo que pase, ya es hora de que acepte mi destino.

Se dio la vuelta y salio corriendo de la casa.

Sus abuelos corrieron a la puerta y la vieron alejandose por la carretera, en su Old Red.

– Lo superara -dijo mama Parker, enjugandose las lagrimas de las mejillas-. Se le pasara el enfado, y volvera a casa, y todo se arreglara, ?verdad, querido?

Richard la rodeo con un brazo.

– Eso espero. Morgie es una buena chica. Solo esta asustada, y en este momento, muy enfadada con nosotros.

Volvieron a sus sillas. Richard se movio lentamente, porque sentia la edad mas que de costumbre. Intento concentrarse otra vez en el libro que estaba leyendo, pero no pudo. Miro a mama Parker. Ella estaba mirando por la ventana.

– Es una buena chica -repitio.

Su mujer asintio.

– Lo se. Es que… creo que es demasiado para que pueda asimilarlo de una vez, y es tan joven…

Richard suspiro:

– Si… si… si… -murmuro, y se irguio en la silla-. ?Demonios!

– ?Que ocurre, carino?

– Morrigan dijo algo de que habia llegado la hora de aceptar su destino. ?La habias oido decir algo asi en sus dieciocho anos de vida?

Mama Parker hizo un gesto negativo con la cabeza.

– No, pero suena como algo que haya podido susurrarle Rhiannon -dijo.

– O Pryderi.

Richard se levanto y comenzo a ponerse los zapatos.

– Dijera lo que dijera aquel chaman indio, yo sigo dudando que haya alguna diferencia entre los dos.

– ?Vamos a ir a buscar a Morrigan?

– Si, claro que vamos a ir.

– Oh, bien, querido. Me siento muy aliviada -dijo mama Parker, y se apresuro a recoger las llaves de la camioneta-. ?Sabes adonde ha podido ir?

– Si no me equivoco, y sigue escuchando esos malditos susurros, ha vuelto a la cueva.

– Al lugar donde sus poderes se intensifican -dijo mama Parker.

Richard gruno.

– Si. Lo que yo creo es que Morrigan tiene un poder que ellos quieren.

Mientras tomaba el viejo termo de uno de los armarios de la cocina y lo llenaba de cafe, penso con ironia que, en lo referente a sus chicas, casi siempre acertaba. Lo cual no siempre habia sido una buena cosa.

Capitulo 6

Partholon

– Eh, disculpa, Myrna. ?Que es lo que acabas de decir? A mi me ha parecido que decias que estas embarazada del trol y que te vas a casar con el, pero no se si lo he oido bien.

– Me has oido bien, mama. Salvo por la parte de que Grant es un trol. Sabes que te he pedido cientos de veces que dejes de llamarle eso.

– Es bajo, tiene la cabeza plana y la mordida cruzada. Para mi, eso es ser un trol.

– ?De veras? Pues en realidad, es el futuro marido de tu hija, y padre de tu nieto.

Yo mire a mi alrededor, como si fuera a aparecer alguien por detras de los rosales de mi maravilloso jardin.

– Tienes una hija, que se supone que esta en el Templo de la Musa, culturizandose y aprendiendo a ser elegante, pero que en vez de eso esta fornicando con un trol y…

– ?Rhea! ?Myrna! Aqui estais.

Alanna entro en el jardin y se coloco entre mi hija y yo. Antes de que yo tuviera oportunidad de empezar de nuevo, oi unos sonidos de cascos que se acercaban, lo cual queria decir que se acercaba ClanFintan, mi marido y padre de la culpable. Me di la vuelta y comence a cortar, tal vez demasiado vigorosamente, rosas violetas para hacer un ramo, e ignore a mi amiga y a mi hija.

Note que Alanna me miraba. Despues se encogio de hombros y se abrazo a Myrna.

– ?Mi dulce nina! Grant me ha dicho que has llegado esta manana. Que sorpresa. No te esperabamos hasta el invierno.

Yo solte un bufido al oir el nombre del trol, pero la llegada de ClanFintan amortiguo el sonido.

– ?Papa!

No tuve que darme la vuelta para saber que Myrna se habia lanzado a los brazos de su padre. Lo adoraba. «Como tu, Amada».

Mentalmente, hice un gesto de exasperacion hacia mi diosa y murmure:

– Vamos a ver lo que dice su querido papa de la noticia tan buena que va a darle.

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