Kitner, los Romanov o Jean-Luc Vabres, pero no encontro nada hasta que se tropezo con un sobre de nueve por doce centimetros marcado con la palabra kitner escrita a lapiz. Lo abrio y encontro una serie de fotocopias de articulos sobre Peter Kitner extraidas de las bases de datos de varios periodicos de todo el mundo. La mayoria incluian fotos del alto, distinguido y canoso Kitner y estaban en ingles, aunque habia varios en idiomas distintos: aleman, italiano, japones y frances. Un repaso rapido le dijo que la mayoria eran elogios de Kitner, su familia, su condecoracion como Sir de la corona britanica, la construccion de su imperio de comunicaciones desde sus origenes como hijo de un relojero suizo moderadamente adinerado. Por lo que podia deducir, no habia nada que pudiera indicar el motivo que lo llevaria a asistir a una cena en, honor de los Romanov, aparte del hecho de ser sir Peter Kitner y probablemente formar parte de la lista de privilegiados de miles de celebraciones sociales que tenian lugar por el mundo en cualquier momento. En cuanto al buscado segundo menu, o tal vez alguna referencia al mismo, o a Jean-Luc Vabres, no habia nada.

Finalmente, Marten volvio a guardar los recortes y cerro el archivador. Cansado y desanimado por no haber podido descubrir nada mas, se estaba levantando, dispuesto a meterse en la cama, cuando sus ojos se tropezaron con la agenda de Halliday y, de pronto, se pregunto si podia haber algo que se le hubiera pasado por alto en aquel amasijo caotico de papeles y de notas. Tal vez Halliday tambien se hubiera tropezado con los Romanov o con Kitner.

Abrio la agenda y volvio a repasarla, esta vez buscando expresamente alguna referencia a Kitner, a los Romanov, a Jean-Luc Vabres o a un menu.

5:20 h

Completamente agotado y sin haber encontrado nada, llego a la ultima pagina de la agenda. Las unicas paginas todavia intactas de esta revision eran los papeles sueltos embutidos en la cubierta trasera, que habia empezado a mirar antes. Dio un fuerte suspiro e hizo un ultimo esfuerzo y las volvio a sacar. Vio las mismas fotos de los ninos de Halliday y los cheques de viaje que habia visto antes, y luego el billete electronico de Halliday y su pasaporte. Sin ningun motivo especial, abrio el pasaporte. La foto de Halliday se lo quedo mirando. La observo unos segundos, se dispuso a cerrarlo y no lo hizo. Algo lo atrajo hacia los ojos de Halliday. Era casi como si el detective asesinado lo estuviera llamando desde el otro lado, tratando de decirle que siguiera buscando. Pero ?donde? Lo habia mirado todo, no habia nada mas. Poco a poco, Marten cerro el pasaporte, lo puso con el resto de papeles y luego empezo a meter otra vez los papeles en la solapa. Fue entonces cuando vio el bulto raro en el que el soporte de carton de la parte de calendario de la agenda habia sido metido por dentro de la solapa de piel de la cubierta. Penso que el bulto era tan solo que el carton se habia arrugado y trato de alisarlo, para que los papeles entraran mas facilmente en el bolsillo. Pero no lo logro.

– Maldita sea -blasfemo, cansado de intentarlo. Entonces se dio cuenta de que el bulto no era una arruga del carton sino algo mas. Saco todo el carton y abrio el bolsillo de la solapa de piel. Dentro vio un pequeno paquete de tarjetas de tres por cinco atadas con una goma elastica. Rapidamente saco el paquete y le quito la goma. Las tarjetas se abrieron. En medio habia un solo disquete de ordenador.

Marten sintio que el corazon se le aceleraba. Respiro hondo una vez y otra y encendio el ordenador de Armand. Metio el disquete y lo selecciono. El unico archivo que contenia se llamaba Tonterias, como si fuera algun tipo de juego de ordenador, o de archivo con chistes que alguien le hubiera pasado a Halliday y el se lo hubiera guardado en la solapa de la agenda y se le hubiera olvidado.

Desanimado, selecciono de todos modos el archivo. Una decima de segundo mas tarde se le abrio en la pantalla y su desanimo se disipo.

– Dios mio -suspiro. TONTERIAS era una copia del expediente de Raymond que habia desaparecido del archivo de detenciones del LAPD. En el habia fotos claras de frente y de perfil y sus huellas digitales. Por la informacion que tenia Marten, estas eran las unicas copias de sus huellas digitales que seguian existiendo.

5:50 h

Marten saco bruscamente el archivo del ordenador y lo apago. Luego volvio a guardar el disco entre las tarjetas, las volvio a atar con la goma elastica y las metio de nuevo en la agenda de Halliday, que ato a su vez con las gomas mas grandes. La pregunta era que haria ahora. Tenia que dormir, al menos un rato, pero tambien tenia que proteger aquella informacion. Entonces se acordo del patio que habia junto al comedor del apartamento de Armand, que estaba en una planta baja.

Se levanto rapidamente, cogio la agenda de Halliday y el archivador de Ford, abrio la puerta con cuidado y salio al pasillo a oscuras.

48

Al cabo de unos segundos Marten entro en el comedor y miro el pequeno patio que separaba el edificio de Armand del vecino a traves de los grandes ventanales. No era mucho, pero era suficiente, en especial si la policia -con Kovalenko, que ya desconfiaba de el, y una vez registrado el apartamento de Dan Ford palmo a palmo con un equipo cientifico- tenia alguna sospecha de que algo no estaba bien, o faltaba, o no estaba como deberia estar y venia a hacer preguntas, tal vez incluso con una version francesa de una orden de registro.

Era un americano que vivia en Inglaterra, atrapado en una serie de asesinatos turbios en Francia, y conocia a dos de las victimas personalmente. Si la policia encontraba el material de Ford y Halliday en sus manos, Lenard no solo lo arrestaria de inmediato por ocultar pruebas, sino que se pondria lo bastante furioso como para mandar su foto y sus huellas a la Interpol para ver si habia alguna orden de captura contra el en otros paises. ?Y quien sabe si sus amigos del LAPD no habian sacado ya un aviso de busqueda de Codigo Amarillo/Persona desaparecida en la Interpol, con la esperanza remota de que alguien pudiera identificarle? Y entonces ?que? Todo saldria a la luz; quien era, donde estaba, la situacion de Rebecca, todo. Hasta Hiram Ott en Vermont podia quedar expuesto y ser denunciado por haber pasado ilegalmente la identidad de un muerto a otra persona.

Y entonces ocurriria lo que habia temido antes. En muy poco tiempo, pene VerMeer o algun otro enviado o enviados llegarian a ejecutar la venganza por aquellos que en el LAPD seguian considerandolo todavia responsable de las muertes de Polchak, Lee y Valparaiso y por destruir la brigada. Era algo que no podia permitir que pasara. Por otro lado, seguia siendo su guerra. Lo que habia descubierto en los archivos de Dan Ford y en el disquete de Halliday le acercaba mas que nunca a ella.

La esposa de Armand conservaba su pequena cocina limpia y bien ordenada, y a Marten le llevo muy poco tiempo encontrar lo que buscaba, una caja de bolsas de basura opacas. Saco una, metio dentro la agenda de Halliday y el archivador de Ford, la cerro con una goma elastica y volvio a entrar en el comedor. Alli encendio una lamparita, abrio las puertas de cristal y salio al frio aire de la madrugada. Con la tenue luz de la lampara podia ver el patio, que media apenas cuatro por siete metros, con un muro de tres metros de altura al fondo que lo conectaba a los edificios de apartamentos de ambos lados. El propio muro estaba lleno de parras desnudas con unos cuantos arbustos perennes delante y una fuente grande de ladrillo que en invierno no se usaba, muy arriba.

Avanzo cinco pasos y Marten alcanzo el muro y empezo a treparlo. Sus ojos empezaban a acostumbrarse a la oscuridad y podia ver un callejon estrecho al fondo con varios cubos de basura en el suelo, inmediatamente debajo. Se giro un poco y miro en la fuente. Aparte de unas cuantas hojas caidas que tenia acumuladas al fondo, estaba vacia. Rapidamente, metio la bolsa de basura dentro y la tapo con las hojas. Entonces se dio la vuelta y salto al suelo.

El cielo estaba todavia oscuro cuando volvio a entrar en el apartamento y cerro la puerta del patio. Al cabo de tres minutos estaba en el sofa, en el despacho de Armand, tapado con una manta y con la cabeza apoyada en la almohada. Tal vez se hubiera protegido de la policia, tal vez no. Tal vez ni siquiera llegaran a venir y hubiera sido demasiado cauto. Al menos tenia la tranquilidad de saber que los archivos de Dan y la agenda de Halliday estaban

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