trasladado a Washington. Y probe alli.

– Pues no me dieron el mensaje.

– ?No?

– No.

Halliday miro el local, y luego otra vez a Ford:

– John y yo tenemos que hablar, Dan. Quiero encontrarlo.

Ford no iba a dejarse presionar:

– No lo he visto desde Los Angeles. Ojala pudiera ayudarte, pero no puedo. Lo siento.

Halliday siguio mirando a Ford un buen rato y luego desvio la vista otra vez.

Ford tomo un trago del Burdeos. Estaba claro que Halliday sabia que mentia, y antes se lo hubiera dicho, pero ahora se limito a quedarse alli sentado, copa en mano, contemplando distraidamente como el local se iba vaciando de clientes a medida que se terminaba la hora del almuerzo.

Ford no sabia que pensar. Tal vez Halliday estuviera simplemente hecho polvo: el golpe enorme que habia significado el desastre de la 5-2, seguido del denigrante traslado a la division de Trafico del Valle; y luego, encima de todo, su divorcio y la perdida de sus ninos. Tal vez lo unico que quisiera de Barron fuera un poco de camaraderia. Sentarse con el y hablar de las cosas con el unico miembro de la brigada que seguia con vida. Por otro lado, tal vez considerara a Barron culpable de todo lo ocurrido y este fuera el motivo de su visita. Tal vez incluso se hubiera inventado el rollo de la compania de seguros. El asesinato de Neuss y el hecho de que Dan Ford se encontrara en la misma ciudad eran la excusa perfecta.

– Necesito dormir un poco, Dan. -Halliday se levanto de repente-. ?Cuanto es todo esto?

– Ya me ocupo yo, Jimmy.

– Gracias. -Halliday apuro su copa y luego la dejo en la mesa y se inclino hacia Ford.

– Quiero hablar con John. Esta noche, manana como maximo. Estoy en el hotel Eiffel Cambronne. Se lo dices, ?vale? Dile que tiene que ver con Raymond.

– ?Raymond?

– Tu diselo, ?eh? Dile que necesito su ayuda. -Halliday miro a Dan Ford unos instantes mas y luego, bruscamente, se volvio y se encamino hacia la puerta.

Ford se levanto rapidamente, dejo un par de billetes de veinte euros sobre la mesa y siguio a Halliday hasta el exterior, donde brillaba un fuerte sol de tarde.

25

Ni Dan Ford ni Jimmy Halliday habian advertido la presencia de un hombre barbudo y corpulento que estaba sentado solo a una mesa cercana a la puerta cuando salieron. Ni tampoco lo vieron salir a la calle y colocarse detras de ellos, para escuchar inocentemente mientras Ford metia a Halliday en un taxi y le daba al taxista el nombre de su hotel. Ni tampoco Dan Ford se dio cuenta de que lo estaban siguiendo mientras andaba rapidamente hacia la estacion de metro de la Place de la Madeleine, al tiempo que se sacaba el movil del bolsillo.

Ni tampoco habian advertido su presencia momentos antes, cuando estaba sentado en un banco del Pare Monceau y echaba comida a las palomas, observando mientras ellos examinaban la escena del crimen con Lenard, hasta que el detective parisiense recibio la llamada y se marcho repentinamente. No habian advertido, tampoco, que los habia seguido hasta la salida del parque y los vigilo mientras tomaban un taxi, para luego seguirlos en su propio taxi hasta L'Ecluse Madeleine.

El hombre de la barba paso diez segundos mas en la acera, frente a L'Ecluse, fingiendo que trataba de decidir que hacer a continuacion y asegurandose que no se notaba que habia seguido a los americanos hasta la calle. Finalmente se volvio y anduvo hacia el fin de la manzana, desapareciendo entre la manada de transeuntes que abarrotaban la Place de la Madeleine.

Se llamaba Yuri Ryleev Kovalenko. De cuarenta y un anos de edad, era investigador de homicidios para el Ministerio de Justicia ruso y se encontraba en Paris a peticion de su gobierno, para colaborar en la investigacion del asesinato de Alfred Neuss. Oficialmente, formaba parte del equipo frances de investigacion de homicidios, pero no tenia poderes policiales y respondia al oficial superior de investigaciones, Philippe Lenard, un hombre que le demostraba toda la cortesia profesional pero que lo mantenia a poca distancia, que lo incluia cuando queria y, cuando no, le daba solamente la informacion minima indispensable.

La actitud de Lenard era comprensible bajo dos puntos de vista. El primero era que el crimen habia tenido lugar en su ciudad y se esperaba que fuera su agencia la que lo resolviera. El segundo era que la solicitud francesa de un investigador ruso habia sido iniciada por el gobierno ruso a traves de su Ministerio de Asuntos Exteriores, siendo la invitacion francesa una cortesia de tipo diplomatico para evitar que el caso pareciera tener cualquier significado internacional; en cambio, seria contemplada como una simple peticion de colaboracion en el caso del asesinato de un antiguo ciudadano ruso. En efecto, Lenard habia recibido un caso politico disfrazado de detective ruso, y se le habia dicho que lo hiciera plenamente participe de sus investigaciones, sin darle ninguna explicacion mas. Todo esto hacia que sus relaciones fueran un poco tensas y era uno de los motivos por los cuales Kovalenko todavia no habia sido presentado al periodista del Los Angeles Times Dan Ford, ni tampoco fue incluido cuando Lenard llevo a Halliday a estudiar la escena del crimen en el Pare Monceau.

No habia sido invitado, tal vez, pero no habia ninguna norma que impidiera a un visitante de la ciudad ponerse unas gafas oscuras y sentarse en un banco del parque a alimentar a las palomas, mientras observa distraidamente lo que ocurre a su alrededor.

Hacerlo le dio la oportunidad de aprender algunas cosas de Halliday. Se entero del aspecto que tenia, que le gustaba o necesitaba beber, y el nombre del hotel en el que se hospedaba. Ademas, hubo un regalo en su mision: cuando Dan Ford llego al parque iba acompanado de un segundo hombre, y al ver que habia policia, Ford hablo de inmediato con su acompanante y luego se dio la vuelta y se alejo. Kovalenko se pregunto quien seria aquel hombre y por que el periodista lo habia escondido tan rapidamente cuando vieron a la policia. Teniendo en cuenta que acompanaba a Ford, resultaba prudente suponer que estaba interesado en el crimen, sin embargo, Ford no habia querido que lo vieran. Pero ?quien? ?Lenard o Halliday? ?O tal vez ambos?

Lo interesante era el conjunto de la situacion: como Lenard habia decidido excluirlo de su reunion con Halliday, un antiguo detective del LAPD que se habia ocupado del caso Neuss en Los Angeles; la aparicion de Ford, un periodista de la prensa escrita que tambien se habia encargado del caso en Los Angeles; y el comportamiento extrano del tipo que habia acompanado a Ford hasta el parque. Todo eso llevaba a Kovalenko a creer que el asesinato de Alfred Neuss era algo mas que el homicidio con robo que parecia y suponia una ampliacion de lo ocurrido en America casi un ano antes. Que era de entrada el motivo que lo habia llevado hasta Paris.

Algo que muy pocos conocian -el ministerio ruso de Justicia y, ahora, la Prefectura de Policia de Paris- era el hecho de que Alfred Neuss era un antiguo ciudadano ruso. Y tambien lo fueron los hermanos Azov, los sastres de Chicago muertos acribillados por el infame Raymond Oliver Thorne poco antes de subir al tren que lo llevaria hasta Los Angeles. Ademas, dos hombres mas de ascendencia rusa habian sido asesinados en America en los dias anteriores a la visita de Thorne a Chicago; uno de ellos un director de banco de San Francisco, el otro un conocido escultor de Mexico D.F.; ciudades que, segun banda magnetica del pasaporte de Thorne, el habia visitado en las fechas en que ocurrieron los asesinatos. Cuatro antiguos ciudadanos rusos asesinados con dias de diferencia. El quinto, a quien Thorne habia intentado acceder cuando perecio en el intento, era Alfred Neuss. El hecho de que el joyero de Beverly Hills se encontrara en Londres en aquel momento, sin duda le habia salvado la vida. El problema era que el supuesto autor de la mayoria de estos crimenes estaba muerto, su cadaver habia sido incinerado y su autentica identidad y el motivo de sus crimenes no se aclaro nunca.

Debido a esto, Moscu habia mandado a investigadores rusos a Estados Unidos para trabajar con la policia local y determinar si los asesinatos formaban parte de una conspiracion organizada contra antiguos ciudadanos. Con aprobacion federal, el LAPD permitio a los rusos el acceso al contenido de la bolsa de Raymond encontrada en el tren. Despues de examinarlo detenidamente, dicho contenido -las llaves de la caja fuerte, las referencias manuscritas de Raymond a Londres, a la casa de Uxbridge Street, a la embajada rusa, al Penrith's Bar e I.M., y la

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