– Julia, esas chicas no estan en ningun centro de la Generalitat.
– ?Y eso que significa?
– Pues que si han desaparecido…, han desaparecido -fue explicito-. Nadie las ha metido en ninguna parte. ?Eran menores?
– Creo que si.
– ?Quien te ha dado sus nombres?
– Unas companeras del instituto de Marta.
– Es que tampoco hay denuncias por esas desapariciones.
– Ya, porque no tenian a nadie.
– ?A nadie?
– Estaban solas, sin familia.
– ?Me estas diciendo que tres menores del entorno de Marta Jimenez Campos se han volatilizado?
– Si.
Siguio un silencio. Gil intentaba comer la sopa que tenia delante, pero sin apartar sus ojos de Julia.
– ?Padrino?
– Voy a hablar con German Rocamora de una vez. Estaremos en contacto, Julia -se despidio el-. Y ten cuidado.
Se quedo con el movil en la mano.
– Creo que a el tampoco le ha gustado nada -manifesto.
– Sera mejor que comas algo -le sugirio Gil-. Esta bueno.
– Espera.
Julia cogio el recibo de Telefonica y marco el numero del movil que se repetia tantas veces, casi a diario, sobre todo en la parte final de la factura. No tuvo que esperar demasiado, ni tampoco salto un buzon de voz. Una voz juvenil, masculina, adolescente, surgio a traves del auricular, adentrandose en su mente.
– ?Si?
– Hola, ?quien eres?
– ?Yo? David. ?Y tu?
– Me llamo Julia.
– ?Nos conocemos?
– No.
– ?Quien te ha dado el numero de mi movil?
– Marta.
A traves de la linea abierta pudo percibir el choque, igual que si el nombre acabase de golpear a su interlocutor. La reaccion fue inmediata:
– ?Marta? ?Donde esta?
– Llamaba por lo mismo; no lo se.
– ?Mierda!
– ?Cuanto hace que no sabes de ella?
– Mas de una semana -lo dijo con un profundo desaliento-. No entiendo nada, ?sabes? Yo creo que le ha pasado algo; no puede ser que no me llame, ni vaya por su casa…
– ?Podriamos vernos, David?
– ?Por que?
No supo que decirle y no queria perderle, ni tener que llamar otra vez a su padrino para que le identificara el numero al que acababa de llamar. Eso ya seria demasiado. Tenia una corazonada.
– Estamos haciendo una investigacion y te necesitamos.
– ?Que clase de… investigacion? -balbuceo el tal David.
– Te lo dire en persona. Marta y tu erais…
– Amigos -dijo demasiado rapido-. Oye, ?que esta pasando aqui? ?De que investigacion hablas, y como es que Marta te ha dado mi numero si yo no consigo dar con ella?
– ?Cuando podemos vernos, David?
– ?Ahora mismo!
– ?Donde?
– Lanzarote con Joan Torras. Te espero abajo.
– ?Eso esta por…?
– Torras i Bages.
Hizo un calculo mental. No estaba lejos, al otro lado del Besos. Aun asi, Gil estaba intentando comer, y ella necesitaba hacerlo porque acababa de acordarse de que no habian desayunado por culpa del seguimiento de Jose Maria Ponce.
– Media hora, David.
– Oye, ella… Marta…
– Media hora, esquina de Lanzarote con Joan Torras.
Corto la comunicacion y apago el movil. Luego se enfrento a la mirada de Gil.
– ?Vas a contarmelo? -dijo el.
– Creo que hemos dado con algo mas que un amigo de Marta -fue lo unico que acerto a decir Julia.
Capitulo 5
Lo vieron al pasar con la moto. Unos diecisiete anos, de estatura normal y aspecto agradable, ligeramente rubio, vestido con mucha correccion. Se movia nervioso, haciendose ver para que le reconocieran, y le echo un vistazo al reloj cuando subieron la moto a la acera para acercarse a el.
Se les quedo mirando sin entender nada, a lo mejor porque esperaba a una sola persona, y de mas edad que ellos.
– ?Julia? -pregunto.
– Si. El es Gil.
Se estrecharon la mano.
– ?Podemos hablar en algun sitio?
– Ahi hay unos bancos -senalo hacia abajo, al otro lado de la parada de metro de Sant Andreu.
– Mejor -dijo ella.
Fue una larga distancia para tanto silencio. Como recorrer un kilometro bajo el peso de la incertidumbre.
La mano de Julia rozo una vez la de Gil. En un segundo roce, uno de sus dedos se agarro a el. A la tercera, se la cogio del todo y se la presiono. Su companero supo entenderla.
Tenian que decirle al muchacho que Marta estaba muerta.
Y si era lo que ella pensaba…
Llegaban a un banco absolutamente libre, porque estaba en la sombra, cuando David ya no pudo mas.
– ?Quienes sois vosotros?
– Periodistas -fue la respuesta de Julia.
– ?Periodistas? -los miro frunciendo el ceno-. ?Que tiene que ver Marta con…?
– ?Podemos hacerte unas preguntas? Luego te contaremos el resto.
Se sentaron, David a un lado, Julia en medio y Gil en el extremo opuesto, pero ellos dos vueltos hacia el muchacho y el hacia ellos. Su ansiedad se hacia mas y mas evidente. Era guapo, un chico a la altura de la belleza de Marta. Probablemente habrian hecho una buena pareja. Probablemente.
Julia se quedo sin fuerzas.
– ?Cuando fue la ultima vez que viste a Marta? -pregunto Gil.
– Hace diez dias.
