– No, nunca, aun no.
– ?Tampoco vio desde fuera nada que pudiera llamarle la atencion en la momia del beato?
– No se a que se refiere, pero no, no me dijo nada al respecto.
– ?Existe alguna posibilidad, o ha surgido algun indicio en las investigaciones historicas sobre la momia del beato en las que se hablara de que el cuerpo podia esconder riquezas?
– ?Riquezas materiales?
– Si, claro: oro, joyas… objetos preciosos ocultos en su cuerpo.
Los ojos almendrados de sor Domitila me miraron, esta vez divertidos.
– No, inspectora, en ningun caso.
– Nos llamo la atencion leer en los papeles del difunto algo sobre el proceso historico a unos eclesiasticos que habian robado el cuerpo…
– ?Ah, cierto!; fue uno de los episodios que mas cautivo al hermano Cristobal de todo cuanto tenia recopilado sobre nuestro beato. Dijo que era algo que hubiera podido servirle en sus estudios futuros de indole general - comento la hermana.
– ?Podriamos decir que se trata de algo insolito, de una especie de descubrimiento fuera de lo normal?
– Sinceramente, no lo creo. No se si el hermano Magi estara de acuerdo conmigo, pero los robos de reliquias o cuerpos santos no eran algo tan inusual en la Edad Media. Exhibirlos fomentaba la religiosidad entre los feligreses de las iglesias que los tenian. Y ya saben que hablamos de un periodo historico convulso y oscuro. A menudo los eclesiasticos no eran enteramente vocacionales como ahora ocurre, sino gente pobre que habia sido entregada de ninos a los conventos o que ellos mismos buscaban un modo de vida al ingresar. Con esos antecedentes no es extrano que se produjeran robos o faltas morales de todo tipo.
– ?Habia algun otro movil que pudiera desencadenar robos de cuerpos incorruptos en el pasado?
La monja elevo los bonitos ojos en busca de una respuesta, suspiro…
– Esa pregunta no es facil de contestar, pero hay algo… tambien muy propio de aquellos tiempos de supersticion seudorreligiosa que podria considerarse como un movil. Durante una epoca se creyo que el polvo de cuerpo incorrupto podia tener propiedades curativas. Eso habia desencadenado algunos robos de los que se tiene constancia documental, aunque para nada afectan a nuestro beato.
El hermano Magi levanto un dedo en senal de que queria intervenir.
– Solo una precision: el polvo que se consideraba sanador no era solo el que provenia de moler cuerpos santos incorruptos, sino cualquier momia de cualquier origen. Incluso en el siglo XIX se cometieron hurtos y amputaciones de momias egipcias con la intencion de vender el polvo curativo. Como pueden comprender, eso dio lugar a un sinfin de estafas y mercadeos fraudulentos que tenia como victimas a personas de poca cultura.
– Bueno, pero eso no tiene que ver con el caso -replico Domitila, picada.
– Era tan solo una precision cultural -respondio el monje, digno. Garzon se rasco los pelos del cogote como si todo aquello superara su capacidad de comprension.
– Si, pero hoy en dia, quiero decir en este momento y en este pais, nadie robaria ni mataria para hacer polvitos de momia y ponerlos a la venta por internet, ?no les parece?
Los dos eclesiasticos se quedaron de una pieza y, por una vez, estuvieron de acuerdo.
– No, por supuesto que no -exclamaron al unisono.
Antes de que me entrara un ataque de risa, pregunte:
– Hermanos, la pregunta es para los dos: si ustedes estuvieran en nuestro lugar, si fueran los detectives de este caso, ?que pensarian, que harian?
Hubo un silencio prolongado. Observe sus caras con detenimiento. El fraile estaba serio, con aire consternado y negaba con la cabeza, mientras la religiosa habia entrecerrado los parpados y ponia cara de intensa concentracion. Fue el quien empezo a hablar.
– Yo seria incapaz de pensar nada, inspectora. Solo un loco, una mente autenticamente perturbada puede haber perpetrado un hecho tan terrible y extrano.
– Serian dos los locos cuanto menos, puesto que se necesitan al menos dos personas para abrir el sarcofago. Pero digame, ?podriamos llegar a pensar en una conspiracion enloquecida, o en alguna extrana organizacion?
– Le repito que no lo se, inspectora. Simplemente no se que pensar.
Domitila tomo la palabra vivazmente.
– ?Y el papel encontrado en el lugar del crimen, como es que no nos hacen preguntas sobre el?
– No quiero entrar en el juego de un asesino, porque la mayor parte de las veces solo intentan despistar a la policia -respondi.
– Pero si como dice el hermano Magi, se trata de una mente perturbada, a lo mejor quiere significar algo. ?Quiere recordarnos que decia lo escrito?
– «Buscadme donde ya no puedo estar.»
– ?Que puede querer decir eso?
– No lo sabemos. En cualquier caso lo investigaremos cuando cada cosa este en su lugar. Lo que quiero de ustedes es que reconstruyan en lo posible todo lo que la victima hubiera podido encontrar en sus investigaciones ya que no hemos logrado encontrar su ordenador personal.
– Yo solo puedo aportar sus comentarios, si es que me viene a la mente alguno mas -dijo Magi.
– Yo le ordenare todos los legajos que el quiso ver -concluyo Domitila.
– Pues prepareme un dossier sobre el contenido de cada uno de ellos. Nos ayudara.
Di por terminada la prolongada reunion. Me dolia la cabeza y la sensacion de irrealidad que aquel caso me provocaba se habia acrecentado despues de aquella impensable sesion de trabajo. El convento estaba oscuro como la boca de una alimana y el silencio era identico al de una tumba. Aparentemente todo el mundo dormia. Cuando habiamos caminado unos pasos vislumbre una impresionante figura que caminaba, negra, hacia nosotros: era la madre superiora. Nos saludo y eximio a la hermana Domitila de acompanarnos hasta la puerta. Ella lo hizo. Garzon y el monje caminaban delante. De improviso la madre Guillermina me dijo en voz baja:
– ?Seria mucho pedirle que se fumara conmigo un cigarrito en mi despacho antes de irse?
Accedi aunque no me apetecia. Despues de despedir a los dos hombres entramos en su despacho y saco un paquete de cigarrillos rubios, me ofrecio uno y encendio otro con una inaudita delectacion.
– Deberia decirle que la he llamado para preguntarle que tal ha ido todo, pero no es verdad. Si hago examen de conciencia me doy cuenta de que la tomo como excusa para poder fumar un cigarrillo mas. He hecho el firme proposito de no fumar mas alla de las diez, a no ser que…
– A no ser que haya una policia en su despacho.
Se echo a reir con ganas y yo la segui.
– Mi carne tambien es debil, inspectora. A veces lo pienso con un gran sentimiento de culpa, pero luego me digo: has entregado tu vida entera al servicio de Dios, ?y Dios va a ser tan cicatero de contarte los cigarros? ?Bah, uno mas! A lo mejor mi autoindulgencia me pierde cuando me presente ante El. ?Como ha ido la reunion?
Me encogi de hombros, puse cara de indiferencia primero, de contrariedad despues.
– Muy instructiva. Nos hemos enterado de que el polvo de momia se consideraba curativo en la antiguedad… pero aparte de eso, ninguna luz sobre el caso.
– ?El polvo de momia? ?Puaf! Eso se lo habra contado la hermana Domitila, seguro. ?Sabe tantisimas cosas!
– ?Es la hermana una mujer muy conservadora o muy vehemente?
– ?Conservadora?… La politica entre nosotras no es importante, casi nunca hablamos de ella. Vehemente si es un poco, se vuelve muy taxativa cuando se trata de asuntos de fe. Supongo que cuando se formaba en la facultad de historia tuvo que oirse muchas bromas malintencionadas sobre la religion. De todas maneras, los cuarenta anos son una epoca de exaltacion para una monja.
– ?Puede explicarme por que?
– ?Siente curiosidad?
– Casi tanta como usted por los temas policiales.
Rio suavemente por debajo de la nariz.
– No hay nada especial. Cuando tienes cuarenta por lo general ya llevas muchos anos en la orden. Te has librado de las tentaciones del mundo y te has demostrado a ti misma que puedes soportar bien la dureza de esta vida. Eso te proporciona una sensacion de omnipotencia y te vuelves vehemente con tus creencias. Ese es todo el