– Este es el mayor misterio de la humanidad, Georgina -le puso enfasis a sus palabras-. La unica prueba real de que hay inteligencia extraterrestre y han establecido contacto con la Tierra.
– ?Y si seguian a mi padre, como desaparecio ante sus ojos?
– Le he dicho que los observabamos, no que fueramos sombras pegadas a ustedes. Nos bastaba con tenerlos controlados, saber donde estaban, en que se movian.
– ?Y ahora por que me cuenta todo esto?
– ?No es evidente? -le mostro por segunda vez sus palmas desnudas en un gesto de sinceridad-. No sabemos que pudo suceder, por que su madre desaparecio, y mucho menos por que lo ha hecho el. Solo nos queda usted.
– ?Yo no se nada!
– Se lo repito: quiza conscientemente no, pero inconscientemente… Usted conoce a su padre, su trabajo, le ha ayudado muchas veces. Pudo dejarle una pista, algo que nadie podria ver o reconocer.
– ?Y si, como dice, se lo han llevado… «ellos»? -trato de parecer ironica.
Nicolas Mayoral no dijo nada.
Joa se sereno un poco.
El registro del piso de Barcelona, la desaparicion de los apuntes en clave de su padre… Locura o no, sucedia algo.
– Es hora de que me vaya -suspiro echando un vistazo a su reloj.
Su interlocutor apreto las mandibulas dibujando dos sesgos a ambos lados de su rostro.
– No me ha creido nada de lo que le he dicho, ?verdad?
– Deme tiempo -hizo un gesto deliberadamente ambiguo.
– Puede que sea lo que menos tengamos. Joa se levanto. El hombre no.
– Supongo que volvere a verle -tanteo sus posibilidades.
– Supone bien -asintio el.
No le dio la mano. Recogio la tarjeta y se dispuso a regresar a su habitacion.
– Tiene mi numero ahi -se despidio la voz de Nicolas Mayoral-. No deje de llamarme a cualquier hora, de dia o de noche.
Joa camino tres pasos.
– Suerte, Georgina -fue lo ultimo que escucho a su espalda.
Empezaba a pensar que la iba a necesitar. En cantidades muy generosas.
10
No reacciono realmente hasta que cerro la puerta de la habitacion y se sintio sola y a salvo. Entonces hizo dos cosas: la primera echarse a llorar, la segunda derrumbarse sobre la cama aplastada por sus pensamientos. - Mama… -gimio.
?Por que, pese a lo absurdo de aquella historia, su instinto le gritaba que era la respuesta a todas sus dudas, la clave del misterio de su propia vida?
Una nina misteriosa, aparecida en un lugar ignoto como surgida de la nada, adoptada por una indigena, creciendo en un pueblo del oeste de Mexico que no pudo hacer invisibles sus capacidades ni ocultar la singular belleza de la que se enamoro su padre.
Alguien especial.
Como lo era ella misma.
Su hija.
Tambien tenia sentido que su padre la buscara, incluso sin decirselo, porque no habia en la faz de la tierra hombre mas enamorado que el de ella.
Nunca se habia sentido una joven inocente y desvalida, pese a sus inseguridades, ni cuando era una adolescente, a los catorce o quince anos, pese a la aureola de rareza que la envolvia. Pero ahora si se sintio una mujer incompleta, abatida, cargada de preguntas sin respuestas y de dudas imposibles de descifrar. La guinda de su estado la representaba aquel desconocido, surgido de la nada, para contarle, o revelarle, la mas inconcebible historia que jamas hubiera imaginado escuchar.
– Papa, ?por que no me dijiste nada?
?Precaucion? ?Miedo? ?No darle falsas esperanzas?
?Apartarla por su propia seguridad?
Pero ?de que?
Se incorporo en la cama obligandose a no caer en una depresion ni hundirse en la gravedad del asunto. Era una luchadora. Nunca habia rehuido el compromiso de vivir y salir adelante, con fuerza y entusiasmo, y mas a partir de la ausencia de su madre. Tenia que enfrentarse a lo que fuera, porque de alguna forma intuia que ahora todo dependia de ella. Tal vez incluso la propia vida de su padre… y la de su madre, por extraordinario que eso pudiera parecer.
Miro todo lo olvidado o dejado por Julian Mir en la habitacion.
Si se habia ido por su cuenta, lo unico que se llevo fue su diario, su libreta de anotaciones, su eterno libro de trabajo, siempre uno nuevo para cada labor en la que se empenara, para no mezclar los temas. Pero si lo habian raptado, por el motivo que fuera, los responsables tambien habian optado por llevarse tan solo ese diario. Nadie salvo ella misma lo habria notado. Si los secuestradores se hubieran llevado todos sus objetos personales de la habitacion, habria sido evidente que se trataba de un secuestro. De aquella forma, para la policia, llegado el caso de que la desaparicion se cursara oficialmente, su padre podia ser victima de cualquier cosa, una enajenacion mental o un accidente del que todavia no hubiera prueba alguna.
– Papa, tu lo anotabas todo en tus libretas, pero siempre lo hacias a modo de resumen de tus investigaciones, asi que quiza hayas dejado algo por aqui, ?verdad? Tal vez incluso pistas para mi, por si temias algo. Pero ?donde estan?
Empezo a revolver aquel monton de papeles.
Lo primero en lo que se fijo fije en la fotografia del Templo de las Inscripciones de Palenque y un dibujo de su corte transversal, mostrando el camino hacia la tumba de Pakal.
La mayoria de los papeles, dibujos o textos impresos de paginas web hablaban del mismo templo y su tumba. En la habitacion no habia ningun ordenador, asi que la unica explicacion posible era que el ya llevase aquello consigo o que hubiese uno en el hotel y lo utilizase regularmente.
Julian Mir nunca cargaba excesos de equipaje.
Y todo lo hacia a mano. Trabajos de campo. Continuo mirando los documentos uno a uno.
El segundo dibujo que merecio su atencion fue uno hecho por su padre de la lapida que cubria la tumba de Pakal, la inmensa mole depositada en el interior del Templo de las Inscripciones de Palenque, uno de los hallazgos mas importantes de la segunda mitad del siglo XX.
Todo normal, correcto. Habia visto fotos de la lapida o dibujos parecidos infinidad de veces.
– Ayudame, papa. Vamos… -susurro.
En la mayoria de los dibujos restantes se veian estelas, glifos y mas glifos, los curiosos simbolos de la escritura maya. Simbolos y representaciones. Lo poco que conocia del tema, aunque lo habia estudiado, no le conducia a nada. Necesitaba mucho mas para «traducir» todo aquello.
Y conectarse a la red.
Un enorme trabajo.
Le llamo la atencion la extremada complejidad de la tabla central del Templo de las Inscripciones. Un universo de formas que reflejaba bien a las claras la cosmologia de los mayas, pero tambien la aparente sencillez de su universo. Cada glifo era en si mismo una pagina unica del gran libro esculpido en todas y cada una de sus paredes, en sus piramides, sus templos, sus construcciones.
Si alli habia algo, si le habia ocultado algo entre aquella parafernalia de signos y representaciones, no le seria facil encontrarlo. Y el tiempo apremiaba demasiado.