de la piramide en direccion sudeste, en el lugar senalizado por la cruz del Nilo de la pintura de los dogones, se extendia una franja de terreno abrupto de unos treinta o cuarenta metros de largo en torno a un monticulo escasamente pronunciado. La tierra era blancuzca, esteril. Aquello no eran ni mucho menos unas ruinas, aunque el punado de casas de piedra hundidas en las rocas quiza tuviera cien o doscientos anos, algo dificil de discernir sobre un mapa cartografico.
Joa no sabia lo que esperaba encontrar, pero desde luego no era aquello.
David exteriorizo sus pensamientos.
– Estaba seguro de que aqui habria una piramide o algun templo.
– No -ella movio la cabeza con incomodidad-. Si hay algo es evidente que no esta a la vista, sino bajo tierra. Lo exterior ha sido destruido con el paso de los siglos, y lo muy proximo a la superficie, saqueado por tantos desesperados a lo largo de la historia. Nuestra puerta puede que este a una decena de metros bajo tierra. Y tambien a mas.
– Entonces…
– Ellos sabran algo, David -puso un dedo sobre el punado de casuchas que mas parecian derruidas que habitadas.
– ?Ellos?
– ?No lo entiendes? Si hay algo ahi, esa gente lo sabe. No puede ser de otra forma. 0 eso o la cruz del Nilo senalizando el mapa de Orion en la cueva de los dogones no se ajustaba a la realidad.
– ?Y si solo era el lugar del que vinieron los extraterrestres?
A ninguno les satisfacia la explicacion.
Joa volvio a mirar aquellas casas. Ni siquiera habia un nombre en el mapa de la zona.
– ?Recuerdas cuando me dijiste que tal vez los Defensores de los Dioses estuvieran sentados encima de nuestra puerta estelar, haciendo guardia?
– En Mali, si.
– Te dije que no bromearas y tu agregaste que si para ellos era tan importante habian de vigilarlo.
– Tu te quedaste callada.
– Ellos son otros guardianes, David -volvio a poner el dedo en el mapa.
Su companero se quedo en suspenso. Hasta que comprendio el alcance de lo que Joa estaba tratando de decirle.
Habian dado con la puerta. Pero nunca lograrian llegar hasta ella.
No si un enjambre de fanaticos vigilaba su acceso.
– ?Y si se lo decimos a tu amigo el policia?
– Kafir Sharif busca asesinos, no a un enjambre de locos.
– Ellos mataron a Gonzalo Nieto.
– ?Y que? Suponiendo que nos crea, ira hasta alli, hara preguntas, pero bajo ningun concepto permitira que allanemos las moradas de esa gente. Son sus casas. Y la historia de que ahi abajo pueda haber una conexion con seres del espacio es tan creible como que un dia arabes e israelitas puedan vivir en paz.
– ?Vas a rendirte? -no lo pudo creer David.
– No, claro.
– Entonces quiza sea hora de que utilices tus poderes.
– ?Por que siempre me hablas de ellos?
– No lo hago -se puso algo rojo.
– Si lo haces. Es como si quisieras verme convertida en la mujer que no soy. Parece fascinarte tanto ese lado oscuro que a veces…
– Perdona -quiso abrazarla pero ella le rehuyo.
– No se lo que hay dentro de mi, David -susurro.
– Eres diferente, pero eso no te hace mas especial de lo que ya eres, al menos para mi, carino.
Joa mantuvo la cabeza baja.
Hasta que alargo la mano y permitio que el se la tomara con las suyas.
– Escucha -le dijo David-, si estas en lo cierto y los habitantes de esas casas cuidan de la puerta, esa gente es agresiva. Mataron a Gonzalo Nieto. En su dia fueron cuidadores de lo que para ellos eran lugares santos, pero hoy, en pleno siglo XXI, no son mas que fanaticos.
– Fanaticos capaces de guardar un secreto increible durante siglos.
– Eso es el fanatismo, ?no? Cuando la gente se niega a entender, se cierra, no razona ni evoluciona y se aisla en su creencia, no hace sino sembrar la semilla del fanatismo.
– ?Y crees que por el hecho de ser fanaticos y haber matado a un buen hombre, puedo llegar alli y con el poder de mi mente barrerlos de un plumazo?
– Bueno, deberias enfadarte un poquito, lo se -bromeo el sin ganas.
– ?Sabes lo que me asusta?
– ?Que?
– Que Amina si sea capaz de hacerlo.
– No tiene tanta fuerza.
– Espero que no.
– Y no es estupida. Si ya esta alli y entiende que no va a poder luchar contra toda esa gente, esperara.
– Pero no se rendira.
– No, eso no, seguro -convino David.
– Tiene su instinto, su poder mental. Lo unico que ha de hacer es llegar hasta un punto de entrada.
– Joa, todas las piramides, o las tumbas del mismo Valle de los Reyes, estan llenas de pasadizos, desniveles, antecamaras, camaras… Y bajo tierra, desde luego. No me acabo de creer que ahi se acceda sin mas desde la superficie -David apunto el mapa-. Si vigilan su secreto como un tesoro quiza sea porque saben que esta ahi abajo, pero dudo que se paseen por sus restos como Pedro por su casa.
Habian entrado en el terreno de las conjeturas.
– ?Cuando vamos a ir nosotros? -pregunto David.
– ?Manana por la manana, a primera hora? Hoy seria absurdo. Llegariamos siendo ya de noche.
– Entonces busquemos un hotel para pasar la noche.
Avisaron a la mujer de que ya habian terminado de inspeccionar los mapas y David la ayudo a llevarlos de nuevo a su lugar de archivo. Cuando salieron a la calle miraron a su alrededor. Tanto les daba el lugar en el que pudieran dormir. Joa ya no busco lujo, sino proximidad. A unos cien metros divisaron el rotulo de un hotel, el Hormoheb. Se dirigieron a el y en diez minutos dejaron las bolsas en una habitacion sencilla y acogedora. Estando con David ya no necesitaba alquilar dos, con una puerta de comunicacion, para sentirse a salvo.
Quedaban unas tensas horas de espera.
– Voy a telefonear a los arqueologos del Valle de los Reyes -dijo ella.
– ?Por que?
– Por si saben algo nuevo. Me fui de alli hace mas de dos semanas.
– Ese tipo de gente vive de espaldas al mundo real.
Joa no dijo nada. Mariano Pino le habia dado su numero en el aeropuerto de Luxor cuando la dejo en la Terminal. Lo marco en su movil y espero. La senal de llamada llego a los cuatro tonos.
– ?Quien es? -escucho la voz del hombre.
– Soy Georgina Mir.
– ?Georgina! -el estallido de alegria fue sincero-. ?Como estas?
– Bien, muy bien.
– ?Desde donde me llamas?
– Estoy en El Cairo, en el hotel Hormoheb.
Hubo una ligera pausa.
– ?No te fuiste?
– He vuelto.
– ?Por que? ?Ha pasado algo?
– Para saber si hay noticias acerca de la muerte de Gonzalo Nieto.
El suspiro fue audible.