buena, o mala.
Lo unico que hizo fue esperar.
– ?Puedo sentarme?
– ?Quien es usted?
– Permitame que me presente -le tendio una mano flacida-. Me llamo Nicolas Mayoral. Queria hablarle de Julian Mir -pronuncio el nombre con respeto.
No parecia mexicano, hablaba un espanol correcto, sin acentos, neutro. Era la primera persona que queria hablarle de su padre.
Intento no transmitir emocion alguna.
– ?Le conoce?
– ?Puedo? -insistio el aparecido.
Joa asintio y espero a que se acomodara. No se quito la chaqueta, pero si dejo el baston apoyado en la mesa, cerca de su mano derecha. La empunadura tenia forma de cabeza de leon, melena incluida. Un simple detalle. El personal del hotel se volvia a mirarla, pero sus rostros tampoco le dijeron mucho.
– ?Como sabia que estaba aqui?
– Palenque es un pueblecito muy pequeno.
– ?Le aviso alguien del hotel?
Nicolas Mayoral exhibio una sonrisa de complicidad.
– ?Que importa eso, senorita? Lo unico que si cuenta es que esta aqui, buscandole.
– ?Sabe donde esta?
– No -le mostro las palmas de las manos abiertas-. Lo siento.
– Entonces…
– Necesito su ayuda, y usted la mia.
– ?Por que?
– Porque usted no sabe lo que esta ocurriendo y yo si -fue sincero a la par que contundente.
– ?Y que esta ocurriendo, senor Mayoral?
– ?Puedo hacerle unas pocas preguntas primero? Despues respondere a todas las suyas.
Lo evaluo.
– Adelante -dijo sin que trasluciera su nerviosismo, controlando cada gesto y la entonacion de cada palabra.
– ?Trabaja usted mucho con su padre?
– Tengo mis estudios. Cuando puedo le acompano, en verano, Navidad…
– Asi que ultimamente…
– El curso academico en Espana arranca en septiembre. Desde entonces apenas si le habia visto.
– ?Sabe que estaba haciendo en Mexico?
– No.
El hombre arqueo una ceja. Mas que duda revelo sorpresa.
– Mi padre siempre estaba excavando o investigando en algun lugar. Es un enamorado de su profesion, una persona que vive en el presente buscando las respuestas del pasado.
– Y no le dijo que buscaba ahora -no fue una pregunta, sino una aseveracion.
– Palenque es un tesoro con mucho por desenterrar y descubrir. No era la primera vez que estaba aqui. Me hablaron en la embajada de unas nuevas tumbas recien abiertas, la veinticinco, la veintiseis y la veintisiete.
– Entiendo -suspiro el hombre acariciando con una mano la cabeza de su baston, igual que si le rascara la melena al leon.
Joa se movio con inquietud.
– ?Que es lo que entiende?
– ?Que sabe de su madre, senorita?
Era lo ultimo que esperaba, que el recien llegado le hablara de su madre.
– ?Perdone? -no le oculto su sorpresa.
– Responda, por favor.
– ?Que tiene que ver mi madre con todo esto?
– Se lo dire. Pero primero le toca usted. Es lo que hemos convenido.
– Mi madre desaparecio hace anos, el 15 de septiembre de 1999, siendo yo una nina. Han pasado trece anos.
– ?Y…?
– Nada mas, eso es todo -intento no encolerizarse, aunque no sabia por que se sentia furiosa.
– ?Conoce su origen?
– ?Que tiene que ver…?
– Respondame, se lo ruego.
– Fue encontrada en la tierra de los huicholes. La adopto mi abuela y vivio alli hasta la llegada de mi padre. Se enamoraron, se casaron y vivio en Barcelona hasta su desaparicion.
– ?Eso es todo?
– ?Si!
– ?Y no le extrana que ahora sea su padre el que haya desaparecido?
Tuvo la sensacion de que el hombre era un gato y ella un raton. Como si jugara antes de decidir zamparsela. Nada de lo que acababa de decirle le era desconocido, estaba segura.
– ?Por que no me cuenta su historia, senor Mayoral? -se cruzo de brazos y apoyo la espalda en el respaldo de su silla.
– Es justo -asintio el-. Adelante. ?Que quiere saber?
No sabia ni por donde empezar. Volvia el recuerdo de su madre en medio de la desaparicion de su padre, y se mantenia la incertidumbre, la tension, la duda acerca de quien era su visitante…
Asi que, ante todo, busco la forma de serenarse.
No permitir que el llevara la iniciativa.
A fin de cuentas, si aquel hombre estaba alli era por
algo.
– ?Quien es usted? -fue su primera pregunta.
9
Nicolas Mayoral le tendio una tarjeta de visita.
– No es mucho
– Joa la dejo sobre la mesa despues de leerla.
– Tengo algunas propiedades, tierras, negocios, aqui, en Colombia, en Argentina, en Belize…
– ?A que se dedica?
– Me interesa el futuro.
– Lo siento -hizo ademan de ir a levantarse-. Si no es mas explicito, no veo la razon de seguir aqui hablando con usted. Tengo cosas que hacer, como por ejemplo tratar de saber que le ha sucedido a mi padre.
– Ya esta en el camino, creame.
Detuvo su gesto.
– ?Hablando con usted?
– Si.
– Le repetire la pregunta que le he hecho hace un minuto: ?que tiene que ver mi madre con todo esto?
– Su padre la esta buscando, senorita Mir. Eso si la paralizo.
– ?Como sabe que el…?
– No se lo dijo, ?verdad? -hablo despacio, impregnandola-. Nunca ha dejado de buscarla, y ahora puede que este cerca, muy cerca, mas de lo que nunca lo ha estado.