evidente del mundo, y enseguida supe por que.
– Fui yo quien lo trajo aqui -replico-. Estabamos en una discoteca, ?sabe?, y de pronto Tommy empezo a comportarse de forma muy extrana y se vino abajo. Pense que habia muerto. Llame a una ambulancia y lo traje al hospital. Por el camino desperto, asi que pense que se repondria rapido, pero ahora me dicen que esta en coma. ?Es verdad?
– Si -musite, preguntandome que demonios estaria haciendo Lee Hocknell en compania de mi sobrino en una discoteca. Al echar un vistazo alrededor divise un rincon tranquilo cerca de la recepcion, y me dirigi con paso firme hacia el. Una vez alli mire a Lee con la expresion mas amenazadora de que fui capaz conminandolo a que tomara asiento a mi lado, y anadi-.
En primer lugar, me gustaria saber que estabas haciendo con Tommy. No sabia que os conociais.
Bajo la mirada al suelo y suspiro. Por un instante me parecio un nino pequeno pillado en falta que intentase salir del apuro con una mentirijilla. Cuando volvio a mirarme a la cara, se mordio el labio inferior, visiblemente nervioso. Fuera lo que fuese lo que habia ocurrido, estaba claro que la situacion se les habia ido de las manos.
– Lo llame por telefono para hablar del guion. Pense que me entenderia mejor con el que con usted. Deje mi nombre en el estudio y me dijeron que me devolveria la llamada en cuanto pudiese. Y asi fue.
– Claro, como no iba a llamarte -comente con severidad-. Ambos habiamos recibido tus cartas y el guion.
– Si -murmuro, rehuyendo mi mirada-. En cualquier caso, hable con Tommy por telefono y le dije que queria verlo. No las tenia todas consigo, y propuso que quedaramos con usted tambien. Enseguida le adverti que no estaba intentando hacerles chantaje ni obligarlos a nada. Solo queria hablar con el, que me diera algun consejo. Como usted mismo me dijo, Tommy conoce el mundo televisivo a fondo, y pense que podria ayudarme. -Suspiro y vacilo antes de continuar, como si deseara sinceramente que nada de todo aquello hubiera ocurrido-. Tommy accedio a encontrarse conmigo, de modo que quedamos ayer por la noche para tomar una copa, y de repente los acontecimientos se precipitaron. Aunque la verdad es que nos entendimos perfectamente -anadio mientras se le iluminaba la cara; de pronto el chantajista se habia esfumado para dejar paso a un admirador incondicional de las estrellas de la tele-. Nos tronchamos de risa. Nos parecemos mucho, ?sabe?
– Ah, ?si? -dije en tono de escepticismo.
– Si, muchisimo. Para empezar, tenemos la misma edad. Y los dos somos… ejem… artistas. -Al ver que yo enarcaba una ceja y no decia nada, anadio-: Hablamos sobre mi guion, claro.
– ?Y que te comento?
– Me dijo que no era facil encontrar financiacion, aunque se ofrecio a ponerme en contacto con un agente. Anadio que necesitaba trabajarlo mas, pues tal como estaba ahora seria dificil venderlo.
– No se equivocaba.
– Prometio ayudarme -dijo en voz baja, y por un momento temi que rompiera a llorar.
Aquel chico habria dado cualquier cosa por convencerme de que mi sobrino, la estrella de television, era su mejor amigo. Pero yo sabia que en el mundo del glamour no habia amigo que valiera. No nos enganemos, uno se pega a un famoso por una sola razon: ligar es mucho mas facil.
– Escucha, Lee -dije con voz pausada-. Aquella noche estabas ahi, ?verdad?
– ?Donde?
– En la casa de tu padre, la noche que murio. Tu guion trata de eso, ?no?
Asintio y se sonrojo, lo que me parecio una reaccion muy extrana.
– Estaba en el piso de arriba -respondio-. Oi lo que ocurrio. Se que usted no tuvo nada que ver con su muerte, pero deberia haber llamado a la policia, ?no cree? Tendria que haber contado la verdad. Esa historia de que estaba en el despacho no era cierta.
– Aclarame una cosa -lo interrumpi, poco dispuesto a que me soltara un sermon cuando probablemente yo llevaba las de perder-: ?de verdad esperas chantajearnos a Tommy y a mi con esa informacion?
No me miro, como si enfrentarse a mi cara a cara le costase mas que por carta. Pense que era un buen momento para mantener esa conversacion, pues ninguno de los dos sabia en que acabaria lo de Tommy y quiza existiera alguna posibilidad de que el mismo Lee saliese perjudicado.
– Solo necesito un empujoncito -dijo, reacio a aceptar o negar que estuviera haciendonos chantaje-. Nada mas. Pense que cualquiera de los dos podria echarme una mano para empezar. Ademas, tal vez le haya salvado la vida a su sobrino.
– O quiza se la hayas quitado. Dime: ?que ocurrio exactamente? ?Que tomo?
Lee se mordio el labio inferior, pensativo.
– Bebimos bastante. Me sentia raro, pues todo el mundo nos miraba. Supongo que reconocian a Tommy, pero por muy extrano que parezca me parecio que tambien me miraban a mi.
– Bueno, es posible -admiti-. La gente siempre se fija en la persona que acompana al famoso. Quieren saber quien es. Suponen que se trata de alguien muy importante, pues de lo contrario no estarian juntos. Y en la mayoria de las ocasiones no se equivocan.
– En fin, que no paraba de acercarse gente para pedir autografos a Tommy. Algunos hasta me lo pidieron a mi, asi que firme unos cuantos. Fingimos que acababa de incorporarme a la serie y Tommy les dijo que al cabo de un mes todos sabrian quien era yo.
– Oh, por el amor de Dios.
– Era una broma, no haciamos dano a nadie. Decidimos marcharnos y me pregunto donde podiamos seguir la juerga. Mencione una discoteca donde me habian impedido entrar. Solto una carcajada y me llevo directamente alli en taxi. Debia de haber una cola de cien personas esperando para entrar, pero Tommy y yo nos dirigimos a la puerta y los gorilas lo saludaron todo sonrisas y nos dejaron pasar sin siquiera pagar la entrada. ?Fue alucinante! Eramos el centro de atencion. Nos sirvieron copas gratis, nos dieron una mesa y cuando salimos a la pista de baile las mujeres se nos echaban encima. ?Una pasada! La mejor noche de mi vida.
Hablaba mirando fijamente al suelo, con la expresion de un nino en una tienda de juguetes. Gracias a Tommy habia vislumbrado como vivian los famosos, y habia quedado maravillado. Estaba enganchado. «Nunca nos libraremos de el», pense.
– ?Y que ocurrio despues? ?En que momento aparecieron las drogas?
– Tommy se encontro con un tipo al que conocia y fueron al lavabo para chutarse. Al volver estaba bien. Ligamos con un par de tias, bebimos un monton y al final decidimos ir a mi casa para seguir la juerga.
– Vaya por Dios, ?asi fue como murio tu padre! ?Es que no aprendeis nada los jovenes?
– No estaba pensando en eso -replico con enfado-. Estaba… Solo queria…
– Querias tirarte a alguien. No hace falta que me expliques nada, puedo imaginarlo. Querias tirarte a alguna de esas chicas, con Tommy, con quien fuera y como fuera. Solo querias…
– Eh, no se pase…
– No te pases tu -masculle, agarrandolo por el cuello de la camisa-. Eres un imbecil, ?sabes? ?Que te metiste?
– No me meti nada, ?lo juro! Tommy si, con ese tio. Al salir de la discoteca, el aire frio me golpeo en la cara, y acto seguido Tommy se habia desplomado y sufria convulsiones. No tenia muy mal aspecto, pero de pronto abrio los ojos como platos y dejo de moverse, de manera que decidimos llamar a una ambulancia. Eso es todo lo que ocurrio.
– Vale, vale. No hace falta que me expliques mas.
Lee empezaba a darme pena. Solo queria llegar a ser alguien. Habia visto una oportunidad y se habia lanzado de cabeza. No habia empleado tacticas muy afortunadas, ciertamente, pero, mas que un perverso chantajista dispuesto a exprimirnos, me parecio un nino que solo deseaba aprobacion y amigos. Me recline en el asiento y suspire.
– Me voy a casa -dije, y le entregue una pequena libreta y un boligrafo que llevaba en el bolsillo del abrigo-. Escribe tu numero de telefono; me pondre en contacto contigo. No te prometo nada, ?vale? Tommy no exageraba: ese guion requiere muchas horas de trabajo.
Al verlo anotar su numero sin poder disimular su ansiedad, me entraron ganas de reir por lo absurdo de la situacion. «Este chico solo me traera problemas», pense. La muerte de su padre parecia importarle un bledo; habia ocultado la verdad a la policia, habia intentado chantajearme y, aun peor, era un pesimo escritor. Entonces, ?como podia ocurrirseme siquiera echarle una mano?