mejor.
Fitzwilliam se encogio de hombros en senal de acuerdo, pero luego cruzo los brazos y adopto una actitud de disculpa.
– Muy bien, pero entonces he de decirte que te traigo malas noticias.
Darcy se detuvo en el umbral con el ceno fruncido por la contrariedad.
– ?A que te refieres, Richard?
– Anoche, despues de decir que estabas cansado y te retiraras, le sugeri a nuestra tia que invitara al parroco a tomar el te esta noche. -Se detuvo un momento para observar la curiosa expresion que adopto su primo y luego continuo con una sonrisa picara-: Asi que no solo te veras obligado a soportar que la senorita Elizabeth Bennet aparezca en la conversacion, sino que tendras que tolerar la presencia de la mismisima senorita Elizabeth…
Darcy cerro la puerta del vestidor con rabia y se recosto contra ella, mientras oia como Fitzwilliam se reia a carcajadas desde el otro lado, antes de marcharse. Miro por encima del hombro. La estancia estaba vacia y por fortuna estaba solo. Apoyo la cabeza contra la puerta y cerro los ojos. Los ultimos cinco dias habian sido terribles para el, y la incomodidad de la cama del cuarto de invitados importantes de su tia no era precisamente la causa principal de haber pasado las noches en vela. Sacudio la cabeza al pensar en los caprichos de la providencia, que habia traido nuevamente a Elizabeth hacia el; luego se retiro de la puerta y se desplomo en la silla de afeitado. Se reclino contra el respaldo, echo la cabeza hacia atras y comenzo un minucioso examen del techo.
Tras la desastrosa conversacion que Darcy habia tenido con Elizabeth acerca de su hermana, Richard se dio cuenta de que su primo queria marcharse de Hunsford y facilito la despedida. Pero tan pronto estuvieron lejos de la casa parroquial y de la posibilidad de que alguien del pueblo los oyera, habia comenzado a preguntar a su primo por su extrano comportamiento.
– ?Ya basta, Richard! -le habia advertido Darcy tajantemente. Richard reconocio el tono de su primo y guardo silencio. Pero aunque aparentemente habia hecho caso, poco le importaron los motivos de Darcy para pedirle que se callara y emprendio una nueva estrategia, en la cual comenzo a enumerar los multiples encantos de Elizabeth, mientras le pedia a su primo su opinion en cada punto, hasta que este le dirigio una mirada asesina.
– Si, ella es muy agradable -habia dicho Darcy de manera laconica, con los dientes apretados, mientras regresaban a Rosings a grandes zancadas-, pero ten cuidado, Richard. Conozco bien su situacion y te advierto que no hay mucho que esperar de ella y ademas no esta muy bien relacionada. Tu, mi querido primo, eres demasiado caro para ella. -Darcy se detuvo entonces un momento, mirando a Richard con aire de desaprobacion-. ?Y ella es la hija de un caballero!
Fitzwilliam habia levantado las manos en senal de protesta.
– ?Por supuesto, Fitz! ?Por Dios! No creeras que voy a flirtear con una mujer ante las mismisimas narices del parroco, ?o si? -Darcy se limito a lanzarle una mirada penetrante como respuesta y se giro nuevamente hacia el camino-. Bueno, no puedes oponerte a que yo quiera visitarla -declaro su primo, despues de alcanzarlo-. Rosings es tan mortalmente aburrido… Siempre ha sido asi, desde que eramos ninos. Y ahora por fin hay una diversion lo suficientemente encantadora e interesante como para hacer que esta interminable obligacion pase mas rapido.
– Yo no tengo tiempo para hacer visitas, Richard. Hay que revisar las cuentas, entrevistar al administrador de la propiedad e inspeccionar las granjas. Tu ayuda seria muy util -replico Darcy.
– Y la tendras, Fitz -le aseguro su primo con seriedad-, pero supongo que no me necesitaras todo el tiempo. ?Y yo me pongo insoportable cuando no tengo nada que hacer, ya lo sabes! Asi que, para evitar que terminemos peleandonos, cuando no me necesites, podre ir a hacer una visita a Hunsford. ?Ah, y tendre mucho cuidado! - exclamo al ver la mirada de Darcy-. ?Sere todo un modelo de discrecion y decoro!
Asi, durante los ultimos cuatro dias, mientras Darcy se sumergia en los asuntos de su tia, en un esfuerzo deliberado por mantenerse lo mas ocupado posible para no pensar en la huesped de Hunsford, Richard habia estado disfrutando de su compania, ?dos veces! En ambas ocasiones habia pasado antes por la biblioteca de Rosings, de la que se apoderaba Darcy durante su estancia, para preguntarle si le gustaria acompanarlo a la rectoria. Pero Darcy habia logrado dar la impresion de estar tremendamente ocupado, y lo habia despachado, aunque lo habia mirado desde la ventana consumido por los celos, mientras desaparecia de su vista por el camino que llevaba hacia Hunsford… hacia Elizabeth. Luego habia regresado a la mesa y a los libros de contabilidad que tenia abiertos, contando los minutos hasta que Richard regresaba. El muy sinverguenza lo saludaba desde la puerta y le informaba sobre el placentero rato que habia pasado con
Sin embargo, la intensa curiosidad que Darcy sentia por todo lo que tenia que ver con ella casi le habia hecho ponerse en evidencia. Era toda una tortura oir los comentarios que Richard hacia ocasionalmente sobre sus visitas y no poder pedirle mas explicaciones para analizarlos con mas detenimiento. La noche anterior, por ejemplo, mientras disfrutaban de un brandy despues de la cena, su primo se habia referido a un libro que le habia prestado a Elizabeth de la biblioteca de su tia.
– ?Ah, si? -habia contestado Darcy, con un interes tan evidente que habia hecho que Richard se quedara callado. Darcy ardia en deseos de preguntarle por el titulo, saber como se habia enterado de que ella deseaba ese libro y cual habia sido su reaccion cuando se lo habia llevado; pero en lugar de eso bajo la cabeza, concentrandose en su brandy y se reprendio en silencio por semejante imprudencia. Darcy sabia que ella leia, bordaba, escribia, caminaba; sabia todo eso desde su estancia en Hertfordshire. Pero ahora queria enterarse de sus gustos literarios. ?Habria retomado la lectura de Milton? ?Que opinaba sobre el? ?Le gustaba bordar y disfrutaba de sus paseos? ?Cuales eran las preocupaciones que inquietaban su corazon y la hacian escribir? Darcy queria oir la voz de Elizabeth, disfrutar de su sonrisa y perderse en sus ojos.
Unos pasos rapidos tras la puerta de servicio le alertaron sobre el inminente regreso de Fletcher. Se enderezo en la silla cuando el ayuda de camara entro, pero el criado lo hizo recostarse de nuevo y le puso sobre la cara una toalla caliente humeda, para suavizar la incipiente barba que habia salido durante la noche. Los movimientos familiares del sirviente le tranquilizaron. ?Al menos algunas cosas seguian como siempre!
– ?Senor Darcy? -La pregunta de Fletcher irrumpio en medio de la sensacion de comodidad que le producia la toalla caliente-. Creo que podria usar la azul… ?la chaqueta nueva de Weston's, senor? Y los pantalones de nanquin a la rodilla color crema con el chaleco a juego. -Darcy habia pensado lo mismo. Despues de todo, ?era Pascua! Trato de alejar el pensamiento de que seguramente se iba a encontrar otra vez con Elizabeth.
– Es Pascua, senor -apostillo el ayuda de camara, al ver que el no respondia.
– En efecto. Llevare la azul, entonces. -El caballero sonrio para sus adentros, mientras buscaba una postura mas comoda y levantaba la barbilla para prepararse para la navaja, pero, de repente, detuvo la mano de Fletcher con subita precaucion-. ?Con cuidado, Fletcher!
– Desde luego, senor Darcy. ?Si usted se queda quieto!
El tradicional desayuno de Pascua
– ?Fitzwilliam! -exclamo lady Catherine, mirandolo con severidad-. Hago una excelente digestion, tan buena como la de cualquier subdito del reino; de hecho, me congratulo por ello y animo a la gente joven a que siga mi ejemplo. Pero si tu no dejas de moverte con tanto nerviosismo, ten por seguro que el desayuno acabara por indigestarseme.
– Mis disculpas, senora. -Fitzwilliam se sonrojo y le lanzo una mirada de suplica a Darcy.
– Tambien tengo entendido que esta manana te has levantado mucho mas temprano de lo que acostumbras -siguio diciendo lady Catherine-. Me pregunto a que se debe. Nunca habia oido que fueras un hombre piadoso, Fitzwilliam. En las cartas, tu madre siempre se queja de que nunca honras con tu presencia el banco de la familia en la iglesia. ?Espero que no hayas enloquecido y te hayas convertido en un «entusiasta»! No tolerare ninguna de esas tonterias en nuestra familia.
– Mi querida tia… -comenzo a decir Richard.
– Entonces, no tienes razon para estar impaciente. ?Collins esperara! ?Que otra cosa puede hacer? -Sin saber que responder, Richard adopto una estudiada inmovilidad hasta que no fue capaz de soportar la inactividad