A mi alrededor, gente feliz: carantonas.

– Por aqui, teniente, hagame el favor.

Segui al camarero. Un reservado del fondo: Exley de pie, Bob Gallaudet repantigado. ?Que sucedia? Exley:

– Klein, ?que sucede?

Los asientos de la barra, muy proximos. Le hice un gesto para que se acercara. Bob, con las antenas puestas, fuera del alcance del oido.

– Klein, ?que sucede?

– ?Recuerda esa orden de detencion que firmo esta manana?

– Si. Tres hombres que hay que detener en la comisaria de Wilshire. Me debe una explicacion por eso, asi que empiece a…

– Uno de los hombres era un camello independiente llamado Steve Wenzel y, hace media hora, Tommy Kafesjian se lo ha cargado en uno de esos tugurios consentidos de Watts. Yo estaba alli y lo vi; ahora esta en boca de toda la ciudad. Cuatro muertos hasta el momento.

– Expliqueme eso.

– Todo es culpa de Junior Stemmons.

– Expliquese.

– Mierda, esta mas sucio de lo que nadie podria… ?mierda, esta inyectandose droga y anda por ahi extorsionando a los vendedores! Es marica y se dedica a sacarle la pasta a los chaperos de Fern Dell Park. Y creo que le esta filtrando a los Kafesjian mis informes sobre el 459. Tambien se mueve por el barrio negro como si estuviera chiflado, anunciando que el sera el nuevo…

Exley, refrenandome:

– Y usted ha intentado ocuparse del asunto personalmente.

– Exacto. Junior le compro material a Wenzel para, citando sus palabras, «establecerse como el nuevo rey de la droga del Southside». Otro de los hombres de esa orden de registro, al que interrogue extensamente sobre Stemmons y Wenzel, les delato a ambos a Tommy K. Yo he seguido a Tommy hasta Watts y ha sido alli donde se ha cargado a ese Wenzel.

Exley, puro hielo patricio:

– Enviare un equipo del grupo de Asuntos Internos para ocuparse de los homicidios. ?Seguro que son Wenzel y victimas inocentes?

– Si.

– Entonces, asegurese de que la identidad de su hombre no llega a la prensa. Asi evitaremos que esa orden de detencion nos cause problemas.

– Usted no quiere que los federales metan las narices en esto, de modo que pretende correr un velo ante la prensa ahora mismo.

– Klein, ya sabe que no debe acercarse…

– De acuerdo, no me acercare a Tommy Kafesjian… por ahora. Aunque le haya visto matar a un hombre. Aunque usted no quiera decirme por que esta utilizandome para manipular a la familia.

Ningun rechazo. Ninguna replica.

– ?Donde esta Stemmons ahora?

– No lo se. -MATALO, JACK.

– ?Cree que le…?

– No, no creo que le maten. Quiza pongan a ello a Dan Wilhite, pero no creo que vayan a cargarse a un miembro del LAPD.

– Quiero un informe detallado y confidencial del asunto dentro de veinticuatro horas.

Me acerque mas a el, bajo la mirada atenta de Bob G.:

– ?Nada de papeles! ?Se ha vuelto loco? Y ahora que hablo con usted, debe saber que a Junior le hace tilin Johnny Duhamel. La proxima vez que vea a Dudley, digale que tiene trabajando para el al amorcito de un mariquita.

Exley pestaneo. La mera referencia a aquello le toco en lo mas hondo.

– Entonces, debe haber una razon para que no me contara antes estas cosas de Stemmons.

– Usted no inspira la charla franca y abierta, jefe.

– Pero, pero usted anda mucho mas listo en saltarse la autoridad cuando con ello puede conseguir algun provecho.

– Entonces, ayudeme a conseguir un mandamiento judicial para investigar unas cajas de seguridad de un banco. Junior tiene droga guardada en ellas. Ayudeme a sacarla antes de que ponga en un apuro al departamento.

– Tanta preocupacion es muy altruista por su parte, pero usted es abogado y sabe que esos mandamientos son asunto federal, y el fiscal federal del distrito es Welles Noonan…

– Podria pedirlo a un juez federal.

– No.

– No, ?y…?

– No, y quiero que vaya ahora mismo a casa de ese Wenzel y la registre en busca de pruebas de sus tratos con Junior Stemmons. Si encuentra algo, destruyalo. Eso si que sera un servicio al departamento.

– Jefe, deje que yo me ocupe de Stemmons.

– No. Voy a llamar a todos los de Asuntos Internos y a silenciar lo de ese tiroteo en Watts. Voy a encontrar a Stemmons y a secuestrarle aqui, donde los federales no puedan encontrarle.

Junior delatando a Glenda: pantalla ancha/VistaVision/3-D:

– ?Silenciara usted todo cuanto pueda incriminarme a mi?

– Si, pero no disimule sus motivos egoistas apelando al interes del departamento. Dado lo que es usted, teniente, sus intenciones resultan penosamente transparentes.

Cambio de tema:

– ?Sabe si los de Asuntos Internos me han estado siguiendo esporadicamente desde el asunto Johnson?

– Seguro que no. Si le han estado vigilando, es cosa de los federales. Yo ya le perdone ese asesinato, ?recuerda?

Rayos X en los ojos; el jodido me hizo pestanear.

– Y lavese, teniente. Huele a sangre.

Fui hasta la casa de Wenzel. Ante la puerta estaba aparcado el coche de J.C. Supuse que estaban limpiando rapidamente los posibles indicios de relacion con Tommy.

Imagenes de neurosis de guerra:

Los federales cogen vivo a Junior. El pide hacer un trato: silenciar el asunto de los maricas a cambio de delatar a Dave Klein. Junior, experto maestro en obtencion de pruebas: todos mis muertos, todos mis sobornos, pormenorizados.

Decidi registrar una vez mas aquella casa de locos:

Me acerque hasta la casa, abri los seis candados y entre. Luces encendidas, nuevo horror:

Casquillos de bala en el horno.

Petardos de feria embutidos en una tostadora.

Hojas de cuchilla obstruyendo un conducto de calefaccion.

Lo hago:

Cojo la camara espia.

Cojo las notas garabateadas.

Vuelco de nuevo los muebles: cuatro sillas con puntadas sueltas en la tapiceria. Rasgo esta, hurgo el interior. Dinero escondido: 56 dolares. Copias del 187 de Gilette, sacadas de Homicidios. Un nuevo informe Glenda/Klein, mas detallado:

ANTES DEL DISPARO FATAL Y DEL APUNALAMIENTO DE GILETTE, LA SENORITA BLEDSOE HIZO DOS DISPAROS MAS, SIN DAR EN EL BLANCO, CON EL MENCIONADO REVOLVER DEL 32 QUE HABIA ADQUIRIDO DE GEORGIE AINGE. (VER INFORME DE BALISTICA # 114-55, ANEXO AL EXPEDIENTE DE LA BRIGADA DE HIGHLAND

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