Marten vacilo. Por mucho que ahora Rebecca parecia una mujer sana, adaptada a la realidad y sofisticada, en algun lugar de ella se ocultaba todavia lo que Dan Ford habia comentado y que Marten se temia: la idea de que su psicoterapia habia funcionado solo hasta cierto punto y que el minimo recordatorio del pasado podia desencadenar vivencias capaces de mandarla tambaleandose hasta su estado anterior.
Por otro lado, tampoco podia vivir en una urna y el debia considerarla lo bastante fuerte como para arriesgarse a contarle lo que estaba seguro que mas pronto que tarde descubriria.
– Rebecca, existe la posibilidad de que Raymond siga vivo y sea el responsable de lo ocurrido con Dan, Jimmy Halliday y los otros asesinatos.
– ?Raymond? ?El Raymond de Los Angeles?
– Si.
Marten pudo ver como se sobresaltaba. En su larga transicion de la enfermedad a la salud se habia enterado de buena parte de lo ocurrido en Los Angeles. Estaba al tanto de la fuga de Raymond del edificio del Tribunal Penal, de su asesinato a sangre fria de varios policias, entre ellos Red McClatchy, y de que el propio Nicholas habia estado a punto de caer cuando trataba de llevarlo frente a la justicia. Mas de una vez, y a pesar de la emocion de recuperacion y de la nube de medicamentos psicotropicos que le fue administrada inmediatamente despues, la doctora Flannery la animo a revivir su experiencia aterradora en las vias del almacen ferroviario. Sabia que para ella habia sido dificil y que lo poco que recordaba estaba impregnado de miedo y locura y lleno de fuego, sangre y horror. Pero no habia duda de que ella comprendia que Raymond habia estado en el centro de todo. Y como el resto del mundo, pensaba que estaba muerto.
– Si fue incinerado, ?como puede ser que siga vivo?
– No lo se. Despues del asesinato de Neuss, Dan se puso a investigar el tema. Jimmy Halliday tambien lo estaba haciendo, pero el llevaba mas tiempo en ello.
– ?Y crees que Raymond los ha matado a los dos?
– No lo se. Ni siquiera puedo decir seguro que esta vivo. Pero Alfred Neuss esta muerto, y tambien lo estan Jimmy y Dan… todos ellos se habian relacionado con el en Los Angeles. Aunque tu no lo recuerdes con claridad, estuviste alli en el almacen ferroviario. Lo viste y el te vio a ti. Y si esta en Paris, no quiero verte por aqui. -Marten vacilo: esto era algo en lo que no queria pensar, pero debia hacerlo-. Hay otra cosa -dijo-. Si se trata de Raymond, hay una probabilidad muy alta de que se haya sometido a una operacion de cirugia estetica, de modo que ahora ya no sabemos que aspecto tiene.
De pronto, el miedo asomo por la mirada de Rebecca:
– Nicholas, tu eres el que intento arrestarlo. Te conocera mejor que nadie. Si sabe que estas en Paris…
– Rebecca, deja que me asegure de que tu estas bien y luego me preocupare de mi mismo.
– ?Que quieres que haga?
– Supongo que si el senor Rothfels te ha mandado hasta aqui en su
– Si, en el Crillon.
– ?El Crillon?
– Si. -Rebecca se sonrojo y sonrio. El hotel Crillon es uno de los mas lujosos y caros de Paris-. Esta bien eso de tener un jefe rico.
– Estoy seguro. -Marten sonrio, y luego su sonrisa se desvanecio-. Le pedire al hermano de Nadine que te acompane al hotel. Cuando llegues, quiero que subas a tu habitacion, cierres la puerta y no le abras a nadie. Te reservare un billete de vuelta a Ginebra manana por la manana. Dile al conserje que disponga un coche del hotel para llevarte al aeropuerto. Asegurate de que el conserje conoce personalmente al chofer, y pidele que llame a la aerolinea y que disponga que el chofer se quede contigo hasta que embarques. Mientras tanto, yo llamare a los Rothfels y les pedire que alguien te espere en el aeropuerto y te lleve hasta Neuchatel.
– Estas asustado, ?no?
– Si, por los dos.
Rebecca estaba hecha un lio de sentimientos mientras Nicholas salia a buscar al hermano de Nadine. Si Dan Ford hubiera muerto por un accidente o por alguna enfermedad letal, estarian igual de devastados, pero de la manera en que habia ocurrido, tan rapida y horrible e inesperadamente, resultaba incomprensible. E incomprensible era tambien la idea de que Raymond siguiera vivo y estuviera provocando tanto terror, tantos meses despues y a tantos kilometros de distancia de donde todo empezo.
Sin embargo, con todo lo espantosa y abrumadora que resultaba la situacion, habia algo aparte que queria compartir desesperadamente con su hermano. Era sobre ella y su amor y luz de su vida, Alexander Cabrera, y lo importantes que se habian vuelto el uno para el otro. Y aunque su relacion habia sido un gran secreto, y a pesar del pacto de silencio que lady Clem compartia con ella, tenia la sensacion de que se acercaba el momento en el que Alexander cumpliria su promesa y le pediria que se casara con el y queria que Nicholas lo supiera de antemano.
En el pasado, el secretismo de su relacion habia sido divertido, un juego bravucon del escondite en el que el hermano mayor no sabia lo que la hermana pequena hacia. Pero ahora que su relacion con Alexander se estrechaba y los llevaba hacia lo inevitable, tenia la sensacion de estarle escondiendo deliberadamente algo a Nicholas y eso la hacia sentirse incomoda.
La velada de hoy habia sido un ejemplo perfecto. No le habia contado toda la verdad sobre la insistencia de Gerard Rothfels de que fuera en el avion privado de la empresa desde Suiza. Era cierto que Rothfels habia hecho los tramites, pero los habia hecho siguiendo las ordenes de Alexander. Y no habia sido un chofer de la empresa quien la habia recogido en el aeropuerto de Orly, sino Jean-Pierre Rodin, el chofer y guardaespaldas de Alexander. Ella habia tenido la esperanza de que fuera el propio Alexander quien fuera a recibirla en persona al aeropuerto, de modo que ella pudiera haber intentado convencerlo de que la acompanara para presentarle a su hermano, aun en aquellas circunstancias terribles, pero resulto que el se encontraba en Italia por trabajo y Jean-Pierre le dijo que no regresaria Paris hasta muy tarde aquella noche, asi que era un asunto de simple logistica y, por ahora, fuera de cuestion.
Y luego estaba Raymond y la duda de si contarle su historia a Alexander. Hacerlo despejaria el motivo por el que habia que estar preocupado, y mientras que tanto Clem como Alexander estaban al tanto de su crisis, ninguno de ellos sabia el detonante que la habia provocado, ni tampoco lo ocurrido para que saliera de ella.
La historia que les habia contado habia sido maquinada por Nicholas y por su psiquiatra, la doctora Flannery, antes de marcharse de Los Angeles. En ella decian que ella y Nicholas se habian criado en un pueblo pequeno de Vermont. Cuando ella tenia quince anos, sus padres murieron con una diferencia de dos meses y ella se marcho a California a vivir con su hermano, que estaba estudiando alli en la universidad. Al poco tiempo de llegar, un dia fueron a la playa con Nicholas y sus amigos. Ella y una muchacha del grupo se pusieron a pasear y, al cabo de un rato, vieron a un chico muy joven atrapado en una fuerte corriente que lo arrastraba mar adentro y que pedia ayuda a gritos. Rebecca mando a su amiga a buscar al socorrista y ella se lanzo al agua, nadando entre la fuerte corriente, hacia el chico. Cuando lo alcanzo, lucho con todas sus fuerzas entre el fuerte oleaje durante lo que le parecieron horas para mantener las dos cabezas fuera del agua hasta que llegaron los socorristas. Fue solo entonces cuando ella se entero de que el chico ya estaba muerto. Mas tarde le dijeron que probablemente ya estuviera muerto cuando lo alcanzo. De pronto, fue consciente de que todo aquel tiempo habia estado agarrada a un cadaver. Aquella idea, tan seguida de la perdida tan reciente de sus dos progenitores, la dejo en estado de
Asi, si ahora contaba lo de Raymond, apenas les podria contar lo del tiroteo en el almacen ferroviario y tendria que poner aquella carga sobre Nicholas. Tendria que contarle a Alexander que su hermano no solo conocia a Dan Ford de cuando era periodista de sucesos en Los Angeles, sino que, a traves de el, habia conocido tambien al detective Halliday, y que los dos habian estado muy involucrados en la investigacion de Raymond alli.
Ahora Ford y Halliday estaban muertos en Paris, y si su asesino era realmente el mismo Raymond, al que se creia muerto pero no lo estaba, habia muchos motivos para creer que podia ir tambien a por Nicholas. Y luego, a su vez, ir a por ella por miedo a que Nicholas le hubiera contado algo.
De modo que lo que ahora se preguntaba Rebecca era, ?por que alarmar a Alexander si Nicholas le habia dicho que no estaba en absoluto seguro de que el asesino hubiera sido Raymond, ni de que Raymond estuviera