tanto que no esta permitido hablar de ellas.

Teo siguio en pie de guerra declarada.

– Si, ya veo, el trabajo es lo mas importante para mi padre y para ti. No teneis tiempo de ocuparos de nada mas. Por eso digo que hubiera sido mejor no venir.

Acopie toda la paciencia que al parecer guardaba en ignotos almacenes. Habia leido en un magazine dominical que con los ninos siempre hay que intentar el dialogo.

– Vamos a ver, Teo: ?por que estas hoy aqui?, porque el sabado sales de excursion, ?no es eso? Entonces lo que ocurre es que tu trabajo, una excursion escolar, forma parte del trabajo de un estudiante, te impide venir. Es decir, que debes renunciar al fin de semana con tu padre por motivos de trabajo; lo cual indica que el trabajo te importa tanto como a los demas.

Salto como un pequeno insecto al que intentaran tocar con el dedo.

– ?A mi me obligan a ir!

– ?Crees que tu padre y yo trabajamos por placer?

– ?Pero es que vosotros…!

Con la voluntad de dialogo hecha trizas lo interrumpi casi gritando.

– ?No pienso seguir con esta conversacion absurda! ?Piensas que no tengo otra cosa que hacer mas importante que oir las opiniones de un nino consentido?

Fijo los ojos en mi con una rabia que me asusto. Apreto los dientes para preguntar:

– ?Puedo irme a mi habitacion?

– Antes, recoge tus platos de la mesa.

Lo hizo con gestos precisos y cara impasible. Cuando estaba en mitad de la operacion se levanto Hugo, muy serio, y tambien pregunto:

– ?Puedo irme yo? Ya recojo lo mio.

Era obvio que se veia obligado a tomar partido por su hermano. Me estaba bien empleado, era yo quien habia perdido el control de la situacion al haberle renido. Desaparecieron ambos de la cocina, dignos y ofendidos. Marina daba los ultimos bocados a sus croquetas de pollo. En ningun momento habia hecho comentarios o dejado de comer. Exclame como para mi misma:

– ?Vaya, genial, todo el mundo enfadado!

Me dirigi a la nevera.

– Bueno, me comere yo el yogur. ?Tu quieres, Marina?

– Si -respondio. Lo abrio y empezo a removerlo con la cucharilla, impavida. Comimos en silencio, frente a frente. Por fin dijo:

– No hagas caso. Teo siempre tiene que meterse con todo el mundo, y Hugo hace lo que el quiere. Ademas, su madre es una histerica.

La mire con incredulidad. Aquella nina de seis anos, formal y un tanto ensimismada, ?habia proferido en realidad aquella ultima frase? Sin la menor duda, porque continuo en el mismo tono.

– Cuando mi padre estaba casado con mi madre y Hugo y Teo venian en fin de semana, tambien le soltaban bobadas y le recordaban lo que su madre queria y no queria que hicieran. Un dia mi madre me conto que la de ellos era una histerica.

– Es posible; pero de todos modos tengo la sensacion de que a tus hermanos no les caigo muy bien. Supongo que no contaban con un tercer matrimonio de tu padre.

– ?Bah!, los padres de casi todos los chicos de mi clase se han casado tres veces.

Sabia que estaba mintiendo, pero le agradeci la inmejorable intencion. Entonces remato:

– A mi si que me caes bien.

Le sonrei.

– Gracias, Marina, tu tambien a mi.

– Ninguna nina de mi clase tiene una madre o una madrastra que sea policia. Solo yo.

Bien, aunque unicamente fuera por la originalidad que aportaba a su corta vida, estaba claro que no existian problemas entre Marina y yo. En cuanto a los gemelos… Suspire; no me encontraba preparada para todas aquellas eventualidades. El matrimonio con Marcos habia abierto un nuevo campo en mi vida que hasta entonces me resultaba desconocido. No sabia si podria transitarlo con exito. Ya era suficiente con tener que coordinar el trabajo y la convivencia amorosa como para, encima, preocuparse de las relaciones intermitentes con unos ninos que yo no habia traido al mundo. De cualquier modo, descarte comentarle a Marcos lo sucedido. Era demasiado pronto como para considerar aquello un conflicto serio.

A la manana siguiente, mientras mi marido y yo desayunabamos, me pregunto como por casualidad:

– ?Que tal anoche con los chicos?

– ?Ah, bien, estuvimos charlando un rato!

– Petra, antes de irse al colegio, Marina me ha contado lo que paso.

– No paso nada grave.

– Puede que no; pero tengo que hablar seriamente con Teo y Hugo.

– No merece la pena, ya iran aceptando la situacion. Y si les caigo mal no hay gran cosa que tu puedas hacer.

– Dudo que les caigas mal, simplemente estan molestos porque no quieres contarles cosas sobre tu trabajo de policia.

– ?Hay que joderse! A ningun nino del mundo le importa un carajo la profesion de los mayores; pero claro, por culpa de la maldita television, del cine, de las estupidas novelas de detectives, todo el mundo cree que vivimos en una pelicula de suspense y accion. Un dia me voy a llevar a tus chicos a comisaria para que me vean horas y horas haciendo informes en el ordenador, rellenando formularios, archivando papeles. Se pegaran tal aburrida que no volveran a demostrar interes en lo que hago.

– Quiza no fuera una mala idea.

– Me gustaria saber que pensarian sus madres si se enteran de que se han solazado con semejante visita turistica.

– Si tuviera que preocuparme por lo que piensan mis ex mujeres sobre lo que sucede en mi casa ya me habria vuelto loco.

– En eso llevas razon. Al menos mis ex maridos han quedado sepultados en la noche de los tiempos.

– Ventajas de no haber tenido hijos con ellos.

Se acerco a mi, me abrazo.

– Siento haberte complicado la vida, Petra, lo siento de verdad.

– Olvidalo, la complicacion es mi sino.

Me quede un rato sola en la cocina, frente a una ultima taza de cafe. Todo es complicado, todo, y todo se paga. Encuentras un hombre con el que te resulta placentero vivir, pero el solito se marca una familia numerosa, ?y con dos madres distintas, ademas! Cada paso que das comporta nuevos escenarios con los que no habias contado. ?Que salidas tenia: intentar camelar a los hijos de Marcos, decirle a el que se buscara una casa cercana a la mia y que ya nos veriamos de vez en cuando? Compaginar las distintas facetas de la vida es una clasica aspiracion femenina. Nos creemos omnipotentes: «Puedo ser una profesional combativa y una madre amorosa y la mejor de las amantes y todo al mismo tiempo». Pero ?que pasaba cuando, como en mi caso, los requerimientos se disparaban en direcciones insospechadas?: «Quiero atrapar a un asesino ladron de momias, y ser amable con los companeros de trabajo y una esposa excelente… y, por si no fuera bastante quiero ser una madrastra que no tenga nada que ver con la de Blancanieves». ?Demasiado para ti, Petra!, me dije dando un sorbo nervioso al cafe. Pero ?a cuales de aquellas metas podia renunciar? Podia ser antipatica en comisaria, pero lo demas… Habia magnificado mis capacidades. Sin duda existen mujeres que son excelentes esposas y madres, buenas fisicas nucleares y que en sus ratos libres cooperan con una ONG, pero no era mi caso. Una policia vive al instante, en la incertidumbre, construye sendas como un zapador por las que debe caminar a tientas. Su vida depende de la circunstancia, de la suerte, del caso que este investigando en cada momento. Una policia no puede imponerse rutinas, ni organizar milimetricamente la semana, ni asegurar siquiera que hara en la hora siguiente. Y yo me sentia policia y a eso tampoco pensaba renunciar. ?Dios te asista, Petra!, me autocomplaci en mis problemas. Luego mire el reloj y sali de casa a toda velocidad.

Aquella manana Garzon estaba pletorico de fuerzas, despejado como un lechuguino, y exhibia una sonrisa feliz. Ninguna nube parecia ensombrecer su cielo azul. Era obvio que su matrimonio no presentaba ambivalencias

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