tambien se escondian Coranes y profecias arabes.
—?Permiso? —pregunto Hernando desde la reja que ahora separaba andamios y operarios del resto de la mezquita.
—?Tambien conoces al bibliotecario? —le susurro el sorprendido Buceador ante la sonrisa con que don Julian recibia al morisco; una sonrisa que poseia un deje de tristeza desde la desaparicion de Fatima y sus hijos.
Pasearon por entre el millar de columnas de la mezquita con el Buceador tras ellos, y Hernando tuvo que repetir la misma historia que hacia unos instantes acababa de contar al vicario.
—?El conde de Espiel! —suspiro don Julian sumandose a los malos augurios del vicario—. En cualquier caso, el provisor estara a tu favor: los de Espiel fueron una de las familias nobles que mas tenazmente se opusieron a la construccion de la nueva catedral hasta que el emperador Carlos I autorizo su construccion y, con las nuevas obras, los Espiel perdieron su capilla. Luego, en desplante hacia el cabildo catedralicio, financiaron otra iglesia en la que consiguieron el patronato de su capilla mayor. Desde entonces no hay buenas relaciones entre el conde y el obispo.
—?En que me beneficiara tener a mi favor al provisor?
—Como juez eclesiastico, es quien debe decidir si tu asilo se ajusta a las normas canonicas y a los concilios. En principio, no eres un asesino ni un salteador de caminos; y, por lo que me has explicado, tu delito puede incluirse en aquellos que tienen derecho al asilo eclesiastico. Pero hay otra circunstancia mas importante: el derecho de asilo no es indefinido, puesto que en caso contrario los templos se convertirian en moradas de delincuentes. Aqui, en Cordoba, se aplica un plazo maximo de treinta dias durante los cuales se supone que el retraido puede hacer las gestiones oportunas para paliar las consecuencias de su falta. Conociendo al conde de Espiel, tu no lo conseguiras. —Hernando asintio con tristeza—. El conde no cedera un apice. Ni siquiera se avendra a una pena que no implique castigos corporales, que es una de las formas mas usuales de terminar con el asilo: la Iglesia exige a la justicia seglar que se comprometa a tratar con benevolencia al delincuente y, si se firma ese pacto, lo entrega. Ahi es donde mas influye el provisor, porque si no obtiene ese acuerdo, puede prorrogar el plazo del asilo sin limitacion.
—?Que ganaria el conde si no pacta con la Iglesia? No podra extraerme de la catedral y tampoco obtendra ninguna satisfaccion por mi... ?delito?
—La mayoria de los cristianos —le contradijo don Julian— no osa contravenir el sagrado. La simple amenaza de excomunion ipso facto para quien atenta contra el asilo es suficiente para amedrentar a sus piadosas conciencias. —Instintivamente, Hernando se llevo la mano a los rinones y recordo la rapidez con la que le soltaron Juan Velasco y sus hombres a la sola mencion de la excomunion—. Pero el conde de Espiel, como muchos otros principales —continuo el sacerdote—, puede contratar a gente que actue en su nombre para no ser excomulgado. No te fies de nadie. En cuanto se entere de que estas retraido aqui, sus hombres se apostaran en las puertas para impedir que te entren comida, que te visiten; en resumen, para hacerte la vida imposible. No te fies de quien se te acerque en el huerto, ni siquiera aqui dentro. Podrian secuestrarte y hacerte desaparecer en alguna de las mazmorras de los estados del conde.
—Eso significa que, si no me secuestra... —murmuro Hernando—, ?tendre que estar aqui toda la vida?
Don Julian se detuvo y, volviendose hacia el Buceador, le hizo un autoritario gesto para que se apartase.