entrada a las Cuevas de los Sidethas, el terreno descendia bruscamente hacia un lago enorme, como de cristal. De el emergian unas piedras en forma de estalagmitas, que tenian un brillo dorado bajo el sol de la manana.

– ?Aquello son las Salinas? ?No es un lago?

– Se podria decir que si, y a tanta distancia, lo parece, pero no es lo suficientemente profundo como para cubrirte la pantorrilla, y es mucho mas salado que el mar.

– ?Y las piedras son de oro de verdad?

– No, ese color se lo da el sol. En realidad, son del mismo cristal que las cuevas.

Morrigan abrio unos ojos como platos y lo agarro por los brazos en medio de su emocion.

– ?Los cristales! ?Mis cristales! ?Esas enormes piedras son de los mismos cristales que me hablan?

– Si. Seria magnifico que fueramos a las Salinas al atardecer y les pidieras que encendieran su luz, ?no te parece?

– ?Claro que si! ?Kegan, va a ser maravilloso!

Impulsivamente, Morrigan lo abrazo, y al sentir su calor en la piel, recordo tambien lo maravilloso que habia sentido sentir sus labios.

La mirada azul y vibrante de Kegan le dio a entender que el estaba recordando lo mismo.

– Entonces, vayamos hoy mismo, al atardecer -le dijo a Morrigan con una sonrisa atrevida y un tono de juego-: Conmigo, mi senora, tendreis protector y montura a la vez.

Morrigan sonrio.

– ?Y si necesito proteccion contra ti?

El no respondio. Se inclino hacia ella y la beso, aunque demasiado ligeramente para gusto de Morrigan. Al separarse de Morrigan, Kegan sonrio, porque le habia leido el pensamiento, y le paso el brazo por los hombros con un gesto posesivo mientras iban hacia el lugar donde el habia dejado la cesta.

– Tienes que comer algo, y mas si vas a llamar a los cristales esta noche.

– Me muero de hambre -dijo Morrigan, y comenzo a sacar las cosas de la cesta. Se detuvo al ver que Kegan flexionaba las patas y se reclinaba frente a ella.

– ?Diferente de lo que has visto en las paginas de un libro? -le pregunto el, al ver su mirada de curiosidad.

– Muy diferente.

Morrigan se sento en una piedra, y despues le entrego a Kegan un emparedado de beicon frio y queso.

– Mmm… Este queso huele muy bien -dijo, antes de morder su bocadillo.

Comieron durante un rato en silencio, pero Morrigan comenzo a sentirse incomoda. Sin pensarlo mucho, le formulo la primera pregunta que se le paso por la cabeza.

– Entonces, ?eres el Sumo Chaman y el Maestro Escultor mas joven de Partholon?

– Pues si. Lady Rhea me nombro Maestro Escultor durante la pasada luna. Hace cinco ciclos de estaciones, bebi del Caliz, del Pozo de Epona, y acepte los dones de Sumo Chaman.

Morrigan, intrigada por aquel asunto, ademas de por aquel guapisimo centauro, siguio preguntando.

– ?Esta en Partholon el Pozo de Epona?

– No esta en este mundo. Esta en el Otro Mundo, en el lugar en el que habitan los dioses y los espiritus.

– ?Te asusto ir hasta alli?

Kegan sonrio.

– Viaje hasta alli solo en espiritu, y si, algunas partes del viaje de un Chaman producen miedo.

– ?Y que hace un Sumo Chaman?

– ?En Oklahoma no teneis Sumos Chamanes?

– Algo parecido, pero alli es todo muy distinto. Ya sabes… no hay centauros.

El resoplo.

– Pues si, es diferente. Bueno, yo tengo poderes espirituales. Puedo entrar en el Otro Mundo y encontrar almas destrozadas. Ayudo a alimentar al bien en mi pueblo, y a alejar al mal.

– Entonces, ?eres como un medico del espiritu?

– Exacto. Pero, como soy el Sumo Chaman mas joven de mi pueblo, ejercito tanto mi destreza con la espada como mis habilidades espirituales.

– ?De verdad? Creia que ibas a decir que practicabas mucho tu destreza para la escultura. Maestro, Escultor, Sumo Chaman, guerrero… Es la parte de guerrero la que no encaja bien en la ecuacion.

– Bueno, seguramente porque yo no tenia pensado ser escultor. En realidad, mi talento para la escultura se descubrio a causa de mi deseo de ser guerrero.

– Explicamelo.

– Era pequeno. Tendria unos diez ciclos de estaciones. Como es habitual con los potros, me sentia frustrado por la lentitud con la que mi instructor me ensenaba el manejo de la espada. Yo creia que ya lo sabia todo, y que ya podia dejar la espada de madera y empezar a practicar con una de verdad. Asi que aproveche que era hijo del dirigente de mi clan, ademas de ser el mas pequeno.

En aquel momento, Kegan cabeceo con ironia.

– Ahora entiendo que el herrero solo me estaba siguiendo la corriente debido a mi rango.

Morrigan se echo a reir.

– Parece que los ninos centauros son como los ninos de Oklahoma. A mi me criaron mis abuelos, y recuerdo que pensaba que los profesores me prestaban una atencion especial porque yo era muy lista y muy divertida. Y ahora se que era porque mi abuelo se convirtio en una leyenda viva despues de toda una vida de profesor y entrenador, y todos lo conocian. Lo unico que hacian era cuidar a su nieta y seguirme la corriente.

– Pues eso es algo que tenemos en comun. Asi que el herrero me permitio disenar mi propia espada de metal. Entonces cometi el error de escuchar a los espiritus del metal, aunque entonces no sabia quienes eran. Me dijeron como querian que fuera la empunadura, y yo la esculpi. En aquel momento me parecio una cosa facilisima, pero cuando el herrero vio la espada terminada, se la llevo a mi madre. Entonces, mis clases de espadachin fueron sustituidas por clases de escultura. El resto es historia.

– Hablas como si hubieras preferido que no descubrieran tu talento para la escultura.

– En aquel momento, lo habria preferido, si. A medida que madure, mis sentimientos fueron cambiando, y ahora agradezco mucho a la diosa que me concediera ese don. Entonces solo queria hacerme guerrero.

– Pero has dicho que eres un guerrero, asi que tuviste que continuar con las clases de manejo de la espada.

– Pues si. Para exasperacion de mis padres y de mi profesor de escultura. Temian que me cortara un dedo.

Morrigan se echo a reir, y el tambien. Despues, siguio hablando:

– Sin embargo, hoy siento mucha gratitud por mi talento. Si no fuera el Maestro Escultor de Partholon, no me habrian pedido que viniera aqui con Kai para hacer la efigie de lady Myrna, y entonces no te habria conocido.

Morrigan asintio distraidamente y tomo un poco de vino. Despues, pregunto:

– ?Conocias bien a Myrna?

– Bastante. La corteje.

Morrigan se sorprendio.

– ?Eras pareja de Myrna?

– No. Intente serlo. Myrna nunca tuvo el mas minimo interes en mi, ni en ningun otro centauro de los que la cortejaron. Conocio al hombre con el que se caso cuando eran ninos. El se gano pronto su corazon y supo conservarlo, para consternacion de lady Rhea, estoy seguro. Aunque, una vez que se comprometieron, la familia lo acepto muy bien.

– Espera, ?los padres de Myrna no aprobaban que se casara con el?

– Lo que he dicho de que lady Rhea se sentia consternada es solo una suposicion mia. Tendras que preguntarle la verdad a Kai. El tiene una relacion muy estrecha con la Elegida de Epona y con ClanFintan. Yo creo que no se trata de que no les gustara Grant, sino lo que significaba que lady Myrna eligiera a un humano como companero de vida.

Morrigan archivo en un lugar de la mente lo que Kegan habia dicho sobre Kai. Y entonces, al acordarse de lo que le habia contado Birkita sobre los centauros y la Elegida de Epona, Morrigan se dio cuenta de lo que queria decir Kegan.

– El hecho de que Myrna se uniera a un humano significaba que no iba a ser la Elegida de Epona despues de

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