duque y no se habia molestado en transcribirlo de nuevo; no le parecio lo mas importante, y el estudio y la redaccion de los plomos le habian ocupado todo su tiempo.
—?Y por que no le hacemos llegar el ejemplar que tenemos? Debemos enviar ese evangelio a la Sublime Puerta. El sultan es el llamado a darlo a conocer —arguyo don Pedro, como si fuera una necesidad apremiante.
Luna tranquilizo al noble:
—Transcurriran anos antes de que eso sea menester. De momento sigue guardandolo en lugar seguro, pero ahora que has terminado esta magnifica labor con los plomos, podrias dedicar tu tiempo a la transcripcion del evangelio para que tambien podamos estudiarlo. Ardo en deseos de leerlo.
—No me parece sensato que nos desprendamos de ese documento todavia —argumento Hernando tras las palabras de Luna—. Lo haremos solo cuando tengamos noticias de que el sultan esta dispuesto a apoyar nuestro plan. Hasta ahora, los turcos no se han distinguido precisamente por ayudar a nuestro pueblo.
Luego, mientras los otros tres especulaban acerca del como y donde dar a conocer los plomos a la cristiandad, Hernando anuncio que regresaba a Cordoba.
—Has estado todo el dia meditabundo —apunto Castillo—. No parece que participes de nuestras ilusiones. Todo esto —anadio el traductor, senalando los medallones de plomo que reposaban sobre una mesa— es el fruto de tu trabajo, Hernando, una labor de anos. Una labor excepcional. ?Que te sucede?
El no tenia preparada respuesta alguna. Vacilo. Se llevo la mano al menton y miro de hito en hito a sus companeros.
—Me asaltan las dudas. Necesito..., no se. No se lo que necesito. Pero quiza sea preferible que en este momento no interfiera en vuestro trabajo...
—?Nuestro trabajo? —salto don Pedro—. ?Tu eres el artifice...!
Hernando le rogo que callase con un gesto calmo de su mano.
—Si. Cierto. Y no reniego de el, por supuesto, pero tengo el presentimiento de que ahora no os seria de mucha ayuda.
—Vaciado —intervino entonces Miguel de Luna. Hernando clavo sus ojos azules en el—. Te has vaciado. Has trabajado muy duro y es normal que eso te suceda. Descansa. Te vendra bien. Nosotros nos ocuparemos.
—Mi madre se dejo morir por culpa de este proyecto —les sorprendio entonces. Don Pedro, Miguel de Luna y Alonso del Castillo observaron como se contraian los rasgos de su rostro y como luchaba por contener el llanto en su presencia. El noble bajo los ojos, los otros dos se buscaron con la mirada—. Ella no pudo soportar la idea de que su hijo se hubiera entregado a los cristianos, y yo habia jurado no desvelar nada de nuestro plan.
Respiro hondo y hablo con voz tremula:
—De momento, amigos, eso es lo unico que he conseguido de estos plomos.
Hernando chasqueo la lengua para azuzar a Estudiante en el camino de regreso a Cordoba. Habia salido de Granada al amanecer, sin buscar compania para el largo viaje. Al paso por la vega granadina se puso en pie sobre los estribos y, llevando la vista atras, observo las blancas cumbres de Sierra Nevada que dejaba a su espalda. Hacia frio. Los pueblos mas altos de las Alpujarras, en la otra vertiente, debian de estar tambien cubiertos de nieve. Juviles. Alli vivio su ninez, con su madre... y Hamid. Nego con la cabeza cuando una