referencia del 7 de abril/Moscu- seguia siendo tan misterioso para ellos como para cualquier otro. Y aunque se habia demostrado que la Ruger automatica era el arma del crimen de los hermanos Azov en Chicago, no habia sido utilizada en los asesinatos de San Francisco ni de Mexico D.F. Asi, si Raymond Thorne habia cometido aquellos crimenes, no habia pruebas directas que lo incriminaran. Su muerte, cremacion y la ausencia de cualquier otra informacion habia acabado con cualquier esperanza de comprobarlo, y el caso y su documentacion posterior habian sido archivados en un enorme almacen moscovita que contenia los expedientes de otros asesinatos sin resolver. Y entonces Alfred Neuss fue cruelmente torturado y asesinado en Paris por una persona o personas desconocidas, el caso volvio a abrirse y tambien la investigacion asignada a Kovalenko.

Si alguien le hubiera preguntado directamente, el hubiera respondido que el robo y asesinato de Neuss y los asesinatos previos de America eran un caso de razhorka, un ajuste de cuentas violento. Por que motivo, no tenia ni idea. Ademas, ahora no habia pruebas concluyentes, ni tampoco antes las habia habido, para demostrar esta teoria.

Sin embargo, el asesinato de Neuss habia renovado el interes, no solo del ministerio de Justicia ruso y de la Prefectura de Policia de Paris, sino del detective de homicidios del LAPD retirado y del periodista del Los Angeles Times que anteriormente se habian encargado de investigar el caso Neuss desde sus ambitos respectivos.

En Rusia, los periodistas extranjeros y sus amigos y actividades estaban casi siempre bajo sospecha porque se los suponia elementos de la inteligencia de sus paises de origen, y en la mente de Kovalenko no habia motivo para cambiar de mentalidad por el hecho de encontrarse en Paris. Lo que Ford y Halliday habian estado hablando en L'Ecluse no tenia modo de saberlo, e igualmente misteriosa era la identidad del amigo de Ford del parque, y el motivo por el que habia actuado como lo hizo.

No habia razon para creer que los investigadores rusos enviados a America en un primer momento habian sido privados de informacion. Por otro lado, puesto que el permiso que se les otorgo para examinar pruebas y hablar con la policia local procedia de Washington, no estaba fuera de cuestion suponer que no se los habia informado de todo. El conjunto, y teniendo en cuenta la experiencia rusa con la prensa extranjera y las acciones de Ford en el parque, despertaba la curiosidad y el interes de Kovalenko, que se dijo que tal vez Ford fuera el hombre clave, un hombre alrededor del cual giraran los acontecimientos. Y por tanto, alguien a quien habia que vigilar, y de cerca.

26

Apartamento de Dan y Nadine Ford en la rue Dauphine.

El mismo jueves 14 de enero. 20:40 h

– Halliday no ha hablado de Raymond porque si. No ha pedido mi ayuda porque si. -Nicholas Marten se reclinaba por encima de la mesa del pequeno comedor de Ford.

Marten habia visto a Ford y Halliday cruzar la calle juntos desde de Pare Monceau y esperar un taxi, como Ford espero que ocurriera, entendiendo que la maniobra era una senal para que cogiera el Citroen y saliera de alli. Y asi lo habia hecho para ponerse a dar vueltas por la ciudad, conduciendo en circulos hasta que finalmente encontro el domicilio de Ford en la rue Dauphine, lo cual sorprendio solo un poco a la esposa de Ford, la coqueta Nadine, puesto que habia sido avisada de que iria. Aunque empezaba a notar los efectos del embarazo, le dio la bienvenida de inmediato, le preparo un bocadillo y le sirvio una copa de vino, y se quedo conversando con el hasta que su marido llego a casa, todo con carino y alegria porque sabia que era el mejor amigo de Dan en todo el mundo.

Y ahora esos dos intimos amigos discutian durante la cena en el pequeno apartamento de Dan Ford. Marten estaba decidido a llamar a Halliday y a enterarse de lo que sabia de Raymond. Ford, en cambio, queria que se marchara de Paris de inmediato y que no volviera hasta que Halliday se hubiera marchado.

Tal vez Marten le hubiera escuchado si no hubiera visto a Halliday en el Pare Monceau, examinando la escena del crimen de Neuss con Lenard, de la misma manera que lo habia visto hacer en el crimen de Josef Speer en MacArthur Park con Red, el mismo y el resto de la brigada. Era una imagen que no se le podia borrar de la cabeza, ni tampoco podia deshacerse del mar de recuerdos que la acompanaban. Recuerdos que le hacian ser consciente de lo enorme que era todavia su sentimiento de culpa, no solo por la gente inocente que habia muerto por la manera erronea en que habia juzgado a Raymond, sino tambien, aunque lo hiciera en defensa propia, porque el fue quien acribillo a Roosevelt Lee y a Marty Valparaiso en las vias del tren. La durisima visualizacion de aquella escena era ahora tan real que casi podia sentir el olor acre de la polvora encima de la silla en la que se sentaba.

La presencia de Halliday lo habia resucitado todo y, de alguna manera, tenia que enfrentarse a ello, finalmente y de una vez por todas. Hablarlo. Sacarlo. Llorar. Gritar. Enfurecerse. Lo que hiciera falta para, de alguna manera, superarlo. Por eso tenia que hablar con Jimmy Halliday. El era la unica persona en la Tierra que lo entenderia porque, cuando todo ocurrio, estaba con el.

– ?Y si el motivo por el que ha hablado de Raymond y ha pedido tu ayuda no fuera mas que un cebo? -Dan Ford poso su taza de cafe y se separo un poco de la mesa-. Puede ser una manera de darte algo lo bastante fuerte para tentarte a extender la mano y llamarlo.

– ?Crees que me quiere tender una trampa?

– ?Como sabes que no ha sido el quien empezo toda la campana en el LAPD contra ti? Y aunque no lo fuera, desde entonces ha perdido a sus amigos, su autoestima, su trabajo y a su familia. Tal vez este al corriente de lo que hemos averiguado sobre Raymond. Quiza sepa incluso mas y te lo quiere contar. Pero entonces, ?que pasa si te considera culpable de todo ello y viene a buscar justicia? ?Quieres correr ese riesgo?

Marten lo miro atentamente y luego desvio la vista. Ford solo estaba tratando de protegerle, lo sabia, lo mismo que habia hecho antes, al volver del aeropuerto y cuando vieron a Halliday en el parque. Y tal vez tuviera razon para hacerlo, pero habia algo en lo que se equivocaba. Por muy abajo que estuviera Halliday, el no habria sido nunca el incitador de la guerra contra Marten. Tal vez Dan Ford adivinara lo que habia ocurrido en el almacen ferroviario, pero nunca habia presionado a Marten para que se lo contara y Marten no lo habia hecho. De modo que no tenia manera de saber como habia actuado Halliday.

Asi que tal vez Ford tuviera razon al intentar mantenerlo alejado de Halliday, pero dejando de lado sus propias emociones, el peso de su culpa y remordimientos y las simples ganas de hablar con el, cabia la posibilidad de que lo que Ford habia sugerido fuera cierto: que Halliday se hubiera enterado de algo y quisiera compartirlo con el. Pero ambas posibilidades superaban el sentido comun de Ford. Se volvio hacia el.

– Quiero ver a Halliday. Quiero ir a su hotel. Ahora, esta noche.

– ?Verlo? ?Quieres decir cara a cara?

– Si.

Nadine Ford cogio la mano de su marido. Entendia solo un poco de lo que estaban hablando, pero sabia que la discusion habia tomado de pronto un rumbo nuevo. Vio la manera en que se miraban y sintio la emocion del momento, lo cual la asusto.

– C'est bien -le dijo Dan, carinosamente, en frances, mientras sonreia y le acariciaba el vientre prominente-. C'est bien.

Marten tuvo que sonreir. Nadine habia empezado a ensenarle frances a Dan cuando estaban en Los Angeles. Era obvio que habia sido una buena maestra, puesto que su dominio del idioma fue uno de los motivos por el que le habian ofrecido el puesto en la oficina de Paris y a estas alturas parecia sentirse como pez en el agua.

El movil de Ford empezo a sonar en la cocina y el se levanto a contestar.

– Dan Ford-lo oyo decir Marten-. Comment? Ou?-?Como? ?Donde? -La voz de Ford se tino de pronto de sorpresa y alarma. Marten y Nadine se volvieron hacia la cocina. Podian ver a Dan alli de pie, telefono en mano, escuchando-. Oui, merci -dijo finalmente, antes de colgar. Al cabo de un instante volvio a entrar en el comedor.

– Era el inspector Lenard, que acaba de regresar de Monaco. Halliday ha sido hallado muerto en la habitacion

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