la oscuridad, con los dedos entrelazados debajo de la nuca. En aquel lugar, en los silenciosos rincones de la noche, Darcy podia pensar con claridad, verla con claridad, sin distracciones. No habian hablado mucho despues de que ella abandonara el piano, excepto lo que exigia la cortesia, pero tenia grabada en la memoria cada mirada, cada palabra que habia salido de sus labios, cada gentileza que le habia dedicado. Podia verla inmovil mientras estaba ante al instrumento y el resplandor de las velas jugueteaba con el brillo de sus ojos. Se habia quedado extasiado con cada sonrisa, cada gesto de su frente, cada cancion que habia cantado. Elizabeth habia mostrado el porte, la inteligencia, el ingenio y la gracia que el le habia descrito a Georgiana, cuando ella lo habia interrogado. Sabia que Elizabeth Bennet era una persona compasiva y leal con todos los que tenian alguna relacion con ella. Pero esa noche le habia sumado a eso una gran dosis de tolerancia y educacion frente a las criticas y los insultos descarados de su tia. Y habia hecho que el se conociera a si mismo.
?Que era lo que Darcy sentia? ?Cual era, en definitiva, su posicion en medio de aquel angustioso enredo? Las sombras bailaron sobre el dosel, atormentandolo con el misterioso efecto que habia tenido sobre su vida aquella muchacha de Hertfordshire. Habia sido Georgiana, con su romantica inocencia, quien se lo habia senalado primero. ?Acaso el… la amaba?
– Tu la amas. -Darcy susurro las palabras para poder oirlas de sus propios labios-. Tu la amas -repitio.
Ya estaba. Su vida nunca volveria a ser la misma. ?Cuantos meses llevaba atormentandose, negando sus sentimientos al mismo tiempo que la imaginaba siempre a su lado? ?Que no habia hecho para librarse de ella? Incluso habia llegado a hacerle una aterradora visita a Sayre con el fin de encontrar una mujer que pudiera borrarla de su mente y de su alma. Pero la busqueda habia sido una farsa desde el principio, porque, a pesar de que habia jurado olvidarla en los brazos de otra mujer, no habia sido capaz de abandonar ni de arrojar a las llamas los hilos de seda que se la recordaban a cada instante. Ah, si, finalmente habia encontrado la fuerza para soltar esos hilos al viento, pero ?de que le habia servido? La propia esencia de su sueno habia ocupado enseguida el lugar de los hilos y el habia quedado mas atrapado que antes. ?El la amaba y amaba todas las cosas adorables que ella representaba! Y la deseaba. Era tan agudo su deseo por el suave consuelo que ella le brindaba y por su calida bienvenida, que a veces no podia respirar. La presencia de Elizabeth en Hunsford y Rosings habia sido una muestra de la felicidad que seria tenerla cerca todos los dias. ?La idea de regresar a su existencia anterior, a vivir luchando continuamente contra su nostalgia por ella durante el resto de su vida era insoportable! Muy agitado, Darcy aparto las mantas, se levanto de la cama y, tan pronto como sus pies tocaron el suelo, comenzo a pasearse de un lado a otro de la habitacion.
– Hay una solucion -dijo en la oscuridad-. ?Casate con ella! -Antes siempre se decia que aquello era impensable, pero, en aquel momento, ya no fue asi-. ?Por que no? -le pregunto en voz alta a la noche. Darcy sabia como seria. ?No la habia visto a su lado miles de veces mientras paseaba por Pemberley? Ella pertenecia a Pemberley, siempre de su mano. Guardo silencio, mientras se permitia pensar en las posibilidades de una vida con ella. Eso lo dejo sin aire.
– Impedimentos -repitio, volviendo a recostarse. Existian enormes dificultades. Aunque su corazon deseaba con desesperacion que no fuera asi, su mente lo obligaba a admitirlo. Penso en Bingley. ?Como lo habia disuadido de relacionarse precisamente con la misma familia que podia convertirse ahora en su propia familia politica! Luego estaba la degradacion de su propia estirpe, la manera en que afectaria a su honor, que el habia jurado defender. Seria justamente censurado por sus parientes y, en particular, por la hermana de su madre, lady Catherine. ?Podrian llegar a aceptar alguna vez a Elizabeth, o ella y Darcy quedarian aislados para siempre, mientras su matrimonio y sus hijos eran ignorados por su propia familia? Por ultimo, estaba la verdad del indigno tratamiento que habia recibido por parte de la familia de Elizabeth y la absoluta falta de educacion que habian de demostrado en el baile de Netherfield, cuando uno por uno se habian expuesto al desprecio de sus vecinos. El comportamiento de los Bennet quedaria unido a el y lo convertiria en lo que mas temia en la vida: ser objeto del rechazo de toda la sociedad que conocia. El recuerdo del resto de esa noche lo asalto, la imagen de los ojos de Elizabeth llenos de verguenza, fijos en la contemplacion de sus guantes, le produjo una oleada de rabia en el pecho. ?Dios, como la amaba! ?Como habia querido protegerla y consolarla, incluso en ese momento! La peticion de Shakespeare se convirtio en una exigencia.
De repente, un bostezo se apodero de el. Miro el reloj que habia sobre la chimenea y sintio los parpados muy pesados. Eran mas de las dos y, a pesar de la urgencia que sentia su corazon, no era posible ni prudente tomar una decision en aquel momento y ni siquiera manana. Volvio a tenderse en la cama, agarro una almohada y, acostandose de lado, trato de acomodarse lo mejor posible en el colchon. Habia tiempo, el podia prolongar su visita con facilidad, y aprovecharia ese tiempo en su beneficio, para observarla mas de cerca, para descubrir su manera de pensar en temas mas especificos y verificar la fuerza de sus sentimientos contra la realidad misma. Habia tiempo. Pero Darcy juro que tomaria una decision antes de marcharse de Rosings.
Cuando las puertas de Rosings se cerraron tras el, Darcy agarro la empunadura dorada, en forma de cabeza de grifo, de su baston de cana favorito y, bajando de dos en dos, descendio la escalera y atraveso el parque a grandes zancadas, hasta llegar al bosquecillo y alcanzar el camino que llevaba a Hunsford. A pesar de la agitacion que habia sufrido aquella noche, se habia despertado esa manana sintiendose curiosamente vigoroso y ansioso por ver que le depararia el dia. Tan pronto como abrio los ojos, se quedo totalmente inmovil, mientras el recuerdo de las confesiones de la noche anterior se despertaba con el para recorrerlo como un rio de vino dulce y embriagador. Su corriente se arremolinaba aqui y alla contra las playas de su mente y sus emociones, despertandolas maravillosamente a la vida. Diferente… se sentia tan diferente. ?Exactamente como? Esbozo una sonrisa al comprobar lo absolutamente previsible que era su yo logico y racional. ?Que importaba como se sentia? ?Se sentia tan extraordinariamente… vivo!
El ruido de los preparativos de Fletcher en la estancia contigua, que le resultaba tan familiar, distrajo su atencion por un momento hacia una idea totalmente distinta. Pronto su ayuda de camara entraria para informarle de que todo estaba listo para su aseo matutino. Darcy giro la cabeza y observo la almohada vacia a su lado. La rutina de Fletcher ciertamente tendria que cambiar cuando… No, Darcy se obligo a detenerse, no debia pensar en eso ahora, porque no podia permitir que ese tipo de imagenes influyeran sobre sus pensamientos. Primero debia poner en marcha la decision que tanto trabajo le habia costado tomar y para hacer eso debia dar los pasos necesarios para estar en compania de Elizabeth y no quedarse en la cama, sonando. ?Tenia que ver a Elizabeth! ?Esa misma manana!
– Y sin Richard -le dijo con firmeza a su corazon. Darcy aparto las mantas, se levanto y abrio la puerta del vestidor, sorprendiendo a Fletcher al informarle de que queria comenzar con el ritual de la manana de inmediato. Afeitado y vestido en un tiempo record, Darcy bajo al salon del desayuno, que por fortuna encontro vacio, y alli se tomo una taza de cafe, un huevo y tostadas. Ahora finalmente se encontraba en camino y solo.
?Por Dios, el dia era precioso! Disminuyo el paso cuando entro en el bosquecillo, pues alli los arboles podian protegerlo de la mirada indiscreta de un observador ocasional que lo estuviese viendo desde alguna ventana de Rosings. Le dijo a Fletcher que, en caso de que alguien preguntara, se habia ido a dar un paseo, pero se reservo