El Iguatemi fue deslizandose por el rio, tan despacio que en una ocasion una canoa lo adelanto rapidamente. Los chicos querian hacer ejercicio, pero a bordo no habia espacio y lo unico que podian hacer era contemplar las interminables cienagas. «?Cuyaba nos parecera el Cielo despues de esto!»,22 escribio Jack a su madre. Dos dias despues, anadio: «Papa dice que este es el viaje por rio mas monotono y tedioso que ha hecho nunca».23

El 3 de marzo, ocho dias despues de partir de Corumba, el Iguatemi llego a Cuiaba, a la que Raleigh describio como «un agujero olvidado de Dios […]. ?Es mejor verlo con los ojos cerrados!».24

Fawcett escribio que habian alcanzado el «punto de partida» para internarse en la selva. Sin embargo, tuvieron que esperar varias semanas a que las lluvias amainaran para «la consecucion del gran proposito».25 Aunque Fawcett detestaba esperar y demorarse, no se atrevio a partir antes de que llegara la estacion seca, como habia hecho en 1920 en compania de Holt con consecuencias desastrosas. Y aun quedaban cosas por hacer: reunir provisiones y estudiar los mapas a conciencia. Jack y Raleigh intentaron domar sus botas nuevas caminando por el monte aledano. «Raleigh tiene los pies cubiertos de tiritas Johnson, pero esta mas alegre que nunca ahora que se aproxima el dia de la partida»,26 comento Jack. Llevaban consigo los rifles y practicaban el tiro, disparando a objetos como si fueran jaguares o monos. Fawcett les habia aconsejado que ahorrasen municion, pero ambos estaban tan emocionados que gastaron veinte cartuchos solo en el primer intento. «?[Vaya] ruido infernal!»,27 exclamo Jack refiriendose a los disparos. Raleigh alardeaba de ser un excelente tirador, «aunque este mal que yo lo diga».28

Los jovenes comian mas de lo habitual. Jack incluso infringio su dieta vegetariana con pollo y ternera. «Estamos engordando -dijo a su madre- y confio en ganar cinco kilos antes de partir, pues necesitamos carne extra para soportar el hambre en ciertas etapas de la expedicion.»29

Un misionero estadounidense, alojado en Cuiaba, tenia varios ejemplares de Cosmopolitan, la popular revista mensual propiedad de William Randolph Hearst, y Raleigh y Jack se las pidieron a cambio de libros que habian llevado consigo. Cosmopolitan evocaba un mundo que ambos jovenes conocian y que no volverian a ver al menos durante dos anos. Las publicaciones de esa epoca llevaban anuncios de latas de sopa de tomate Campbell de a doce centavos y de la American Telephone & Telegraph Company («En lugar de hablar a traves de un tabique, hay comunicacion entre continentes»). Aquello recordo a Raleigh su hogar y se puso «sentimental», segun sus propias palabras. Las revistas tambien contenian varias historias de aventuras apasionantes, entre ellas «La emocion de enfrentarse a la eternidad», en la que el narrador preguntaba: «?Que hacer con el miedo? ?Que se del coraje? […] Hasta que realmente se enfrente a una crisis, ningun hombre sabe como reaccionara».

Antes que enfrentarse a sus propias reservas de coraje, Jack y Raleigh preferian pensar en lo que harian cuando regresaran de la expedicion. Estaban seguros de que el viaje los convertiria en ricos y famosos; sus fantasias seguian siendo mas propias de adolescentes que de jovenes. «Tenemos intencion de comprar motocicletas y disfrutar al maximo de unas buenas vacaciones en Devon, visitando a todos nuestros amigos y nuestros sitios preferidos»,30 dijo Jack.

Una manana fueron con Fawcett a comprar animales de carga a un rancho del lugar. Aunque Fawcett se quejo de que el dueno le «estaba timando», compro cuatro caballos y ocho burros. «Los caballos son bastante buenos, pero los burros estan muy fracos (debiles)», afirmo Jack en una carta a su familia, alardeando de la ultima palabra que habia aprendido en portugues. Jack y Raleigh pusieron inmediatamente nombre a los animales: una muia obstinada recibio el de Gertrude; otra, con la cabeza con forma de bala, Dumdum, y una tercera, de aspecto triste, acabo llamandose Sorehead («cascarrabias»). Fawcett compro tambien un par de perros de caza que estaban, segun dijo, «encantados con los nombres de Pastor y Chulim».31

Para entonces, la casi totalidad de los habitantes de la remota capital habian oido hablar de los famosos ingleses. Algunos contaron a Fawcett leyendas de ciudades ocultas. Un hombre dijo que recientemente habia llevado a la ciudad a un indigena de la selva que, tras ver las iglesias de Cuiaba, comento: «Esto no es nada; en mi selva hay edificios mucho mas grandes y majestuosos que estos. Tienen puertas y ventanas de piedra. El interior esta iluminado por un gran cuadrado de cristal abierto en una columna. Brilla con tanta intensidad que deslumbra a la vista».32

Fawcett agradecia cualquier vision que, por absurda que fuera, confirmara la suya. «No veo motivo alguno para alejarme ni un pelo»33 de la teoria de Z, escribio a Nina.

Por aquel entonces, Fawcett oyo la primera noticia sobre la expedicion del doctor Rice. Durante varias semanas, no se habia recibido comunicado alguno de la partida, que habia estado explorando un afluente del rio Branco, a unos dos mil kilometros al norte de Cuiaba. Muchos temian que los hombres hubiesen desaparecido. Pero un buen dia un radioaficionado de Caterham, en Inglaterra, capto con su receptor inalambrico senales en morse procedentes de las profundidades de la selva amazonica. El operador anoto el siguiente mensaje:

Progreso lento, debido a condiciones fisicas extremadamente dificiles. El personal de la expedicion supera los cincuenta miembros. Imposible utilizar el hidroavion debido al bajo nivel de las aguas. Se estan alcanzando los objetivos de la expedicion. Todos bien. Este mensaje esta siendo enviado con el sistema inalambrico de la expedicion. Rice.34

Otro mensaje informaba que el doctor Theodor Koch-Grunberg, el renombrado antropologo integrante de la partida, habia contraido la malaria y habia fallecido. El doctor Rice anuncio por medio de la radio que estaba a punto de utilizar el hidroavion, aunque antes seria necesario retirar la capa de hormigas, termitas y telaranas que cubria el panel de control y la cabina como si fuera ceniza volcanica.

A los hombres les preocupaba que ocurriria en caso de que tuviesen que efectuar un aterrizaje forzoso. Albert William Stevens, un destacado aeronauta y fotografo aereo de la expedicion, dijo a la RGS: «En caso de no sobrevolar una via fluvial, seria recomendable lanzarse en paracaidas antes de que el avion se estrelle contra los inmensos arboles de la selva; la unica esperanza para los paracaidistas seria entonces encontrar los restos del avion y asegurarse la provision de comida. Con un machete y una brujula, tal vez podrian abrirse camino hasta el rio mas proximo, construir una balsa y escapar. Una fractura en un brazo o en una pierna implicaria una muerte segura, por descontado».35

Finalmente, los hombres llenaron el deposito de combustible -suficiente para unas cuatro horas-, y tres miembros de la expedicion subieron a bordo del avion. El piloto puso en marcha la helice y el aparato empezo a deslizarse por el rio entre rugidos para luego alzarse hacia el cielo. Stevens describio la primera perspectiva de la jungla de la que disfrutaron los exploradores desde unos mil quinientos metros:

Las palmeras, dispersas por la selva, parecian centenares de estrellas de mar en el fondo del oceano […]. Salvo por las espirales, los mantos y las nubes de emanaciones brumosas ascendiendo desde numerosos arroyos ocultos, no se veia mas que selva sombria, de apariencia infinita, premonitoria en su silencio y su vastedad.36

Por lo general, el piloto y otro miembro de la partida volaban unas tres horas todas las mananas, antes de que la creciente temperatura exterior pudiera provocar un sobrecalentamiento del motor. Durante varias semanas, el doctor Rice y su equipo inspeccionaron miles de kilometros cuadrados de selva amazonica, una extension inconcebible a pie o incluso en barca. Los hombres descubrieron, entre otras cosas, que los rios Parima y Orinoco no compartian, como se sospechaba, las mismas fuentes.

En una ocasion, el piloto creyo ver algo moviendose entre los arboles y descendio hacia el dosel arboreo: habia una congregacion de indios «blancos» yanomami. El avion amerizo y el doctor Rice intento establecer contacto con los indigenas, ofreciendoles abalorios y panuelos. A diferencia de lo ocurrido en su anterior expedicion, los indigenas aceptaron sus ofrendas. Tras pasar varias horas con la tribu, el doctor Rice y su partida se dispusieron a abandonar la selva. La RGS pidio al operador de la Caterham que transmitiera «la felicitacion y los buenos deseos de la Royal Society».37

La expedicion, pese a la desafortunada muerte de Koch-Grunberg, supuso un logro historico. Ademas de los hallazgos cartograficos que efectuo: por primera vez pudo verse la region del Amazonas desde el otro lado del

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