de aquel golpe»,30 confeso tiempo despues a un periodista, si bien oculto el verdadero motivo de la decision de Fawcett. Un tiempo despues conocio a un capitan del ejercito llamado Herbert Christie Prichard, quien desconocia la acusacion lanzada contra ella o bien se nego a creerla. En el verano de 1897 se casaron. Pero cinco meses despues, el murio de una embolia cerebral. Segun palabras de Nina, «el destino me golpeo cruelmente por segunda vez». 31

Se cree que, instantes antes de morir, Prichard le dijo: «Ve… ?y casate con Fawcett! El es el hombre apropiado para ti».32 Para entonces, Fawcett habia descubierto ya el engano de su familia y, segun un pariente, escribio a Nina y «le suplico que le aceptara de nuevo».33

«Yo creia que ya no le amaba -confeso Nina-. Creia que, con su brutal comportamiento, habia matado la pasion que habia sentido por el.» Sin embargo, cuando volvieron a encontrarse, ella no tuvo arrestos de rechazarle: «Nos miramos y, esta vez invencible, la felicidad nos arrobo a ambos. ?Habiamos vuelto a encontrarnos!».34

El 31 de enero de 1901, nueve dias despues de la muerte de la reina Victoria, que puso fin a un reinado que habia durado mas de sesenta y cuatro anos, Nina Paterson y Percy Harrison Fawcett finalmente se casaron, y se instalaron en el fuerte militar de Ceilan. En mayo de 1903 nacio su primer hijo, Jack. Se parecia a su padre, aunque tenia la tez mas clara y habia heredado los rasgos delicados de su madre. «Un nino especialmente guapo -escribio Fawcett. Jack parecia poseer un talento prodigioso, al menos para sus padres-. Ya corria a los siete meses y hablaba con fluidez al ano -se ufanaba Fawcett-. Estaba y esta, fisica e intelectualmente, muy adelantado.»35

Aunque Ceilan se habia convertido para su esposa y su hijo en un «paraiso terrenal», a Fawcett empezaron a irritarle las restricciones de la sociedad victoriana. Era un ser solitario, demasiado ambicioso y obstinado («audaz hasta rayar en la irreflexion», lo definio un observador), y con excesivas inquietudes intelectuales para encajar en el cuerpo de oficiales. Si bien su esposa habia atenuado en parte su caracter taciturno, el seguia siendo, segun sus propias palabras, un «lobo solitario», decidido a «buscar caminos por mi mismo en lugar de seguir los que ya estan rulados».36

Esos caminos le llevaron hasta uno de los personajes menos convencionales de la epoca victoriana: Helena Petrovna Blavatsky, o, como se la solia llamar, madame Blavatsky. 37 A finales del siglo xix, Blavatsky, quien aseguraba tener poderes psiquicos, estuvo a punto de crear un movimiento religioso con visos de perdurar. Marion Meade, una de sus biografas mas imparciales, escribio que, a lo largo de su vida, se produjeron encendidos debates entre individuos de diferentes nacionalidades sobre si era «un genio, una impostora consumada o sencillamente una lunatica. En aquel entonces, podrian haberse presentado excelentes argumentos para defender cualquiera de las tres teorias».38 Nacida en Rusia en 1831, Blavatsky era baja y muy corpulenta, con ojos protuberantes y multiples pliegues de carne bajo el menton. Tenia la cara tan ancha que muchos sospechaban que se trataba de un hombre. Proclamaba que era virgen (en realidad, tuvo dos esposos y un hijo ilegitimo) y apostol del ascetismo (fumaba hasta doscientos cigarrillos al dia y blasfemaba como un soldado). Meade escribio: «Pesaba mas que otras personas, comia mas, fumaba mas, blasfemaba mas, y visualizaba el cielo y la tierra en terminos que empequenecian cualquier concepcion previa».39 El poeta William Butler Yeats, que sucumbio a su embrujo, la describio como «la persona viva mas humana».40

Durante sus viajes por America y Europa a lo largo de las decadas de 1870 y 1880, fue reuniendo a seguidores fascinados por sus extranos encantos y por sus apetitos goticos, y, sobre todo, por sus poderes para, al parecer, levitar objetos y hablar con los muertos. La cada vez mayor importancia de la ciencia en el siglo xix habia tenido un efecto paradojico: ademas de socavar la fe en el cristianismo y poner en duda el contenido de la Biblia, genero un inmenso vacio a la hora de explicar los misterios del universo que subyacian a los microbios, a la evolucion y a la codicia capitalista. George Bernard Shaw escribio que tal vez nunca antes tanta gente habia sido «adicta a las mesas parlantes, a las sesiones de espiritismo y materializacion, a la clarividencia, a la quiromancia, a las bolas de cristal y similares».41

Los nuevos poderes de la ciencia para aprovechar fuerzas invisibles a menudo hicieron que estas creencias resultaran mas verosimiles, en lugar de desacreditarlas. Si los fonografos podian captar voces humanas y los telegrafos podian enviar mensajes de un continente a otro, ?acaso no podria la ciencia acabar desentranando el misterio del mas alla? En 1882, varios de los cientificos mas prestigiosos de Inglaterra fundaron la Society for Psychical Research. Entre sus miembros pronto se contaron un primer ministro y varios premios Nobel, asi como Alfred Tennyson, Sigmund Freud y Alfred Russel Wallace, quien, junto con Darwin, desarrollo la teoria de la evolucion. Conan Doyle, que con Sherlock Holmes habia plasmado el poder de la mente racional, paso anos intentando confirmar la existencia de hadas y espiritus. «Supongo que yo soy Sherlock Holmes, si es que alguien lo es, y digo que los argumentos del espiritualismo estan absolutamente demostrados»,42 declaro Conan Doyle en una ocasion.

Mientras madame Blavatsky seguia practicando sus artes de medium, poco a poco fue desviando su atencion hacia fronteras psiquicas mas ambiciosas. Intento crear una nueva religion llamada «teosofia», o «sabiduria de los dioses», tras asegurar ser el canal de una hermandad de mahatmas tibetanos reencarnados. Este credo se basaba en gran medida en doctrinas ocultas y religiones orientales, sobre todo en el budismo, y para muchos occidentales represento una especie de contracultura, saturada de vegetarianismo. Como observo la historiadora Janet Oppenheim en The Other World: «Para aquellos que querian rebelarse de forma radical contra las restricciones de la moral victoriana -al margen de como percibieran ese esquivo concepto-, el sabor de la herejia debio de resultar especialmente atractivo al estar ideada por una foranea tan descarada como H. P. Blavatsky».43

Algunos teosofos, llevando aun mas lejos su herejia, se hicieron budistas y se alinearon con lideres religiosos en la India y Ceilan, quienes se oponian al poder colonial. Entre estos teosofos se encontraba el hermano mayor de Fawcett, Edward, a quien Percy siempre admiro. Edward, escalador de tremenda envergadura fisica, que siempre llevaba un monoculo de oro, habia sido un nino prodigio: publico un poema epico a los trece anos. Ayudo a Blavatsky a documentarse y a escribir en 1893 su opera magna, La doctrina secreta del hombre. En 1890 viajo a Ceilan, donde Percy estaba destacado, para recibir el Pansil, o los cinco preceptos del budismo, que incluyen los votos de no matar, no beber alcohol ni cometer adulterio. Un periodico indio cubrio la ceremonia con el titulo «Conversion de un ingles al budismo»:

La ceremonia comenzo hacia las 8.30 en el sactum sanctorum del Buddhist Hall, donde el Sumo Sacerdote Sumangala examino al candidato. Satisfecho con la apariencia del senor Fawcett, el Sumo Sacerdote […] dijo que era un enorme placer para el presentar al senor Fawcett, un erudito ingles […]. El senor Fawcett se puso en pie y suplico al Sumo Sacerdote que le concediera el Pansil. El Sumo Sacerdote asintio y el Pansil le fue concedido; el senor Fawcett fue repitiendolo tras el Sumo Sacerdote. En la ultima frase de los Cinco Preceptos, el budista ingles fue bulliciosamente vitoreado por sus correligionarios presentes.44

En otra ocasion, segun miembros de la familia, Percy Fawcett, aparentemente inspirado por su hermano, tambien recibio el Pansil; un acto que, para un oficial colonial que debia sofocar a los budistas y promover el cristianismo en la isla, era del todo sedicioso. En The Victorians, el novelista e historiador A. N. Wilson apunto: «Hay algo maravillosamente subversivo en aquellos occidentales que, en el momento preciso de la historia en que las razas blancas imponian el imperialismo en Egipto y Asia, sucumbieron a la sabiduria oriental, incluso en sus formas tergiversadas y absurdas».45 Otros eruditos senalan que los europeos del siglo xix y principios del xx -incluso aquellos movidos por una motivacion mas benevola- promovieron una imagen aun mas exotica de Oriente, lo cual tan solo contribuyo a legitimar el imperialismo. Fawcett consideraba que todo cuanto le habian ensenado en la vida acerca de la superioridad de la civilizacion occidental topaba de lleno contra lo que el experimentaba allende sus fronteras. «Transgredi una y otra vez las espantosas leyes de la conducta tradicional, pero haciendolo aprendi mucho»,46 afirmo. Con los anos, intento reconciliar estas dos fuerzas opuestas, equilibrar su absolutismo moral y su relativismo cultural, pero ello le induciria a singulares contradicciones y a cometer herejias aun mayores.

Aquel precario equilibrio alimentaba aun mas su fascinacion por exploradores como Richard Francis Burton y David Livingstone, ambos muy apreciados, incluso venerados, por la sociedad victoriana, y aun asi capaces de vivir

Вы читаете La ciudad perdida de Z
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату