nuestro parecido terminaba en lo fisico. Rhiannon era una bruja egoista y odiosa que habia abandonado a los suyos a su suerte. Yo me consideraba un poco egoista, y odiosa solo cuando era estrictamente necesario. Sabia que nunca abandonaria Partholon, ni a la gente ni a la diosa, a quienes habia llegado a querer alli. Habia luchado por quedarme alli, y me quedaria.

No habia duda de que mi sitio estaba en Partholon. Epona me habia dejado claro que yo me habia convertido en su Elegida, y que mi vida no se habia intercambiado por la de Rhiannon a causa de un mero error ni de un accidente. Epona me habia elegido, y por lo tanto, yo debia estar en aquel mundo.

Con una total felicidad, le acaricie la cabecita a mi hija con la nariz, y le dije:

– Feliz cumpleanos, mi nina.

ClanFintan me estrecho suavemente entre sus brazos, y yo percibi una sonrisa en su voz:

– Feliz cumpleanos para mis dos chicas.

Yo me eche a reir.

– ?Pero si es verdad! ?Hoy es treinta de abril! Es mi cumpleanos. Se me habia olvidado por completo.

– Has estado muy ocupada -dijo ClanFintan.

– Pues si -dije, y le sonrei a aquel asombroso centauro de quien estaba tan enamorada-. Creo que deberiamos darle las gracias a Epona por el hecho de que nuestra hija haya nacido el mismo dia del cumpleanos de su madre.

– Epona tiene mi gratitud eterna por Myrna y por ti -dijo el. Despues tomo aire, y con su voz resonante, con la que conjuraba su magia de Sumo Chaman y adoptaba la forma humana para poder hacer el amor conmigo, exclamo-. ?Ave, Epona!

– ?Ave, Epona! -repitieron Alanna y las ninfas.

De repente, las cortinas vaporosas que cubrian los ventanales comenzaron a hincharse como nubes, y con una brisa llena de perfume, entraron en la habitacion cientos de petalos de rosa. Las doncellas emitieron suaves exclamaciones y comenzaron a girar y a danzar con los petalos. Entonces, Epona hablo:

«Mi Amada ha dado a luz a su hija. Le doy la bienvenida a Partholon, con gran alegria, a Myrna, hija de mi Elegida. Saludemosla con jubilo, magia y las bendiciones de su diosa».

Entonces, los petalos de rosa se convirtieron en cientos de mariposas con un pequeno estallido, y despues, las mariposas se convirtieron en colibries que volaban y se lanzaban en picado y giraban mientras mis doncellas bailaban, riendose.

– Esto es la verdadera magia… -susurre yo, con los ojos llenos de lagrimas de felicidad.

«El amor de una madre es la magia mas sagrada de todas», me dijo Epona. «Recuerda eso en el futuro, Amada. El amor maternal tiene el poder de sanar y redimir».

De repente, me quede completamente helada. ?Que queria decir Epona? ?Acaso Myrna iba a sufrir algun dano?

«Descansa tranquila, Amada. Tu hija esta a salvo».

Senti un alivio tan intenso que me puse a temblar. Entonces senti algo mas, y el temblor se convirtio en un estremecimiento.

– ?Rhea? ?Te encuentras bien? -me pregunto ClanFintan, que sintio el cambio.

– Estoy cansada -menti. Mi voz sono tan debil que me sorprendio.

– Deberias descansar -dijo el. Entonces, miro a Alanna, que dejo de bailar con los colibries y las ninfas y vino corriendo hacia nosotros-. Rhea tiene que descansar -le dijo.

– Por supuesto -respondio Alanna con la voz entrecortada, mientras se frotaba con suavidad el vientre hinchado. Despues dio unas palmadas, y cuando las ninfas la miraron, les indico que se retiraran-: La diosa sabe que su Amada debe descansar -dijo.

Yo les di las gracias a todas ellas por los canticos y la alegria con la que habian recibido a mi hija. Las ninfas se marcharon entre risas y bendiciones para nosotros, y a los pocos instantes, quedamos a solas, ClanFintan, Carolan, Alanna y yo.

– Rhiannon ha muerto -dije.

Alanna se sobresalto, y ClanFintan se quedo inmovil.

– ?Como lo sabes, Rhea?

– He sentido su muerte.

– Pero… yo pensaba que habia muerto hace meses, cuando el Chaman de tu antiguo mundo la sepulto en el roble sagrado -dijo Carolan.

Yo trague saliva. Los labios se me habian quedado entumecidos, frios.

– Yo tambien. Deberia haber muerto entonces, pero durante todo este tiempo ha estado… viva, atrapada dentro del arbol.

Me estremeci. Rhiannon era una bruja odiosa. Me habia causado muchos problemas; incluso habia intentado asesinarme. Sin embargo, yo habia llegado a entender que ella era solo una version rota de mi misma, y no podia evitar sentir lastima por ella. Pensar en que habia estado sepultada viva me ponia muy triste.

Alguien llamo a la puerta.

– ?Adelante! -dijo ClanFintan.

Uno de los guardias del templo entro en mi habitacion y me saludo con energia.

– ?Que ocurre…? -hice una pausa para intentar recordar que guardia era. Todos ellos se parecian mucho. Eran musculosos. Altos. Iban escasamente vestidos. Musculosos. Sin embargo, sus ojos, tan azules, estimularon mi memoria-. ?Gillean?

Yo esperaba que hubiera acudido a darle la bienvenida a Myrna, pero tenia una expresion grave en el rostro.

– Es el arbol del Bosque Sagrado, mi senora. El roble alrededor del cual se realizan libaciones cada luna llena. Se ha destruido.

– ?Que significa eso?

– Parece que lo ha destruido un rayo, pero el cielo esta despejado. No hay ni rastro de tormenta en el cielo.

– ?Y ha salido algo del arbol?

– No, mi senora.

– ?No habia ningun cuerpo? -pregunte, con la voz ronca de miedo, mientras intentaba apartarme de la mente la vision del cadaver de Clint, en descomposicion.

– No, mi senora. No habia cuerpos.

– ?Estas seguro? ?Fuiste a verlo tu mismo? -pregunto ClanFintan.

– Si, mi senor. Y, si, yo mismo examine el arbol. Acababa de terminar mi guardia en la parte norte del territorio del templo, y volvia a casa cuando oi un tremendo crujido que provenia del bosquecillo. No estaba lejos, y se que el Bosque Sagrado es muy importante para lady Rhea, asi que fui hacia alli inmediatamente. El arbol todavia echaba humo cuando llegue.

– Tienes que ir a verlo -le dije a ClanFintan.

El asintio.

– Ve a buscar a Dougal -le ordeno al guardia-. Dile que se reuna conmigo en la puerta norte.

– Si, mi senor. Mi senora -dijo Gillean, y despues de hacerme una reverencia, se marcho apresuradamente.

– Ire contigo -dijo Carolan. Despues, Alanna y el se alejaron hacia el otro extremo de la habitacion, obviamente para darnos privacidad a ClanFintan y a mi.

– Si esta aqui, esta muerta -le dije a mi marido, con mas calma de la que sentia.

– Si, pero quiero asegurarme de que no ha traido nada a Partholon con su regreso.

Yo asenti y mire a Myrna, que estaba durmiendo. Era muy vulnerable. Yo tambien me senti extranamente vulnerable al saber que no podria soportar que le ocurriera nada a mi hija…

– Yo nunca permitire que sufrais -dijo ClanFintan.

Lo mire a los ojos.

– Lo se -respondi.

Sin embargo, en su mirada estaba bien claro que recordaba lo que habia ocurrido unos meses antes. A traves de aquel mismo roble yo habia pasado a Oklahoma de nuevo, junto a un demonio resucitado a quien creiamos derrotado para siempre. Y todo eso habia sucedido ante la mirada de ClanFintan, sin que el pudiera hacer nada

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