Ahora todos corrian: Mami, Barron, Red, Polchak, Valparaiso, Halliday, todos corrian con sus armas levantadas.

La puerta del conductor del taxi se abrio. Al instante, Barron sujeto a Mami, a la que inmovilizo con un placaje rapido antes de caer con ella sobre el cesped de la acera.

Red se ocupo de la puerta del taxi y la abrio de un manotazo con su Smith & Wesson lista para disparar.

– ?Quieto o disparo!

Darlwin pego un fuerte aullido, apartandose aterrorizada del arma de Red. Detras de ella, la puerta del copiloto se abrio de golpe y Valparaiso avanzo con su escopeta, dispuesto a vaciar su cargador en la cabeza de Raymond. Pero lo unico que consiguio fue mandar a Darlwin gritando otra vez al asiento de delante, hacia Red. Luego Polchak abrio otra puerta y Halliday arranco la cuarta de un manotazo.

Raymond no estaba. Solo Darlwin, gritando, llorando, muy asustada.

Rapidamente, Red le hizo un gesto hacia su madre:

– Mami -le dijo-. Ahi esta Mami.

De pronto, Mami se separo de Barron y corrio hacia el taxi. Y entonces ella y su hija se fundieron en un abrazo, asustadas, llorando.

– ?Sacalas de aqui! -le grito Red a Barron.

Barron actuo rapidamente y llevo a las mujeres lejos del taxi. Al mismo tiempo, Polchak y Valparaiso se acercaron a la parte trasera del mismo. Valparaiso hizo palanca con el rifle y Polchak revento el cerrojo del maletero. Lo unico que habia era la rueda de recambio del coche y unas cuantas herramientas.

– ?Hoy debe de ser el puto dia de los inocentes! -dijo Polchak, volviendose asqueado.

– Pero estamos en marzo -dijo Halliday, en voz baja.

Valparaiso se guardo el rifle bajo el brazo.

– ?Cuando cono ha salido del coche? ?Donde cojones…?

Al final de la manzana, los tiradores bajaron sus rifles y retrocedieron. Poco a poco, por las ventanas iban asomando cabezas, las puertas se iban abriendo. La gente salia a los pequenos parterres de cesped de delante de los bloques de apartamentos, senalando los coches patrulla, hablando entre ellos.

Red levanto la vista hacia el helicoptero que todavia esperaba y se paso una mano por el pelo; luego se acerco adonde estaba Barron, que trataba de consolar a Darlwin y a su madre.

– Cuentanos lo que ha ocurrido -dijo, con voz amable.

– Cuentaselo, carino -repitio su madre, sosteniendole la mano con fuerza y secandole las lagrimas con la otra mano.

– Justo cuando… empezabamos a correr -consiguio decir Darlwin entre sollozos-, luego el tipo me mira… quiere saber si… si yo se… conducir… y le digo que… claro que se. Y me dice… pues ponte al volante y vete a tu casa. No pares por nadie y no abras la puerta… hasta que llegues. Luego el salio… y yo no queria llevarle la contraria… a un loco como ese. He hecho lo que me decia.

– ?Donde ha bajado? ?Te acuerdas? -El tono de Red McClatchy era tranquilo y amable, como si hablara con su propia hija.

– ?Donde ha bajado, carino? -la apremio la madre-. Diselo al senor, venga.

Darlwin levanto los ojos, tratando de reprimir las lagrimas que no dejaban de caerle.

– Como he dicho… ha sido al principio… habiamos bajado una manzana y habiamos girado por la primera calle… desde el juzgado… no se exactamente que calle es. -Movio la cabeza a ambos lados-. Ha parado el coche y se ha marchado.

– Gracias, Darlwin -dijo Red. Miro a Barron y luego se volvio y vio a sus otros detectives agrupados, expectantes, como si el estuviera a punto de revelarles el paradero de Raymond y asi lavar la mancha de verguenza que pendia sobre sus cabezas. Pero lo que obtuvieron, en cambio, cuando se les acerco, fue una buena dosis de frustracion-. Una manzana mas abajo y al doblar la esquina del juzgado, caballeros. Los pocos segundos que ha estado fuera de nuestra vista los ha sabido utilizar. Ha parado el taxi y se ha largado. Y le ha dicho a la chica que se fuera a casa.

Red se miro el reloj y luego miro rapidamente a Polchak.

– Nos lleva mas de una hora de ventaja y tenemos que recuperar este tiempo. Pon una orden de busqueda por toda la ciudad y que lo traten como muy peligroso. Quiero a todos los detectives disponibles y a todas las patrullas peinando la zona entre el Tribunal Penal y la autopista de Santa Monica, y entre Alvarado Street y la autopista de Santa Ana. Que manden su foto a todos los periodicos y cadenas de tele y que la envien por fax a todas las terminales de bus y tren, companias de taxi y empresas de alquiler de coches de la ciudad, con la peticion de que nos lo hagan saber de inmediato si lo ven, o si ya lo han visto. Y, por si acaso se nos escapara del todo, que faciliten su foto y su descripcion a la policia de Londres, para que puedan estar al tanto si desembarca de cualquier vuelo de llegada.

Red levanto la vista hacia el helicoptero, que todavia esperaba, se puso las manos encima de los oidos y se volvio hacia Valparaiso.

– ?Me estoy volviendo sordo con ese estruendo de ahi arriba! Manda al Air 14 a casa y diles que se mantengan en alerta por si hay novedades. ?Da prioridad a averiguar quien cono es ese Raymond! ?En que lugar de Chicago estaba, y por que! ?Por Dios!

La siguiente peticion fue para Halliday.

– Consigue toda la informacion de Darlwin, y se amable. La pobre chica ha vivido una situacion muy traumatica.

Luego Red se volvio y miro a Barron.

– Tu y yo nos vamos a dar una vuelta.

9:19 h

29

– Habla conmigo.

Red hizo marcha atras con el Ford de camuflaje, rodeo un coche patrulla aparcado y luego acelero hacia la calle en direccion al centro urbano.

– ?Sobre que? ?Sobre Raymond? No se nada mas de el de lo que…

– Sobre Donlan. -Red miro a Barron con atencion, con la rabia y la frustracion que unos segundos antes sentia, ahora aparcadas.

– ?Que quiere que le diga de el?

Delante de ellos el semaforo cambio de amarillo a rojo. McClatchy encendio la sirena, piso el acelerador y lo paso igualmente.

– Eligiendo a John Barron elegimos a un detective joven y excelente. Un hombre capaz de reducir a un asesino a quien nadie mas en todo el puto departamento habia sido capaz de echar el guante.

– No se de que me habla.

Los ojos de McClatchy se volvieron hacia John.

– Si lo sabes, John. Estas preocupado por lo que ocurrio con Donlan. Me di cuenta ayer. Y todavia puedo notarlo hoy. Ya lo teniamos bajo custodia, de modo que te debes de preguntar, ?por que? ?Cual era el motivo? ?Por que lo hicimos?

Barron no respondio y McClatchy volvio a mirar a la carretera.

– Y yo te digo: de acuerdo, vamos a averiguarlo.

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