Beretta de 9 mm en la mano y apuntaba directamente al pecho de Miller.

– ?Policia, no se mueva! -Los ojos de Valparaiso estaban clavados en los de Miller.

Al mismo instante, Barron y Halliday empezaron a avanzar pasillo arriba desde detras, con los revolveres levantados y listos para disparar.

– ?Deje la pistola o mato al revisor aqui mismo! -grito Miller a Valparaiso, luego se aparto abruptamente y apunto la pistola a Barron y Halliday.

– ?Ya basta! -grito.

Los policias se quedaron inmoviles alli donde estaban.

– ?Baje el arma, ahora! -grito Valparaiso.

De pronto Miller se volvio hacia Bill Woods.

?Puuuum!

Un disparo atronador sacudio el vagon y la cabeza de Bill Woods estallo, salpicando a su esposa y a los pasajeros que estaban mas cerca con trozos de cerebro y de sangre antes de caer al suelo girando sobre si mismo. Los gritos de Vivian Woods fueron ahogados por los chillidos de otros pasajeros. Algunos, cerca del fondo, salieron en estampida hacia la puerta de atras, desesperados por huir. De inmediato, Miller giro el Colt hacia Vivian.

– ?Deje el arma, poli! -dijo Miller, mirando a Valparaiso. El vagon entero enmudecio.

8:36 h

Barron avanzo un poco entre los pasajeros aterrorizados, tratando de obtener un buen campo de vision. Miller lo vio:

– ?Quiere que mate a alguien mas?

Miller estaba excitadisimo, sus ojos eran poco mas que dos puntos ardientes que parecian hundirsele hacia el craneo.

– ?Baja el arma, Donlan! -ladro Valparaiso, con el dedo deslizandose por el gatillo de su Beretta.

– ?No, bajala tu! ?Bajadla los tres, malditos hijos de puta! -La mano de Miller salio disparada y agarro a Vivian por el pelo, arrastrandola hacia el y con el Colt bien apoyado bajo el menton de la mujer.

– ?Oh, Dios mio, no! -grito Vivian aterrorizada.

– ?Bajad las armas ahora mismo!

?Donlan! Aquel nombre impacto en Raymond como una flecha. Dios mio, el tipo no se llamaba Miller, sino Donlan, y era al que habian estado buscando todo el tiempo. ?No a el!

Valparaiso miro a Barron y Holliday, al otro lado del pistolero, y luego abrio lentamente los dedos y dejo caer su arma al suelo.

– ?Tiremela hacia aqui con el pie! -ladro Donlan.

Valparaiso lo miro; luego avanzo un pie y empujo su automatica hacia Donlan.

– ?Y ahora vosotros dos! -Se volvio Donlan, mirando ahora a Barron y Halliday, en el pasillo de detras de el.

– Hazlo -mascullo Halliday. Dejo caer su Beretta el primero. Barron vacilo. Estaba de pie, un poco de lado, en el pasillo, y veia a la madre aferrada al nino del oso de peluche. La joven que antes se sentaba a su lado estaba atonita contra la ventana, con el rostro contraido por el horror. Este era el drama que habia visto venir, el terror que estaba en el aire incluso antes de empezar. Pero no podia hacer nada sin poner en peligro mas vidas. Dejo caer la Beretta y oyo como golpeaba el suelo a sus pies.

– Ray -dijo Donlan, mirando de pronto a su companero de juego-. Quiero que recoja las armas y las tire por la ventana, y luego vuelva a mi lado. -Le dio la orden con mucha calma y con un tono lleno de cortesia.

Raymond vacilo.

– ?Ray, haga lo que le he dicho!

Raymond asintio con un gesto de la cabeza y, con todas las miradas del vagon puestas en el, recogio lentamente los revolveres y los tiro por la ventana del tren, luego anduvo hacia donde estaba Donlan. Se esforzo por no sonreir. Aquello era una suerte caida directamente del cielo.

8:38 h

De pronto, el pistolero se volvio hacia el revisor:

– Pare el tren. Hagalo ahora mismo.

– Si, senor.

Tembloroso, horrorizado, el revisor saco un fajo de llaves de su cinturon, bajo por el pasillo en direccion a Valparaiso y metio una de las llaves en la ranura que habia encima de la puerta. Dudo un momento y luego la hizo girar.

12

Cincuenta metros mas alla las luces de emergencia se pusieron a bailotear por el panel de control del Chief mientras los frenos de emergencia se disparaban automaticamente. Al mismo tiempo, un pitido de aviso se disparo sobre la cabeza del maquinista. Sintio una sacudida al engancharse los frenos; luego, por debajo de el se oyo un chirrido tremendo de acero contra acero: eran las ruedas deslizandose bloqueadas por encima de las vias.

La sorpresa, el panico, el miedo y el caos total reinaron en el interior de los vagones de pasajeros a lo largo de todo el tren. Maletas, bolsas, moviles, ordenadores portatiles y todo tipo de objetos se precipitaron hacia delante en un huracan desatado de desechos aereos, acompanados de una sinfonia de gritos y de chirrido del acero. Algunos pasajeros chocaron contra los respaldos y los reposacabezas. Otros, a los que el frenazo habia sorprendido de pie, salieron disparados contra el suelo del pasillo. Y todavia otros lograron aguantarse con todas sus fuerzas, abrazados contra el enorme impulso del tren de mas de medio kilometro, mientras el Chief resbalaba y resbalaba. Finalmente, por suerte, se detuvo, y por un momento brevisimo todo quedo sumido en el silencio.

Dentro del vagon 39002 el silencio fue interrumpido por una sola voz, la de Donlan:

– Abra la puerta.

Estaba mirando a Raymond.

Estupefacto ante el giro de los acontecimientos, Raymond rodeo al revisor, se dirigio a la puerta y tiro de la manecilla de emergencia. Se oyo un chirrido hidraulico y la escalerilla bajo hasta el suelo. Miro hacia fuera. El tren estaba detenido en una amplia explanada de almacenaje de la compania ferroviaria, a menos de setecientos metros de la estacion, en medio de lo que parecia una enorme zona industrial. Raymond sentia los latidos de su corazon. Dios mio, que facil era. Donlan se escaparia; la policia lo perseguiria. Lo unico que tenia que hacer era recoger su maleta y marcharse. Esta vez si sonrio, con una sonrisa ancha y para el mismo, y luego retrocedio rapidamente, esperando que Donlan saltase a su lado para recuperar la libertad. Pero en vez de hacerlo, Donlan solto el pelo de Vivian Woods y cogio el suyo.

– Creo que sera mejor que me acompane, Ray.

– ?Como? -grito este, incredulo.

Entonces sintio el tacto frio del Colt de Donlan debajo de la oreja. Estaba horrorizado. Dios le habia prometido salvacion, ahora Donlan se la quitaba. Trato de separarse de el, pero era mas fuerte de lo que parecia y lo puso de nuevo en su lugar.

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